La llamada dieta keto se ha vuelto muy popular en años recientes, sobre todo, entre aquellas personas que buscan bajar de peso. 

Según expresó la dietista Melissa Nieves, esta dieta “es bien alta en grasa. Tiene desde 75 hasta 80 por ciento de grasa y es bien bajita en carbohidratos. El consumo de carbohidratos solamente es de un 5 a un 10 por ciento”. 

Es decir, que quienes practican la dieta keto consumen más grasas procedentes de los lácteos -como la leche y el queso-, carnes, pescados y aceites -preferiblemente de origen vegetal como el de coco o aguacate-, que carbohidratos que se encuentran en el arroz, los tubérculos, las pastas y el pan. 

Cuando el cuerpo no consume suficientes carbohidratos, ocurre lo que se conoce como cetogénesis. “La cetogénesis es el estado en el cual el cuerpo está quemando grasa en vez de glucosa o azúcares simples que es lo que obtenemos [mediante la ingesta] de los carbohidratos. Cuando uno no está consumiendo suficientes carbohidratos, el cuerpo utiliza las reservas de grasas como su fuente de su fuente de combustible”, explicó Nieves. 

Como resultado, las personas bajan de peso. 

Sin embargo, Nieves considera que se deben evitar los extremos, ya que un estudio reciente encontró una asociación entre el consumo muy alto y el consumo muy bajo de carbohidratos y el aumento en mortalidad. 

“Los carbohidratos incluyen las frutas, los vegetales, los granos integrales y los lácteos. Estos alimentos son ricos en nutrientes como vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra, calcio, ácido fólico y vitamina D. Por lo tanto, los que siguen la dieta keto pueden quedar deficientes en estos nutrientes importantes. El estreñimiento también está asociado a un consumo tan bajo de fibra”, señaló Nieves.

Otro aspecto que llama la atención de Nieves es que “los tipos de dietas altas en grasa, como la dieta keto, pueden aumentar los niveles de lípidos en sangre, el colesterol, los triglicéridos y el colesterol malo. El aumento en estas sustancias suele provocar problemas cardíacos y afectar la calidad de vida de las personas”. 

A su vez, “como esta dieta tiende a ser un poquito más alta en proteínas podría sobrecargar los riñones. La proteína, cuando se metaboliza, genera desechos que tienen que pasar por los riñones para ser filtrados y personas que quizás tengan alguna predisposición de condiciones renales pueden verse afectadas”, comentó la dietista licenciada.

Añadió que el consumo excesivo de grasas está asociado al padecimiento de piedras en los riñones y condiciones del hígado. 

Por otra parte, a Nieves le preocupa que han surgido muchas versiones de la dieta keto y “como el cuerpo no va a reconocer de dónde viene la grasa hay personas que empiezan a comer mucha comida chatarra, como chicharrones, hamburguesas, tocineta y embutidos, entre otras carnes procesadas”. 

Nieves destacó que el consumo frecuente de carnes procesadas o preparadas con sal puede afectar la presión sanguínea. Asimismo, adviertió que “la Organización Mundial de la Salud clasificó las carnes procesadas como cancerígenas. Encontraron que el “consumir todos los días 50 g de carnes procesadas [equivalente a 4 rebanadas de tocineta o 1 hot dog], aumenta un 18% el riesgo de cáncer colorrectal”.

“La dieta keto no es para todo el mundo”

Aunque muchos la practican, Nieves enfatizó que pocos conocen el objetivo con el que se originó esta forma de alimentarse. En 1921, el doctor Russell Wilder descubrió que una dieta que incluyera más grasas y menos carbohidratos, podría funcionar como tratamiento para pacientes epilépticos, quienes padecen de actividad eléctrica anormal en la corteza cerebral. 

Múltiples experimentos clínicos han validado la conclusión de Wilder. Precisamente, un artículo llamado Epilepsia y alimentación, dietas cetogénicas destaca que la combustión de ácidos grasos y la limitación en el aporte de glucosa -cuya fuente principal son los carbohidratos- juegan un rol importante en el control de las crisis epilépticas. O sea, que la cetogénesis puede ayudar a reducir los ataques epilépticos. 

Sin embargo, encontrar una forma para bajar de peso no estaba en la lista de objetivos de Wilder. Y, “no tenemos suficientes datos para saber si [usarla con ese objetivo] a largo plazo puede causar algún problema de salud”, aseguró la dietista.

Para Nieves, la mejor manera de bajar de peso o mantener un peso adecuado es llevar una dieta variada, incluir todos los grupos de alimentos, consumir las porciones adecuadas para cada persona y mantenerse activos. 

Además, “la dieta keto es demasiado estricta, lo cual la hace muy difícil de llevar. Las personas que no la pueden sostener tienden a aumentar el peso que perdieron nuevamente cuando la dejan. ¡Comer no debe de ser una función tan sacrificada!”, opinó la nutricionista.