Combinar dos de sus grandes pasiones, las artes y el derecho, es la razón por la que la licenciada Carmen Otero reconoce la importancia de no desistir de los sueños, trabajar duro para alcanzarlos y, además, dejar atrás ideas estereotipadas sobre roles profesionales. 

Y es que ante una sociedad que encajona la práctica del derecho en un rol en particular, Otero, quien desde hace más de cinco años destaca como directora de operaciones de la compañía puertorriqueña Teatro Breve, demuestra con ejemplo cómo la carrera de abogacía puede ser esencial en muchos aspectos, incluyendo el mundo artístico, como el teatro, el cine y la televisión. 

“Todo el mundo piensa que un abogado solo debe litigar. Pero tú no dejas de ser abogado porque no litigues, muchos ponen su carrera en práctica de una forma diferente. Hay que pensar out of the box, porque, como en muchas cosas y en derecho también, a la sociedad le gustan encajonarnos en cómo debemos ser”, señaló la abogada en entrevista con Es Mental.  

Fue mientras estudiaba su bachillerato en cine, especialmente en un intercambio estudiantil que realizaba en Madrid (España), cuando Otero casualmente se topó con un libro sobre el cine y las leyes y se dio cuenta que quería algo diferente en su vida y que fusionara lo que tanto le apasionaba. 

Tras esta experiencia, graduarse de bachillerato y finalmente entrar a la escuela de derecho, surgió el sueño de ser consultora legal de una película o una casa productora.

Pero también llegaron algunas dudas sobre si esto podría ser posible en la isla que la vio nacer.  

“Yo lo veía como un sueño lejano, porque sentía que en Puerto Rico no sería posible e irme de la isla no era una opción”, sostuvo. 

Así que una vez se graduó de derecho, continuó su práctica de abogacía, enfocándose en justicia social con comunidades de bajos recursos y entidades sin fines lucrativos. Pero, también, siguió entre los bastidores del teatro. 

No obstante, luego del paso huracán María y el auge de Teatro Breve, la vida le tenía una gran sorpresa y también su gran amiga Naíma Irizel Rodríguez, cofundadora y directora ejecutiva de Teatro Breve, quien le propuso trabajar a tiempo completo con ella. 

“Ya estábamos con el Shorty Castro, con shows todas las semanas, contratos de auspiciadores, arrendamiento, técnicos; algo mucho más grande de lo que había en un principio y (Naíma) necesitaba el apoyo gerencial, legal y en producción”, describió el momento en el que su vida comenzó a dar un giro.

En el 2018 no dudó en decir que sí y se dio cuenta que había dado inicio aquel sueño que pensó no sería realidad. 

Ahí vi la oportunidad de estar en una compañía creativa, que además de abogada, me permitiría estar trabajando con las producciones”, contó. 

Vas a estar más tiempo trabajando, que en tu tiempo libre

“Mi padre una vez me dijo: ‘Trabaja en algo que te guste, porque vas a estar más tiempo trabajando, que en tu tiempo libre’, eso es algo que siempre he llevado conmigo y siempre he buscado un trabajo que me llene, que me guste y que me sienta tranquila”, aseguró a licenciada y explicó que desde entonces Teatro Breve ha tenido un crecimiento significativo, con diversas oportunidades que también le han permitido poner en acción sus conocimientos como productora.

“Vino la primera película y ahí fue mi primera oportunidad como abogada de una película y también trabajé con la producción ejecutiva. Ese era mi sueño y se me dio. Ahora viene nuestra segunda película, que aún no ha salido y ahí estoy de productora y abogada”, anticipó la licenciada.

A modo de reflexión, y con la mente puesta en los jóvenes que pudieran ver en ella un rol a seguir, habló de dejar de un lado los miedos y lanzarse en la búsqueda de oportunidades para poder en práctica lo que tanto anhelan, ya sea uno o dos roles profesionales. 

“Cuando tú trabajas siguiendo tu corazón, se va a dar. A mí me pasó, de repente estoy en una película y es como que: ‘wow, estoy aquí, yo recuerdo haber dicho que quería estarlo”, detalló. 

Finalmente, reflexionó sobre cómo se sentiría su adolescente interior al saber que alcanzó lo que tanto quería. 

“Un mensaje que yo le daría a mi niña y adolescente interior, es que deje las puertas abiertas. Porque aunque no pase en el momento que tú querías, no significa que no va a pasar. Haz lo que tu corazón y paz mental te diga, ¡vas a llegar y vas a ser feliz!”, concluyó Otero.