Si bien Puerto Rico es caracterizado por su gente feliz y optimista, el tener estas características no significa que se tengan que minimizar las situaciones o emociones que sienten los puertorriqueños en momentos difíciles, como el que se vive actualmente tras el paso del huracán Fiona.

Es Mental conversó con expertos de salud mental y conducta humana sobre los riesgos del positivismo o resiliencia tóxica y sus efectos en tiempos de desastre. 

De acuerdo con el doctor Eduardo A. Lugo, no existe la resiliencia sin recursos. En entrevista con Es Mental, el director ejecutivo de Impacto Juventud explicó haber leído y escuchado que la situación que ocurrió el pasado fin de semana  compara con el huracán María. 

“Esto es llamar a las personas a ser héroes y heroínas y por otro lado a victimizarlos, por lo que el que no tiene servicios de salud, el que no tiene vivienda segura, el que no tiene servicios de educación accesible, servicios de salud mental accesibles, no hay manera de que pueda aguantar cinco años de traumas repetidos”, sostuvo.

Por su parte, el trabajador social clínico, Emanuel Resto Resto, explicó que en efecto se ha observado el positivismo tóxico en estos momentos de emergencia. Ejemplificó que esta conducta se puede escuchar en frases como: “Las cosas pasan por una razón, vendrán cosas mejores”. 

Aunque quizás  pueda ser cierto, el trabajador social dijo que el problema recae en que  la persona que afronta la adversidad tiene que trabajar con el “aquí y ahora”. 

Resto recomendó reconocer las emociones y ser realistas. “Si toca llorar se llora, si al ver los daños uno ve que la recuperación será larga, pues se debe ser realista”.

Por su parte, la especialista en psicología cognitiva conductual, Sandra López, compartió su perspectiva sobre el tema de la resiliencia en su página de Facebook, donde expuso que la resiliencia es algo y el normalizar los servicios mediocres y deficientes que reciben los puertorriqueños es otra. 

También, invitó a la comunidad a ser resilientes y más aún exigentes con los servicios deficientes que ha brindado el gobierno.   

De manera similar, la psicóloga clínica Marlesa Banuchi, quien ha visitado comunidades durante la emergencia de María y de Fiona, mencionó que una de las frases que ha escuchado es: “Lo material se repone, lo importante es la vida”. 

Aunque es cierto, la doctora explicó que en muchas ocasiones lo material tiene detrás años de sacrificio para, por ejemplo, construir su casa, obtener sus cosas y tienen mucho valor. Además de que a nivel emocional son muestras de su esfuerzo y sacrificio lo que crea un impacto en su salud mental muy grande.

Riesgos

En este contexto, el trabajador social Resto explicó que el riesgo con el “positivismo mágico”, es que lleva al conformismo y no a la acción

En concordancia,  López sostuvo que cuando se tiene este tipo de positivismo tóxico se corre el riesgo de que los individuos se queden atascados en el problema y, por tanto, no se mueven a la búsqueda de soluciones o toma de decisiones. 

“Minimizamos, negamos los pensamientos y emociones negativas propias o de otros a nuestro alrededor y eso también nos estanca en la inmovilidad, porque el ‘todo se va a resolver’ nos aleja de la realidad. Sí, se va a resolver, pero necesitamos planificar acciones concretas para solucionarlo”, sostuvo López.

López afirmó que es necesario aprender a gestionar nuestras emociones adecuadamente y que, aunque ver el lado bueno de las cosas es una virtud, puede llegar a convertirse en un problema cuando se niega la realidad.

Lugo, por su parte, dijo que desafortunadamente en Puerto Rico durante los últimos cinco años se ha tergiversado el concepto de resiliencia. 

De acuerdo con el también profesor, muchas personas pueden llegar a resentir este tipo de resiliencia tóxica pues: “es como si fuera culpa de ellos  no poder adaptarse a esta miseria”.

Mencionó, además, que una cosa es tratar de ser optimista dentro de una realidad, a querer poner a todo una frase motivacional. 

Por su parte, Banuchi explicó que con este tipo de eventos se revive lo que pasó en años anteriores, por lo que es muy importante escuchar las historias de los demás, sin minimizar, pues dicho apoyo hace una diferencia grande en circunstancias como las actuales.

“Que sí es bueno fortalecer y animar y restablecer la esperanza, pero antes de ese paso necesitamos validar la realidad emocional que la persona está enfrentando ante cualquier pérdida”, sostuvo Banuchi.

Recomendaciones

El trabajador social explicó que lo mejor que se puede hacer, en el caso de las personas “desde el privilegio” es que ayuden a dar voz al que sufre y evaluar en qué manera desde su posición pueden ayudar a otros.

Resto mencionó que la resiliencia puede ser positiva si en lugar de limitarse a aplaudir el aguante, se lleva a una autorreflexión de “qué se debe hacer para evitar sufrir lo que ya se sufrió”. Explicó  que en términos coloquiales  se vería, “que bien que hayas podido soportar todo eso, pero no tienes por qué acostumbrarte a eso”. 

Según Lugo Hernández, lo que ha vivido el pueblo puertorriqueño no se resuelve a largo plazo con campañas inspiracionales, sino que se resuelve con recursos adecuados para que las personas puedan tener una sociedad donde haya posibilidades de desarrollo y donde haya posibilidades de poder tener  bienestar.

“A esa gente no hay forma de pedirle resiliencia porque están en modo de sobrevivencia”,dijo. 

Por su parte, Banuchi recomendó brindar palabras de apoyo como: “Los acompañamos en este momento, no están solos”, pues ese tipo de comentarios validan el estado emocional y la realidad de la persona y es un buen primer paso para brindar cierto tipo de resiliencia positiva.

López explicó que los damnificados experimentan una gama de emociones que pueden ir desde angustia, miedo, tristeza, coraje y desesperanza, por lo que recomendó como primer paso que validen su sentir, recordar que ese es su sentir en dicho momento y que no conocen si se sentiran igual en el futuro. 

Asimismo, recomendó a la sociedad brindar cierta presencia positiva con menos crítica, más apoyo, menos juicios y más empatía. Según la especialista, no toda la población tiene la misma capacidad cognitiva ni emocional, la misma historia de vida, las mismas circunstancias, los mismos miedos y las mismas cicatrices.

A los que han hablado “desde el privilegio” o la diáspora, la psicóloga recomendó que deben practicar la empatía y solidarizarse con los menos aventajados. Expuso que se puede ser solidario cuando se toman acciones específicas en beneficio de aquellos con menos recursos.  

Si bien para la diáspora es una forma de sentirse que están presentes, la psicóloga recomendó que sean  cautelosos con sus expresiones. 

“Exijamos, como pueblo unido, acciones concretas, urgentes, de parte de los dirigentes del País. La recuperación de Fiona no debe ser bajo ninguna circunstancia, la ‘recuperación’ de María”, sostuvo.