Exponer a los niños constantemente a la violencia que se transmite a través de canales como los videojuegos, donde en ocasiones los menores utilizan juegos que no corresponden a sus edades o no son supervisados por un adulto mientras juegan, puede conllevar problemas de conductas y trastornos psicológicos.

El rol de los padres para evitar que sus hijos retransmitan la violencia que está presente en algunos videojuegos es esencial, según Mayra Olavarría, coordinadora de la Clínica de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencia Médicas.

“Cuando sustituimos el deber de padre y de madre con un teléfono celular, con un juguete electrónico, con un televisor, con un ‘toma dinero y te dejo en el centro comercial y ve lo que te dé la gana’. Cuando sustituimos eso y no estamos criando, no estamos acompañando a ese menor a que, por ejemplo, tenga la edad para ver una película de guerra, y yo no estoy (como padre) ahí con él para orientarlo y hablarle del tema, eso es riesgoso. Le estamos dejando a ese niño toda esa información en un espacio de desamparo”, aseguró la experta.

Olavarría indicó que cuando los padres no le brindan la atención que necesitan a sus hijos puede abrir paso a la retransmisión de la violencia con mayor facilidad. Esta conducta, según ella, con el tiempo puede conllevar a que los menores pierdan la sensibilidad y entiendan que la violencia es normal. Esta situación, a su vez, puede provocar que comiencen a realizar acciones no propias de su edad.

“El estar expuesto a la violencia como un elemento normal es lo que afecta a la psiquis de los niños y los adolescentes. Enfatizo en la palabra normal porque es que, en general, estamos presentando consistentemente actuaciones violentas en los medios de comunicación y los juegos de vídeo que normalizan lo que es matar y ser violento. Ellos van viéndolo como algo que es normal, que no es malo y que podrían hacer en algún momento”, alertó Olavarría.

Aunque los videojuegos son uno de los canales que más se asocian a los niños, uno de los mayores retos que enfrentan los padres a la hora de evitar la retransmisión de la violencia, es que esta puede alcanzar a un niño desde el seno de su hogar hasta los niveles más altos de gobernanza, como es el asunto de las guerras internacionales.

“Están recibiendo ese impacto en todo momento y eso los puede llevar a crear callosidad y verlo como si fuera natural, o los puede llevar a convertirse en adolescentes encerrados en sí mismos y que no quieran manejar lo que está a su alrededor porque es feo, doloroso”, compartió Olavarría.

La psicóloga explicó que la violencia en los niños, al igual que en otras estratas, también tiene un aspecto relacionado al poder, a la sensación de tener control sobre otros y sentirse en la libertad de violentarlos. Al presenciar estas conductas en los videojuegos, películas y demás, los menores lo interpretan como un acto de poder sobre el otro. De ahí se desencadenan otras situaciones como el bullying en el vecindario o a las escuelas.

“Como yo soy superior a ti, como tú eres inferior, diferente… Yo te voy a violentar, te voy a gritar, te voy a insultar y te voy a minimizar”, ejemplificó la psicóloga.

Aunque puede que el niño muestre las consecuencias de demasiada exposición a la violencia siendo violento por sí mismo, muchos otros pueden presentar otros síntomas como la depresión o desórdenes de conducta.

“Los estudios de niños expuestos a la violencia han demostrado que ellos pueden: ponerse “inmunes” o insensibles al horror de la violencia, imitar la violencia que ellos ven y demostrar un comportamiento más agresivo debido a una mayor exposición a la violencia”, compartió la American Academy of Child & Adolescent Psychiatry (AACAP).

Los padres deben emplear un patrón consistente y persistente de disciplina para que los niños tengan una figura autoritaria y no hagan todo lo que les plazca, según la psicóloga. 

“Tienen que ser consistentes en la disciplina con el niño. Consistentes en términos de que si hoy hicieron esto mal y usted lo reprendió o lo castigó, si mañana hace lo mismo, debe tomar la misma acción porque si hoy yo estoy cansada, y no quiero bregar con eso, y lo dejo, el mensaje que el niño entiende es ‘yo puedo manipular aquí y puedo actuar de cual o tal forma’”, dijo.

La experta explicó que durante el proceso correctivo los padres deben dar el ejemplo de lo que están pidiendo a sus hijos con actos como no promover la violencia en el hogar a través de peleas entre los adultos o evitar decir mentiras frente a los niños.

“Si usted no quiere la violencia en su casa, no la promueva y, a veces, nosotros (los adultos) podemos ser violentos sin darnos cuenta. Estamos viendo una película y decimos: ‘qué bueno que le está dando una pela’. Cuidado, nuestros hijos están escuchando, hay que tener cuidado con lo que decimos. Hay que dar el ejemplo. Los niños escuchan en muchas ocasiones más nuestro ejemplo que nuestras palabras”, aseguró Olavarría.

La psicóloga también recomienda poner límites en los menores. Límites que van desde fijar un horario para jugar videojuegos hasta evitar comprarles todo lo que pidan.

“A los niños no se les puede dar todo lo que quieran, porque el mensaje es ‘tú puedes tener todo que quieras, no hay límites, no te vas a frustrar’. Entonces, criamos una generación engreída, que se cree que se lo merece todo, que si se le da en exceso, está dispuesta, eventualmente, a cometer delitos para conseguir eso que tuvo en algún momento”, comentó.

Respecto a los videojuegos, los padres deben verificar de qué tratan y si son apropiados para su edad. Sobre este particular la doctora invita a los padres a reflexionar que no todos los niños maduran a la misma edad, ya que “hay niños de trece años que no tienen la madurez para jugar un juego”, aunque la clasificación así lo indique. Deben recordar que estos son unos parámetros generalizados y que cada niño se desarrolla de una forma distinta. Sobre el tiempo adecuado de exposición a los videojuegos, Olavarría recomienda que se tome en consideración la edad del niño, teniendo en cuenta que antes de los 2 años no debe haber exposición y no más de una hora a los niños de 12 años o menores.

La violencia contra la mujer y los videojuegos

En Puerto Rico, tan reciente como en marzo de este año, la Procuradora de las Mujeres, Lersy Boria, hizo un llamado a los padres a que estén atentos a videojuegos que incitan la violencia contra la figura de la mujer.

“Hacemos un llamado a todos los padres para que estén alertas y monitoreen los videojuegos que están utilizando sus hijos. Hemos recibido información de un juego en particular que premia al jugador por tener relaciones sexuales no consentidas con mujeres y luego las asesina. Estos juegos promueven la violencia y no son aptos para menores”, advirtió Boria en declaraciones escritas.

Según explicó la Procuradora, se trata de un juego cuyo objetivo principal es que el protagonista tenga relaciones sexuales no consentidas con mujeres, ejerciendo la mayor cantidad posible de violaciones, para luego asesinar a sus víctimas. Preocupada por este tipo de animación y el acceso a los niños, Boria coincidió con Olavarría al indicar que este tipo de videojuego, con contenido violento y sin censura, puede conllevar cambios en la conducta del menor, al punto de ver la violencia contra la mujer como algo normalizado.

“Por esto los padres deben hablar con sus niños y adolescentes para explicarles los riesgos que conlleva este tipo de juegos”, recomendó Boria.

A estas recomendaciones, la Procuradora añadió otras como:

  • Cotejar continuamente los juegos que los niños descargan.
  • Limitar el acceso a tarjetas de crédito con las que pudiesen adquirir todo tipo de juegos.
  • Limitar y supervisar a cuentas propias en redes sociales.
  • Hacer uso de herramientas de monitoreo como Qustodio que permiten bloquear contenidos peligrosos y páginas web en tiempo real.