Previo a la pandemia, Daniel Díaz Flores estaba fijado en estudiar medicina en los Estados Unidos. Sin embargo, a raíz de los cambios que trajo la pandemia del COVID-19, sus intereses cambiaron y ahora planifica quedarse en la Isla para estudiar en el programa de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Díaz Flores aseguró que, aunque no está seguro de lo que quiere hacer como profesional, sí está interesado en el mercadeo y la sociología. Quiere entender el comportamiento humano y poder tener las herramientas necesarias al momento de abrir un negocio propio o lanzar un producto para las masas, explicó.
Previo a la pandemia, estaba pendiente de las solicitudes y a las fechas límites de las universidades en Estados Unidos, pues estaba entusiasmado con ser ortopeda, mencionó.
“A través de mi experiencia en la pandemia, entendí que no soy alguien que le gusta quedarse pegado leyendo, estudiando todas las noches. Yo no sé si estoy dispuesto a tener el estilo de vida de un estudiante de medicina y estar tanto tiempo constantemente reteniendo información tan detallada”, confesó al pensar en cómo su padre estuvo 13 años estudiando para poder hacerse médico.
Admitió que, quizás si no hubiese tenido la experiencia que tuvo durante la pandemia, cuando comenzó a trabajar en el negocio de venta de equipo para hacer deportes acuáticos y excursiones, VIP Adventures, estuviese enfocado aún en estudiar medicina.
“Me he dado cuenta que muchas personas buscan empleados en base a herramientas y habilidades que no necesariamente se tienen que adquirir mediante el sistema educativo”, sostuvo.
Los factores del cambio
La presidenta de la Asociación de Psicología Escolar, María Bravo Saavedra, sostuvo que, aunque en Puerto Rico no hay estudios que muestran de manera empírica que los estudiantes estén abandonando sus ambiciones o cambiando sus intereses profesionales por la pandemia, muchos han optado por aspirar a profesiones que abandonen la teoría y acojan la práctica, dado a las nuevas tecnologías, las que ya se estaban implementando desde antes de la emergencia.
Agregó que a nivel de Estados Unidos sí hay investigaciones realizadas en diversas jurisdicciones que apuntan a que sí hay una ola de estudiantes que decidió postergar el inicio de su bachillerato para evitar la modalidad virtual.
De echo, una encuesta realizada por la organización Junior Achievement y Citizens Bank, donde se entrevistaron a mil estudiantes entre las edades de 13 y 18 años, el 27% de los participantes explicaron que sus planes luego de graduarse habían cambiado a raíz de la pandemia.
Además, se desprendió que un 44% de los estudiantes sostuvieron que la pandemia ha cambiado sus planes para pagar la universidad. Mientras, un 35% respondió que la pandemia ha cambiado lo que será su situación de vivienda durante los años universitarios y un 30% atrasaron la fecha de inicio de sus estudios de bachillerato.
Entretanto, un 8% de los encuestados decidieron abandonar sus ambiciones por hacer un bachillerato.
Además, según el estudio de la Coalición sobre el Impacto de la COVID-19 en los estudiantes relució que, la mayor preocupación de los encuestados recae en que uno de sus padres, madres o encargados se enferme y se le imposibilite pagar por su educación.
Además, sobresalió que un 46% de los estudiantes que iniciaron a trabajar a raíz de la pandemia expresaron que su familia dependía de su ingreso.
“La crisis económica que está experimentando el País no es un aspecto nuevo ni uno que trajo la pandemia, pero ciertamente es un problema que se ha agudizado dado a ello y claramente afecta a los estudiantes”, indicó Bravo Saavedra.
La desmotivación
La experta dijo, además que, a raíz de la pandemia, muchos alumnos han presentado una desmotivación exacerbada respecto a los estudios, comportamiento que le adjudicó al cambio a educación virtual.
Determinó que el cambio a la modalidad en línea ha representado una pérdida en las vidas de los estudiantes de escuela superior, pues no solo perdieron la socialización, sino que también fueron privados de experiencias de enseñanzas de vida.
“Están experimentando nerviosismo y tristeza, pues la experiencia educativa se ha visto trastocada”, matizó.
También, le adjudicó a los cambios que hubo en los graduandos a las transiciones sociales, poblacionales y generacionales. Reiteró que, dado a la carencia de investigaciones realizadas sobre el tema, no se pudiese confirmar si ha surgido alguna transformación en el desarrollo de los jóvenes.
Comentó, por otro lado, que la reducción en graduandos se debe a la disminución en las tasas de natalidad en Puerto Rico.