Si algo desconcierta sobre los millennials, es que no queda claro cuales son las edades que comprende esta generación que, al ser tan controversial, casi nadie quiere verse incluido en ella porque muchos expertos coinciden que se trata de un grupo social demasiado conectado a la tecnología, que no respeta las autoridades y que no siente el ímpetu de otras generaciones por el progreso. No obstante, según una investigación reciente sobre los jóvenes en América Latina y el Caribe, así como de una psicóloga puertorriqueña, lo que realmente debería estar en cuestión es el contexto en que esta generación busca desarrollarse.

“Los jóvenes de hoy enfrentan un mercado laboral muy distinto del que enfrentaron las generaciones anteriores. Para ello, necesitan un conjunto amplio de habilidades y de capacidad de adaptación que les permitan insertarse en un mundo laboral en constante cambio”, concluye la investigación “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?” en la que se estudió, en 2018, a 15 mil jóvenes de entre 15 y 24 años que viven en Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay.

A través de entrevistas, realizadas por distintos expertos, se determinó que el 41% de la muestra estudia solamente, 21% trabaja solamente, 17% realiza ambas actividades al mismo tiempo y 21% no estudia, ni trabaja. Los nini, como se les conoce comúnmente a los últimos, es una de las categorías más comentadas de la generación porque son visualizados como una carga para la sociedad. Sin embargo, es en ellos donde más evidente se hace que a pesar de tener todo a su alcance, ciertas circunstancias los condicionan.

“¿Existe relación entre el nivel socioeconómico de los hogares a los que pertenecen los jóvenes y las decisiones de estudios y trabajo que han tomado? De acuerdo al marco conceptual descrito previamente, sí, pues éste determina las oportunidades de inversión en educación que las familias pueden aprovechar para sus hijos y, con ello, cuándo y con qué preparación ingresan al mercado laboral”, discute la investigación.

Los que solo estudian, solo trabajan y estudian-trabajan, según los hallazgos, son los que provienen de familias con mejores ingresos. Por el contrario, aquellos que son catalogados como ninis, provienen de familias con ingresos menores, muy por debajo del resto de las categorías.

“En efecto, de acuerdo a las estadísticas en el gráfico 3, en todos los países los jóvenes nini pertenecen mayoritariamente a los hogares con menores recursos. También se aprecia que en todos los países, los hogares en que los jóvenes trabajan (independientemente de si estudian o no) tienen los ingresos más altos”. (Captura del estudio).

Los ninis, a su vez, tienen los niveles de educación más bajos y los niveles más altos en la concepción de hijos durante la adolescencia. Por supuesto, al pertenecer, en su mayoría, a familias de escasos recursos, tampoco se trata de que están todo el día pasándola bien en sus casas.

“La definición de ninis como aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan invoca una imagen de inactividad que no refleja su verdadera realidad. En los grupos focales declaran realizar un sinnúmero de actividades salvo que, a diferencia de las de quienes estudian, trabajan o las dos cosas a la vez, se inscriben en el ámbito privado del espacio doméstico, generalmente sin remuneración”, expuso el estudio.

La mayor parte de la muestra de los que no estudian ni trabajan aseguraron dedicar sus vidas a labores o negocios domésticos, así como al cuidado de familiares. (Captura del estudio)

El estudio confirmó, por otro lado, lo que para algunos jóvenes es evidente, independientemente del país en que vivan. Los problemas circunstanciales no son solo para los nini pues aquellos que trabajan denunciaron que los empleos en lo que se desempeñan carecen de la formalidad como para considerar quedarse por mucho tiempo. Así mismo, los que se encuentran en la búsqueda de empleo, dijeron sentirse “enfrentados a la paradoja de tener que demostrar tener experiencia para ser contratados, a la vez que, para lograr esa experiencia, primero tienen que haber trabajado”.

“…son varias las barreras que enfrentan (los jóvenes) para acceder al empleo formal. La falta de oportunidades y las malas condiciones –de horarios y salarios– que ofrecen los trabajos disponibles, entre otras, los empujan hacia trabajos precarios y/o informales. (Captura del estudio)

La mentalidad millennial desde la perspectiva puertorriqueña

Si algo queda claro para la psicóloga clínica Mayra Olavarría, coordinadora de la Clínica de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas, es que al tratarse un constructo social, los millennials no tienen un cohorte de edad específico.

“Hay gente que los empieza en los 80, hay gente que los empieza en los 90, pero son los niños del millenial que nacieron cercanos al milenio, antes de que terminara el siglo 20. Así que, podríamos estar hablando, según lo que he visto y leído, de chicos que pueden estar en edades tan pronto como 16 años hasta los 22, 23, 24 por ahí”, explicó Olavarría al abordar el tema de las edades de este grupo, a lo que añadió que “como es un constructo social, pueden haber millennials de 34 años y de 15 años”.

