¿Es realmente constructivo utilizar juguetes sexuales o se trata de una necesidad fabricada por el bombardeo publicitario que promueve expectativas irreales?

Es Mental conversó con las sexólogas Ivelisse Bruno Ortiz y Aisha Molina Calderón sobre los mitos y realidades del uso de los juguetes sexuales. Asimismo conversó con tres usuarios de juguetes sobre sus experiencias personales.

MITO 1: Las personas pudiesen preferir el uso de un juguete sexual en lugar de un encuentro sexual.

Bruno Ortiz y Molina Calderon subrayaron que los juguetes sexuales no están hechos para reemplazar un encuentro sexual.

Molina Calderón dijo que algunas personas pueden preferir la instrumentología sexual a una pareja en momentos de su vida. Esto puede ser debido a que se encuentran recuperándose de una ruptura amorosa, porque temen el contagio de una infección de transmisión sexual o incluso de COVID-19, entre otras razones.

Por otro lado, dos de las usuarias entrevistadas validaron la idea de preferir uno de estos productos antes de tener un encuentro sexual. Afirmaron que opinan que su juguete sexual de preferencia es más preciso. 

“En el caso del hombre, suele requerir más veces y más confianza para poder sentirme menos incómoda y que la persona entienda mi cuerpo”, mencionó Teresa, una de las usuarias entrevistadas.

En ambos casos, se relacionó el aumento en placer que proveen estos productos a tener mayor control sobre la situación. 

“Cuando estás con una pareja tienes la presión de verte bien, de que le guste a la otra persona, estar en tu mejor versión, estar sexy, entre otros detalles. En muchos casos, la otra persona busca su propio placer, no el de nosotras. No obstante, con el juguete sexual estás en tu intimidad, solo pensando en tu placer”, añadió Ana, la otra consumidora entrevistada.

En esta misma línea, un estudio publicado por la Revista Americana de Sociología establece que hay una brecha de orgasmo entre las mujeres cuando están solas versus con una pareja. Entre sus participantes puntualiza que el 39% de las mujeres dijeron que siempre llegaban al orgasmo cuando se masturban y el 6% lo lograba durante el sexo. 

Según su experiencia, Ana destacó que, aunque los juguetes sexuales no sustituyen completamente lo que es un encuentro sexual por el contacto físico, la atracción y estímulos alternos que conlleva el acto, el uso de un juguete sexual facilita su orgasmo.

Asimismo, Molina Calderón agregó que con los juguetes sexuales no hay conversaciones eróticas, no hay caricias, no hay intercambio de placer que permita conectar coitalmente y afectivamente. 

MITO 2: Los usuarios pueden crear una dependencia hacia el uso de un juguete sexual.

La dependencia, de cualquier tipo, se basa en intentar compensar con alguna conducta de riesgo. En este caso, no necesariamente se habla de un problema con el uso de objetos, sino que puede ser que se está viviendo algún vacío o una carencia que lleva a la persona a refugiarse en el uso incorrecto de la instrumentología sexual, explicó Molina Calderón.

Por su parte, Ortiz Bruno señaló que todo se trata del uso que se le da al objeto y la perspectiva que hay sobre el producto. Expresó que si una persona usa el vibrador buscando siempre mayor placer, se puede crear una dependencia porque se le está poniendo el placer “en las manos del juguete sexual”. 

Específicamente en los periodos donde la luz se iba con frecuencia por los huracanes, explicó que, por su trabajo, vio mucha necesidad de parte de sus clientes al no poder cargar sus juguetes sexuales. 

Mientras, apuntó al rol de las redes sociales y la Internet como patrocinadores de los juguetes sexuales. La manera en la que las redes sociales y la Internet promueven el uso de instrumentos sexuales influye muchísimo en cómo las personas perciben su uso, opinó. 

“Hay que tener consciencia de que, al final del día, se trata de un producto que depende de ventas. No quiero decir que los juguetes sexuales sean malos, pero es importante que no se conviertan en consumerismo”, recordó al advertir que estos se venden como algo necesario para vivir el placer de manera completa. 

Ambas usuarias entrevistadas comentaron que las redes sociales y los comentarios positivos de amistades fueron dos factores principales al considerar la idea de comprarse un juguete sexual y seleccionar cuál querían. Aunque enfatizaron en que no sienten tener una dependencia a sus juguetes sexuales, comentaron que se suelen masturbar únicamente con su instrumento. 

Piensan que, por la facilidad con la que permite llegar al orgasmo, puede ser fácil crear una adicción. De hecho, Teresa aseguró en que desde que se compró su juguete sexual, tiene mayor interés por la masturbación.

MITO 3: Los vibradores se usan entre parejas cuando hay algún problema sexual entre sus integrantes

Un juguete sexual es para añadirle a la experiencia sexual con una pareja o a solas, comentaron ambas sexólogas al precisar que el uso de un instrumento de este tipo no equivale a un problema o carencia sexual, comentó Bruno Ortiz. 

Por su parte, Molina Calderón resaltó que los juguetes sexuales se pueden usar para hacer masajes en cualquier parte del cuerpo que no sean únicamente enfocados en el erotismo, para las parejas a distancia o como un objeto complementario en el acto sexual.

Asimismo, un tercer usuario entrevistado, Carlos, opinó que el uso de juguetes sexuales con su pareja, tal como indicado por Bruno Ortiz, le trajo novedad a sus encuentros sexuales. 

Explicó que esto le permitió salir de la monotonía con su pareja y variar sus relaciones sexuales. 

Por otro lado, Ana destacó que, a pesar de que en etapas iniciales la integración de su juguete sexual trajo inseguridades en su pareja, con el pasar del tiempo hubo aceptación de parte de su pareja. Comentó que gran parte de su placer viene de estimulación clitoral, por lo que, durante la penetración, el uso simultáneo de un juguete sexual la ayuda a orgasmar con mayor frecuencia y facilidad.

Similarmente, según un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH), las mujeres participantes probaron tener mayor probabilidad de orgasmo con el coito asistido, es decir, cuando el acto penetrativo incluye contacto con el clítoris sin intencionalmente tocarse, sosteniendo un 51-60%. La segunda respuesta alta en respuesta al coito con estimulación directa en el clítoris, como el caso de Ana, representando un 31-40%. El más bajo en respuesta fue el coito sin asistencia con un 21-30%.

De querer introducir un juguete sexual en su relación, ambas expertas recomendaron conversar con la otra u otras personas para adquirir consensualidad sobre su uso. 

Se debe de hablar con su pareja para evitar inseguridades, especificar por qué se quiere usar el juguete sexual, para qué se quiere usar, qué estímulo le gustaría adquirir con ello, entre otros detalles antes de usarlo con otra persona.