El orden y la limpieza son dos palabras que describen a perfección a la reconocida empresaria y autora de origen japonés Marie Kondo, una gurú que alcanzó la fama en 2019 por enseñar a las personas a mantener cada detalle de su hogar limpio y organizado y se ha convertido en un modelo a seguir por muchos a nivel mundial.  Pero, ¿hasta qué punto las conductas de limpieza y orden son normales y cuándo pueden convertirse en una obsesión?

Muchas personas ven la limpieza y la organización como una forma de sentirse en armonía, despejar su mente, mantener un equilibrio y dar rienda suelta a la creatividad y la productividad, pero cuando algunas de estas conductas se transforman en acciones compulsivas para aliviar algún tipo de emoción o en, otro escenario, todos sus pensamientos están relacionados al orden de las cosas, podría tratarse de un trastorno obsesivo compulsivo de limpieza y orden.

Según la psicóloga clínica, la doctora Vimari Vega Ríos, las personas con un trastorno obsesivo compulsivo o mejor conocido como TOC, por lo general, sienten que estos pensamientos no deseados y comportamientos repetitivos toman control de su vida y muchas veces interfieren en sus actividades cotidianas. 

Cuando es un TOC de limpieza, la persona está pensando obsesivamente en todo lo relacionado a esto. Por ejemplo, en gérmenes, suciedad o que los objetos están contaminados.

“Buscará formas conductuales para aliviar ese pensamiento, como hacer limpiezas que requiera hacerse de determinada forma porque se piensa que así mata a los gérmenes usando algún producto particular, haciendo la limpieza con unos pasos particulares o tipo rituales, que no pueden omitirse ninguno”, explicó Vega Ríos.

Señaló, de igual manera, que el individuo comienza a pasar mucho tiempo del día dedicado a esa idea o pensamiento y/o al acto, para así aliviar el malestar que le causa. 

“Se crea un malestar significativo en su vida, repercutiendo en una o varias áreas de su vida. Secundariamente puede coexistir y ser comórbido con la depresión y ansiedad, ya que se dan cuenta que no pueden controlar los síntomas; afectando y creando un trastorno del estado de ánimo”, aseguró. 

No obstante, para llegar al diagnóstico de este tipo de TOC requiere una evaluación minuciosa y toda la responsabilidad de los profesionales de la salud mental, apuntó la psicóloga clínica Sheily K. Alveiro Rivera.

“Tenemos que observar si empezáramos a sospechar sobre una conducta que pudiera tener un impacto significativo en las tres esferas importantes, que es la ocupacional, social y personal. Entonces si hay un impacto significativo en estas, junto con otros criterios diagnósticos del DSM-5-TR, y la persona cumple con estos criterios para emitir el diagnóstico, ahí vamos a verlo”, sostuvo Alveiro Rivera.

Mencionó que, dentro de la familia de TOC, hay características similares o compartidas con algunos desórdenes de ansiedad, como la preocupación.

El desarrollo de una preocupación normativa es, precisamente, una particularidad en los trastornos obsesivos compulsivos, dijo la psicóloga.

Según el Instituto Nacional de la Salud Mental, las personas con este trastorno muchas veces no sienten placer al realizar las conductas o los rituales compulsivos, pero sienten alivio por la preocupación que ocasiona el pensamiento obsesivo. 

Asimismo, podrían dedicar al menos una o tres horas diarias a estos pensamientos obsesivos o comportamientos compulsivos, como lo podría ser la limpieza obsesiva por contaminación o la simetría, en la cual compulsivamente repite, ordena y cuenta. 

Muchos individuos experimentan una marcada ansiedad que puede incluir ataques de pánico recurrentes. Otros refieren fuertes sentimientos de disgusto”, compartió Vega Ríos. 

Por lo preciso que deben ser los criterios de diagnóstico, recordó la importancia de establecer una diferencia entre obsesiones e ideas delirantes, ideas sobrevaloradas y las fobias, pero también entre conducta compulsiva e impulsiva.

De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, algunas de las obsesiones comunes (pensamientos, impulsos o imágenes) de este TOC pueden manifestarse a través de ansiedad de olvidar o perder algo, miedo a las bacterias y gérmenes, pensamientos agresivos y el deseo de tener todo en perfecto orden, incluyendo la simetría.

Mientras que las compulsiones, que son comportamientos repetitivos, se podrían ver como una necesidad excesiva de lavarse las manos, contar compulsivamente y comprobar -repetidamente- que puertas y ventanas están cerradas y los electrodomésticos apagados.

Una de las recomendaciones más importantes es que si usted o un ser querido ve este reportaje, se oriente con un profesional de la salud mental. Las personas que enfrentan este diagnóstico pueden llegar a vivir una vida óptima y funcional”, concluyó Alveiro Rivera.