En cuanto a la psiquis de los millennials, las características que predominaban en las investigaciones y lecturas a las que Olavarría ha tenido acceso son:

  • Egoístas
  • Egocéntricos
  • No toleran la crítica
  • Tienen culto a la imagen
  • Todo es en el presente
  • Viven conectados a la aceptación en las redes sociales
  • No son estables en el trabajo
  • Se relacionan muy diferente a otras generaciones con las figuras de autoridad, porque necesariamente no reconocen esas jerarquías
“Eso es lo que se habla en casi todas las lecturas, pero yo no quisiera ponerle un sello, porque al igual que todas las generaciones tienen cosas buenas y características que a lo mejor a los más mayores nos sacan de tiempo”, abordó la psicóloga

¿Por qué son así?, es la pregunta que Olavarría entiende que se debe discutir con mayor profundidad antes de comenzar a señalar a la generación sin encontrar las debidas causas.

“De las posibles razones, miramos el acceso que tienen al mundo entero. Nacieron en una generación donde usted hunde un botón y puede viajar a Francia viendo fotos, viendo la realidad virtual. Tienen un visión amplísima del mundo aunque no lo hayan vivido, a diferencia de nosotros que uno no ha ido a Francia y no sabe cómo es. Entonces, eso le apaga el deseo y los ves que están como que no encuentran qué hacer. Están inconformes, se quedan pegados a sus dispositivos electrónicos y hacen cosas bien diferentes a las generaciones anteriores, y ahí viene la pregunta, ¿qué mundo le dejamos? ¿Cuánto le dimos, quizás, en exceso a estas generaciones para que ellos actúen de esta manera?”, aseguró.

A pesar de que se les cataloga tan severamente, no es correcto decir que alguien en específico tiene un diagnóstico relacionado a ser millennial. No obstante, cuando la doctora recibe niños y adolescentes que presentan algunas de estas características, busca trabajar con ellos “porque son jóvenes emprendedores que desean hacer un mundo mejor”. Para ayudarlos, según la experta, se les debe proveer espacios para regular sus emociones y controlar el ímpetu de que las cosas aparezcan.

“Debemos estarla mirando (la generación) a ver qué es lo que ellos quieren lograr. Qué es lo que ellos buscan de este mundo, porque le hemos dejado un mundo un poco difícil… Se ha generalizado mucho… Los profesionales de salud mental tratamos de no ser prejuiciados y cuando vemos las características pues simplemente trabajamos en ellas. Tenemos ese joven frente a nosotros y tenemos que trabajar con ellos y sus necesidades, pero entonces trabajamos a modo de reflexión, que ellos se puedan mirar y que estén claros si eso es lo que quieren hacer”, puntualizó la experta.

Estudiando los millennials en Puerto Rico

En 2015 se publicó el estudio “Millennials: A Generation of Togetherness but full of Contradictions” realizado por De la Cruz & Associates, una agencia de publicidad puertorriqueña, que presentó evidencia cuantitativa de cómo es esta generación. Según estos, hay más de 830 mil millennials en la isla.

Los estudiados, a los que también se le puede llamar parte de la generación Gen Y, Boomerang Generation, Peter Pan Generation según la agencia, fueron mil personas escogidas entre las edades de los 18 a los 34 años.

Así son los millenials en Puerto Rico según los hallazgos de De la Cruz & Associates:

  • Cercanos a la familia y los amigos.
    • 47% de los participantes mencionaron que su familia es una parte esencial de su vida
    • 49% dijo que los amigos son lo más importante
  • La educación es crucial.
    • 43% dijo que la educación es la clave para lograr todo lo que se propongan
    • 70% piensa que sin ir a la universidad no podrán ser exitosos
  • Fieles al trabajo, pero no por mucho tiempo.
    • 47% dijo ser leal a la empresa en la que trabajan
    • 41% dijo que no se ven trabajando en el mismo lugar por los próximos 5 años
  • No se pueden cambiar el mundo, pero sí poner de su parte para mejorarlo
    • 41% cree que no puede cambiar el mundo
    • 43% dijo que puede hacer la diferencia en Puerto Rico
  • Conectados a la tecnología y las redes sociales.
    • 68% están conectados a la Internet por más de seis horas diarias
    • 91% dijo estar en contacto con amigos en las redes sociales
  • Las redes sociales son la forma de comunicarse.
    • 92% usa Facebook
    • 81% WhatsApp
    • 66% Twitter