El grounding, también conocido como ejercicios de “toma de tierra” o «aterrizar», es una técnica de relajación del mindfulness usada para reenfocar los pensamientos que producen ansiedad, explicó el psicólogo licenciado, Orlando Sánchez Rivera. 

Sin embargo, contrario al pensamiento general, esta práctica no es exclusiva para las personas diagnosticadas con trastornos de ansiedad o que sufren ataques de pánico. Se usa para manejar sentimientos de angustia, pánico, preocupación u otras sensaciones que pueden evocar pensamientos negativos o incómodos. Es decir, es útil para cualquier persona que se encuentre en una situación estresante o ansiosa, según. Así la también psicóloga licenciada Adriana Tañón Martínez.

La práctica se usa para enfocarse en el presente y ayuda en la regulación de las emociones, sostuvo Tañón Martínez. 

“Las personas crean o construyen su mundo”, dijo Sánchez Rivera al citar la teoría cognitiva del psicólogo suizo Jean Piaget.  Es decir, que en cada situación dada el ser humano, hace una evaluación mental de los estímulos que está recibiendo. La interpretación de su medioambiente es dependiente de su aprendizaje previo. Esto produce una amplia gama de emociones y actitudes, aseguró Sánchez Rivera. 

Consecuentemente, pueden surgir sentimientos de ansiedad, que a veces son tan fuertes que obstruyen las capacidades de afrontamiento existentes y desembocan en trastornos que impiden el correcto funcionamiento, comentó Sánchez Rivera. El grounding reenfoca la atención en el “aquí y ahora”, usando los sentidos como focos de atención y produce estimulación sensorial que protege al cuerpo de la cascada de emociones que trae la ansiedad, afirmó el psicólogo. 

Ejercicios para practicar

  1. Contacto directo con la tierra o suelo

Este ejercicio fue recomendado por ambos expertos y consiste en tocar directamente al suelo con los pies descalzos. Puede ser tanto en la tierra como en el suelo del hogar. Conlleva respiración profunda y lenta, exhalando “como si tuviese un sorbeto en la boca”, precisó Tañón Martínez. 

Otra manera de asumir este ejercicio puede ser, acostarse en el piso, ir al jardín y tocar la tierra o sumergir las manos en agua, añadió Sánchez Rivera. Debe prestar más atención a los sentidos que a lo que está pensando, insistió.

  1. 5,4,3,2,1

Este es un ejercicio más discreto sugerido por Tañón Martínez. Es en base a los sentidos e implica en describir 5 cosas que pueda ver, 4 que pueda sentir, 3 que pueda oír, 2 que pueda oler y 1 que pueda saborear. La clave, según la psicóloga, es incluir el mayor detalle posible. 

  1. Visualización 

En este caso, Tañón Martínez, recomendó pensar en su lugar favorito con el mayor detalle posible. Debe preguntarse, “¿Quién te acompaña?¿Qué puedes escuchar?¿Cómo huele?”, ejemplificó.

  1. Mentales

Este, al igual que los anteriores, incluye concentrarse en el presente, obviando las distracciones existentes. Puede basarse en prácticas de sumas y restas, o de categoría, presentó Tañón Martínez. 

“Por ejemplo, piensa en mencionar tres películas, países o marcas de auto en órden alfabético”, ideó. Sugirió escoger una categoría que sea de interés para la persona y añadir el órden alfabético como factor adicional que le facilite el concentrarse.

Otros ejercicios mencionados por Tañón Martínez fueron prácticas de respiración, frotar las manos y sentir el calor que produce el movimiento o poner las manos en forma de puño, abriendo y cerrandolas al menos 15 veces.

Algunos de los ejercicios mencionados son más discretos que otros porque, de acuerdo con Tañón Mártínez, la vergüenza muchas veces obstruye el que las personas puedan gozar de los beneficios del grounding. Hay personas que se cohíben de hacer estas prácticas por considerar que tener ansiedad no es común o que su incomodidad se trata de un caso aislado. “Es algo que no se ha normalizado lo suficiente”, lamentó. 

La eficacia de cada ejercicio depende de la persona, aclaró Sánchez Rivera. No obstante, según su práctica profesional, el tacto es la imágen sensorial con mayor éxito entre sus pacientes. 

¿Cómo practicarlo con éxito?

Ambos expertos indicaron que para poder gozar de los beneficios de estos ejercicios, se requiere concentración y voluntad. 

Si ve que ya los pensamientos se están yendo por otra línea, se está distrayendo o cualquier dificultad, retome el ejercicio desde el principio, cambie de ejercicio o busque otras vías”, recomendó Tañón Martínez al implorar que ninguna persona se rinda. 

Otra recomendación ofrecida por Martínez Tañón es saber reconocer los síntomas antes de que se llegue a una elevación incontrolable. La clave, según la experta, es estar pendiente de las señales corporales, como: ritmo cardíaco elevado, tensión, agitación, sudoración, intranquilidad, respiración aselerada, dolor estomacal y dolor en el pecho, entre otros indicios.

Mientras, la psicóloga ofreció un mensaje para aquellas personas que quieren ayudar a sus seres queridos introduciendo estas prácticas.  Alertó que muchas veces la reacción inicial es querer ayudar, pero no necesariamente es lo que la otra necesita. Recomendó que en el momento se le pregunte cómo puede asistirle. No obstante, si la contestación a esta interrogante es “Nada”, es importante no intervenir. 

El detalle más importante para tener éxito es la práctica, según ambos. Cada vez que uno practica, requiere menos trabajo llegar a un estado mental estable, aseguró Sánchez Rivera. “Se trata de un proceso de aprendizaje, un camino largo que desemboca en una mejor salud mental”, explicó el psicólogo.

De hecho, según la investigación de James L Oschman, Gaétan Chevalier y Richard Brown, el «aterrizar» puede reducir o eliminar las señales de inflamación como enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor y pérdida de función, después de una lesión aguda. En esta indagación se encontró una sanación más ligera en las heridas del cuerpo, como resultado del grounding.

Por su parte, Sánchez Rivera coincidió con este estudio, asegurando que la mayoría de las indagaciones sobre el fenómeno exploran sus beneficios biológicos. Asimismo, recordó la importancia de usar técnicas de mindfulness, como lo es la «toma de tierra», para mejorar la inteligencia emocional, corrigiendo los pensamientos.