El tomar alcohol y realizarlo de manera constante puede traer cierto placer a los seres humanos. Sin embargo, es vital conocer los efectos nocivos de esta sustancia, sobre todo a nivel cerebral.
De acuerdo con el psiquiatra especialista en adicciones, el doctor Arnaldo Cruz Igartua, los efectos del alcohol en el cerebro pueden depender de muchos factores, entre ellos la edad de la persona que lo está utilizando. Según el psiquiatra, este es el factor más importante, pues no es lo mismo el cerebro de un niño, que el de un adolescente, un adulto o un envejeciente.
“La edad es lo que va cambiando el cerebro”, indicó.
En este mismo contexto, explicó que la edad más vulnerable para daños en el cerebro es la niñez y la adolescencia, e incluso el bebé que está en el vientre.
Indicó que hasta los 24 a 25 años el cerebro aún está madurando y cambiando y dicho cambio puede verse afectado por el uso de cualquier sustancia.
Según Cruz Igartua, en la adolescencia ocurren cambios que se alteran con cualquier sustancia, y el alcohol es la más común, y además está legalizada y es accesible por toda la publicidad que se tiene alrededor.
“Hay dos mecanismos en el cerebro que son esenciales para la maduración, uno se llama la mielinización, que es que las neuronas son como unos cablecitos eléctricos y están rodeados de unas células que se llaman oligodendrocitos, que producen mielina, y eso hace que esas células conduzcan la electricidad, y esa conducción, al morir o dañarse con cualquier sustancia, y el alcohol es la mayor, pues dejan de conducir, dejan de producir mielina”, dijo sobre uno de los peores daños al cerebro.
“El otro daño es el pruning, es que el bebé nace con muchas, demasiadas conexiones entre unas células y otras, y esas conexiones se tienen que ir recortando, y el mismo cerebro se encarga de irlas cortando hasta llevarlas al nivel que se supone que sea, y ese pruning se daña también con cualquier sustancia adictiva”, agregó.
Asimismo, dijo que los adolescentes tienen de cuatro a diez veces más riesgo de desarrollar adicciones que un adulto. A raíz de esta adicción pueden enfrentar problemas de aprendizaje y concentración y de conducta.
En concordancia, la especialista en psicología y consejería en rehabilitación, Verónica López, sostuvo que el cerebro en edades jóvenes no se ha terminado de desarrollar por lo que cuando se consume en esas edades, hay repercusiones más intensas.
“El dañar esos mecanismos, en el caso de las drogas, puede producir daños duraderos, o sea que esa persona, aunque deje de usar (alcohol), ya tiene lesiones”, sostuvo Cruz Igartua.
El psiquiatra indicó que el alcohol además impide la absorción de la tiamina, es decir, la vitamina B1. Dicha vitamina es substancial para que las neuronas puedan captar el azúcar, es decir el combustible que utiliza el cerebro. Entonces, si no hay tiamina, se va el cerebro en “shut down”, lo que según el doctor, sí mata las neuronas.
Mencionó además que la falta de tiamina se conoce como demencia alcohólica, que es cuando se van dañando y muriendo células cerebrales y la persona comienza a tener unos síntomas neurológicos, como no poder caminar bien, dificultad en la memoria e incluso en el habla.
“Si eso no se atiende a tiempo, dejando el alcohol y tomando grandes cantidades de tiamina, se puede convertir en el síndrome de Korsakoff, que ya se llama demencia alcohólica”, sostuvo.
Explicó que cuando una persona se intoxica, otro daño al cerebro puede ser que se desinhibe, ya que el alcohol es un depresivo y una sustancia sedativa que deprime el sistema nervioso central. Así que, la parte que más se afecta es la corteza prefrontal, la cual permite tener lógica, coherencia, poder tomar decisiones, poder controlar los impulsos, la memoria y la coordinación, entre otros.
Por otro lado, el doctor Jayson Fuentes Soto, especialista en medicina naturopática, indicó que el alcohol tiene efectos en muchas áreas de la fisiología, pues interfiere en muchos procesos.
“Se sabe que cuando uno toma alcohol tiene un efecto. Ya cuando se toman dos o tres tragos, comienzan efectos neurológicos, como mareos, y se sabe que tienen un efecto en el sistema nervioso central”, explicó el doctor Fuentes Soto.
Todas las drogas adictivas tienen el mecanismo de un neurotransmisor, y en ese caso es la dopamina que produce placer, el cual sí es placentero, pero en este caso puede ser dañino, sostuvo Cruz Igartua.
