La violencia sexual en línea se perpetúa cotidianamente con prácticas como la pornovenganza, en la que difunden imágenes o videos de índole sexual sin el consentimiento de una persona y que tiene repercusiones en la salud mental e integridad física de las víctimas.
Además, conlleva serias implicaciones legales para todo individuo que difunda, revele o ceda a terceros el material, según dispone la Ley contra la Venganza Pornográfica de Puerto Rico.
En días en los que son visibles estas prácticas en las plataformas sociales y algunos usuarios, incluso, incitan a compartir el contenido, como fue el caso el fin de semana de la difusión de un video íntimo del hijo del locutor e influencer Jorge Pabón, conocido como Molusco, estas consecuencias cobran mayor visibilidad. El joven, menor de edad, fue víctima además de una hiperdifusión de este material a nivel público por ser hijo del también actor.
La licenciada Carmen Lebrón recordó que la ley tipifica como delito tomar fotografías o vídeos de contenido sexual y compartirlas sin autorización a otras personas a través de medios electrónicos. De encontrarse culpable, la persona puede cumplir una pena fija de 3 a 5 años. Además, de que la persona que difunde el material está sujeta a una demanda por daños.
Y si el contenido compartido incluye un menor, peores podrían ser las implicaciones legales, explicó Lebrón.
“Hay legislación federal que prohíbe desde poseer ese tipo de material (aún cuando no haya sido distribuido) hasta la distribución. Recordemos que la legislación federal considera a un individuo menor de edad hasta de haber cumplido los 18 años, por lo que entran otras leyes, como la Ley 246 para la Protección de Menores«, reiteró.
Trastocada la salud emocional de las víctimas
Las víctimas, por su parte, no solo se enfrentan a la revictimización y humillación tras la difusión de este material, además podrían experimentar secuelas emocionales.
Aunque los casos podrían variar, el psicólogo Javier Méndez Lozada señaló que la pornovenganza puede socavar severamente en la salud mental y la cotidianidad de algunos e incluso deteriorar la autoestima y la seguridad.
“En un mundo tan digitalizado es la sensación de ‘no sé dónde puedo estar sin sentirme observado o que alguien que me logró identificar por ese video en particular’. Entonces, la persona pasa de ser un ente de muchas cualidades y virtudes a ese evento en particular, a definirse a partir de ese evento”, compartió el profesional a Es Mental.
Enfatizó en que las entidades que trabajan la situación y a veces los familiares deben prestar atención al manejo del evento, pues pueden caer en un discurso de revictimización y responsabilización de la persona por lo ocurrido. Por esto, la red de apoyo puede terminar achicándose y haciendo sentir a la víctima como que está sola.
“Un ‘te lo dije’ no funciona, porque cuando una persona vive las consecuencias de un error, lo primero de lo que se acuerda esa persona es del ‘te lo dije’. Todos estos factores van a hacer más daño a la salud mental”, dijo.
Cuando se trata de jóvenes o niños víctimas de pornografía infantil o pornovenganza, podría trastocar la salud mental en edades posteriores, aseguró el psicólogo, quien explicó que si no se trabaja adecuadamente, también podría impactar negativamente las etapas de desarrollo.
“Desafortunadamente hemos visto muchísimos casos de niños y adolescentes que son víctimas de la pornovenganza y creo que es súper importante que sigamos visibilizando este tipo de tema. Iniciando por el tema de la sexualidad, que en casa se acaben los tabúes al respecto y dejar de creer que la escuela es la única responsable de educar sobre este tema, y todos los foros deberían unirse para educar sobre temas de sexualidad”, manifestó.
Apuntó a que una buena educación sexual derribaría toda la información incorrecta que reciben los más jóvenes a través del acceso a la Internet. Y, además, como familia, desarrollar mejor confianza y comunicación con los hijos.
El psicólogo mencionó que por tratarse de un tema en cual el contenido podría perdurar por mucho tiempo en los medios electrónicos y trastocar futuras ofertas de estudios o trabajo, así como el entorno de socialización, no debe descartarse buscar ayuda con un profesional de la salud.
Sobre si se puede eliminar o no el contenido y cuáles son las herramientas de denuncia -en línea- que tienen las víctimas, Juan Carlos Pedreira, estratega en mercadeo digital y medios sociales, contó que para la víctima puede ser cuesta arriba la remoción total del material.
“Hay que conocer que dentro de lo bueno que pueden tener las plataformas, hay un lado bien oscuro. Muchas veces los videos son extraídos y luego subidos al dark web, que es un lugar que se accede a través de un navegador especial y es una situación, que a medida que se tiene acceso al material íntimo, se hace mucho más fácil el ser mal utilizado. Es un problema grande aquí en Puerto Rico”, sostuvo.
Pedreira afirmó que muchas grandes compañías como Microsoft, META o Twitter cuentan con opciones para solicitar la eliminación del material, sin embargo, la acción no es inmediata y podría tardar algunos días.
“Tú tienes mecanismo tecnológicos, como ejemplo Microsoft con un sistema de tipo huella dactilar para detectar menores que sean víctimas de trata humana o pornografía infantil y se activa un protocolo para que alerte a las autoridades y se muevan. Pero para que las autoridades entren y trabajen estos casos tiene que haber algún tipo de reporte”, explicó.
En caso de aplicaciones como WhatsApp o Telegram es el individuo el que tiene la decisión de reportar o no, por lo que, en ocasiones, podría agravar la situación por la falta de control del material.
Pedreira hizo énfasis en la importancia de denunciar y aprovechar algunas herramientas digitales para acelerar el proceso.
“Uno puede ir a HSI (Homeland Security Investigations) y aquí en Puerto Rico hay agentes investigadores que trabajan esos casos de pornovenganza”, concluyó.