Para muchos padres, madres y encargados, las aplicaciones de aprendizaje han servido como un recurso educativo y terapéutico para sus hijos e hijas durante la pandemia.
Además, han sido como un intento de parte de los padres por mantener a sus hijos al día con sus estudios y no quedarse rezagados, coincidieron la Dra. María Bravo Saavedra, presidenta de la Asociación de Psicología Escolar en Puerto Rico, y la psicóloga de niños y familia, Jaclyn Pérez Traverso.
Bravo Saavedra, por su parte, dijo que estas aplicaciones sirven para proveer terapias educativas a los niños para reforzar sus estudios.
Especificó que el uso de las aplicaciones es ideal tanto para atender dudas o necesidades escolásticas como para desarrollar fortalezas.
Pérez Traverso agregó que estas plataformas digitales pueden contribuir a la inteligencia académica y a la emocional, pues según su experiencia con niños con autismo, existen algunas que los ayudan con sus destrezas de socialización.
Un artículo del New York Times (NYT) estableció que las compañías que mercadean las herramientas para aprendizaje digital han visto un auge masivo en sus ganancias mediante la pandemia, pues muchos padres están buscando opciones gratuitas para continuar la educación de sus menores.
Beneficios
Aunque establecieron que las aplicaciones educativas pueden ser útiles para adquirir un mayor vocabulario, practicar las matemáticas, tener mejor dicción, entre otros usos, ambas expertas coincidieron en que las mismas deben de ser usadas como complemento de la educación académica formal.
Explicaron que mediante el uso de estas plataformas, los niños pueden entretenerse mientras aprenden y, así, aprender con más facilidad o memorizar datos de manera más eficiente.
Por su parte, Pérez Traverso añadió que, dado a las pésimas condiciones salariales que enfrentan los maestros, se ha agudizado la tensión entre los educadores. Consecuentemente, afirmó que la calidad de la educación y los métodos de aprendizaje se han reducido.
Por esto, ambas enfatizaron en que, como la aplicación le da tanta importancia a la diversión y a la recompensa, el niño tiene mayor motivación para aprender.
Recomendaciones
Bravo Saavedra indicó que es esencial identificar la etapa de desarrollo y la edad del menor antes de descargar o considerar cualquier aplicación.
A su vez, Pérez Traverso dijo que se debe de también considerar cuáles son las necesidades y las fortalezas del menor para saber cuál aspecto amerita ser trabajado. Afirmó que, si el juego es muy fácil o difícil, le dificulta y obstaculiza el aprendizaje al menor.
Mientras, aseguró que, aunque el aprendizaje a través de estas aplicaciones tiene sus beneficios, no se debe depender de ello. Puntualizó que es ideal poder alternar las aplicaciones con otros juegos.
Estableció que, por lo llamativo que son los juegos educativos, las recompensas que incluye y la música, muchos niños hacen uso excesivo de ello, lo que pudiese provocar una dependencia o adicción de parte del menor.
Ejemplificó a las tarjetas de suma y resta, cuentos y adivinanzas como posibles opciones para sustituir una aplicación.
Sin embargo, alertó de que, gracias al acceso temprano a la Internet, muchos menores han sido parte del tráfico humano a través del contacto con pedófilos que se hacen pasar como sus contemporáneos. Por esto, ambas expertas advirtieron que la supervisión es la parte más crucial al permitirle a un niño jugar con enseres electrónicos que tienen acceso a Internet.
Recordó que como consecuencia de tener un acceso no supervisado o no limitado a estas aplicaciones el menor puede perder el “norte real” de lo que se está haciendo y generar dificultad con sus interacciones sociales.
De manera similar, un estudio realizado por la Universidad de Minho estableció que los factores en una aplicación a los que los padres deben de estar más atentos son desde qué punto de vista se le está enseñando al menor la materia, quién provee el contenido, si provee la posibilidad de poder hablar con extraños, si facilita el ciberbullying y cuáles son las políticas de seguridad de la compañía que creó la aplicación.
El estudio también afirmó que como los niños se sienten más cómodos con sus contemporáneos que con sus maestros o cuidadores principales, de no educar bien al menor de los peligros o el menor no tener la capacidad para entender la situación, es más alto el riesgo de que conozcan a personas a través de cuentas falsas.
Ambas expertas, al igual que el artículo del NYT, aluden a que este es solo el comienzo del auge de las aplicaciones para aprender digitalmente. De hecho, dado a cómo se han duplicado las ganancias de las compañías que trabajan en esta industria, el NYT anticipó que en un futuro las mismas serán parte de los currículos de todas las escuelas, y que dado al auge surgió un aumento en las ventas de enseres electrónicos como computadoras y tabletas.