El semestre escolar comenzó de una manera atropellada tanto para los estudiantes como para los maestros, desde prekinder hasta último año universitario. Sin embargo, imagine tener que darle clases virtuales a un estudiante que no puede hablar ni escribir y usted no puede tener contacto directo con él.
Este es el reto que enfrentan muchos maestros, entre ellos Bryan Rivera, quien se dedica a educar a niños y niñas del Programa de Educación Especial.
“El mayor reto es no poder estar al lado de ellos, ya que los estudiantes con los que trabajo tienen autismo nivel tres, por lo que no han aprendido a ir al baño, no hablan y no manejan tan siquiera un lápiz. Ha sido bien retante el hecho de cómo yo llego a este estudiante si yo no puedo manipularlo, no puedo estar a su lado para emitir una respuesta”, explicó Rivera, quien tiene una maestría en Educación Especial.
Similarmente, la profesora Aimé Andino, quien es especialista en Educación Especial, ha tenido que enfrentar este reto con sus estudiantes con autismo, quienes tienen entre 6 a 8 años.
“Lo más retante es el desgastante proceso de cumplir con las normas patronales y adaptarlas a tu población, dado a que los módulos que ofrece el sistema, no se regulan a la población”, expresó la profesora.
Por otro lado, los maestros han tenido que reinventarse totalmente para poder llegar a sus estudiantes mediante una computadora o tableta y no perder su atención.
“Hemos tenido que alterar toda técnica creada específicamente para ellos, por ejemplo: el control de crisis, modular el lapso de atención, la dificultad de alterar su hogar para trabajar tareas, desencadena en resistencia y en ocasiones crisis”, manifestó Andino.
Asimismo, Brian Rivera ha tenido que buscar maneras de llegar a sus estudiantes adultos y preadultos. Para esto, creó el proyecto #InclusiónFueraDeLaCaja. El mismo se enfoca en que él como maestro hace una caja con los materiales necesarios para la clase para cada uno de sus estudiantes y se los lleva a sus hogares para que estos no tengan que arriesgarse a salir por el Covid-19.
“Los padres desarrollan indirectamente un modelo educativo dentro del hogar, y uno más académico y atemperado a las escuelas. Con este proyecto se busca integrar ambos para que los maestros y la familia no fueran dos caminos diferentes. Ahora con la pandemia este proyecto cobra un poco más de vida”, dijo Rivera.
Las cajas van acompañadas de vídeos explicativos para los padres y los estudiantes. El maestro crea un video de 30 segundos explicándole a los padres cuál es la expectativa del trabajo del día, y uno de cinco minutos para explicarle a los estudiantes qué deben realizar.
El trabajo social se trastoca por la pandemia
Además de tomar clases, los estudiantes del programa de Educación Especial necesitan estar constantemente visitando a sus trabajadoras sociales y a sus terapistas, y la virtualidad no es el mejor escenario para hacerlo.
La trabajadora social, Yadira Rivera Santiago, explicó a Es Mental que en su campo han tenido que buscar maneras de reinventarse, ya que no existía un protocolo para la pandemia cuando impusieron el primer lockdown en marzo.
“Ante el primer lockdown impuesto por la gobernadora, tuve que crear un servicio mediante servicarro para seguir atendiendo a los estudiantes, y consultar si tenían comida, pañales, entre otras necesidades”, dijo Rivera Santiago, quien tiene sobre 20 años de experiencia.
El mayor reto que Rivera ha observado es que los padres no tienen las facilidades para las terapias virtuales para sus hijos. “Hay un vacío de terapistas, ya que muchos renunciaron ante la pandemia, ya que el trabajo es doble”, aclaró. “Al no haber terapistas, no hay una coordinación educativa y de terapia, por lo que hemos tenido que hacerle acercamiento a corporaciones, ya que los padres se sienten desolados”, expresó la trabajadora social desde Naguabo.
“No es fácil, pero todos los días hay que levantarse porque alguien me necesita. Estoy aquí para servir, para ser un rayito de luz bien distante, que alguien se agarre de este rayito y pueda seguir adelante”, finalizó Rivera Santiago.