Mencionó que algunos usuarios romantizan el uso del alcohol, con nombres como “el traguito” y “el palito”, lo que se puede deber al daño cerebral que tienen como consecuencia de la adicción. Con este daño, la persona le comienza a quitar importancia a muchas cosas que los seres humanos están supuestos a dar importancia en la vida, y se la da entonces, a la intoxicación, y se va deteriorando todo su esquema de valores.
¿Por qué algunos buscan estar en estado de embriaguez constantemente?
Según el psiquiatra, todas las drogas adictivas tienen el mecanismo de un neurotransmisor, y en ese caso es la dopamina que produce placer, pero también puede ser dañino.
Asimismo, López sostuvo que desde la terapia de aceptación y compromiso (un tipo de terapia psicológica), esta intención o búsqueda de estar en estado de embriaguez todo el tiempo se la llama “evitación experiencial”.
“Y lo que nos dice es que el ser humano, no ha tenido el entrenamiento o no ha adquirido las estrategias de afrontamiento saludable para manejar el dolor psicológico”, explicó.
Así que, cuando llega este dolor psicológico, si la persona carece de esas estrategias de afrontamiento, buscará experimentar ese dolor y, por ello, es que está todo el tiempo en estado de embriaguez, agregó.
La especialista explicó que el alcohol o sustancias son estrategias de afrontamiento enfocadas en la evitación. Lo que sucede es que si se utilizan esas estrategias enfocadas en la evitación de manera prolongada, el cerebro se va a adaptar y va a esperar dicha respuesta, o sea que se acostumbra y sigue pidiendo de la sustancia.
Explicó que incluso si la persona quiere o intenta parar, el cerebro le pedirá eso que antes le daba cierto tipo de placer.
Sostuvo además que cuando educa de este tema, trata de no hacerlo desde una perspectiva punitiva ni de decirle “no lo hagas”. Aún así, sostuvo que si la persona tiene que tomar dos cervezas todas las noches para poder dormir, sí hay un problema.
Fuentes Soto recalcó que en el caso de las personas que buscan estar en estado de embriaguez o tipsy todo el tiempo, es bien importante tener presente la perspectiva psicológica para poder identificar el porqué esa persona quiere escapar de su realidad.
Explicó que existen personas que toman el gusto y se acostumbran. “Nuestro sistema es adaptativo y se adapta a todo lo que nosotros estemos, y esa estimulación de la serotonina, obviamente nuestro cuerpo lo va a pedir”.
Recomendaciones
“Ni prohibirlo, ni legalizarlo es una solución para estos problemas, es educar, y es poner unas protecciones a las personas mas vulnerables, que te estoy mencionando, son los niños, adolescentes y las mujeres embarazadas, y quizás los envejecientes”, sostuvo Cruz Igartua.
De acuerdo con la especialista en psicología, la persona deberá tener en cuenta que esta acción va afectar a corto y largo plazo.
En cuanto al corto plazo, explicó que podría afectar las funciones ejecutivas y se influyen varias áreas como la capacidad cognitiva, que es la capacidad para adaptarnos a situaciones, la inhibición, disminuye la capacidad para las respuestas impulsivas o toma de decisiones.
También, explicó que afecta en el área de planificación y toma de decisiones, así como la coordinación y el equilibrio se ven comprometidas.
“El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, así que va a comprometer toda la actividad cerebral y toda la actividad neuronal. Así que, automáticamente, todo lo que nosotros hacemos para funcionar, se va a ver impactado”, expresó.
Agregó que a largo plazo se ha demostrado que puede afectar la estructura y las funciones del cerebro. Asimismo explicó que hay síndromes y condiciones que se desarrollan a raíz de un consumo prolongado de alcohol y eso puede ser una consecuencia, al igual que el desarrollo de dependencia o el trastorno de consumo de alcohol, que es cuando el consumo ha sido fuerte por doce meses o más.
Sostuvo que la prevención es la clave, pero si ya la persona está bajo el consumo frecuente y consistente, puede haber un problema.
“Por lo menos con que tengas la capacidad de disminuir y, a la larga, poder dejarlo, si es que se logra. Hay que a la misma vez trabajar en terapia y trabajar estrategias para manejar lo que sea que es la razón por la que lo estás consumiendo”, agregó.
Sostuvo que hay que a la misma vez que se disminuye el consumo del alcohol hay que aumentar las estrategias para poder afrontar la vida en general o experiencias de manera adaptativa.