“Tenemos que tratar de cuidarnos para poder cuidar”, explicó la experta en salud mental perinatal Marenid Planell Camacho al enfatizar en que lo más importante en las primeras semanas luego del parto es tener empatía con uno mismo.
Explicó que de las dificultades principales en las primeras seis a ocho semanas luego del parto es lidiar con las expectativas.
Tal vez pensaba que el bebé no lloraría tanto y fuese más tranquilo, no consideró que iba a estar tan cansada ni necesitar ayuda, no ve tan claras las necesidades del bebé, entre otras nociones inesperadas que hacen al ajuste y al cambio drástico una experiencia inesperada, explicó.
Mientras, la ginecóloga y obstetra, Yari Vale Moreno, concordó con Planell Camacho al argumentar que hay una romantización en cuanto a lo que es el proceso del parto y postparto que impulsan a las madres a pensar que pueden cargar con las mismas responsabilidades que antes y las del bebé.
Como consecuencia de no cumplir con estas expectativas, se pueden presentar inquietudes en formas de ansiedad y estrés, detalló. Por esto, comentó que es importante tener una red de apoyo entre amistades, familiares y personas que estén pasando por lo mismo.
“Somos a veces muy duros con nosotros mismos, particularmente las madres, llega el bebé y pensamos que debemos de ser unas ‘súper mamá’”, agregó Planell Camacho.
Subrayó que las madres se suelen enfocar en descansar y en comer, pero no reconocen que con un solo cuidador, hasta dos, puede ser muy retante el proceso.
Asimismo, ambas afirmaron que gran parte de las dificultades en estas semanas iniciales son los cambios hormonales y físicos que pueden traer comportamientos que no se saben explicar.
Por su parte, Vale Moreno sostuvo que los riesgos para mamá son que las hormonas del embarazo van bajando paulatinamente, razón por la que la persona puede tener coágulos en las venas y alta presión.
Encima de estos posibles cambios, mencionó que recuperarse de la cesárea o de un parto y cuidar del bebé a la misma vez puede resultar difícil, pues cuidar al bebé se vuelve la prioridad y, a veces, no se sabe cómo sacar tiempo para cuidarse a uno mismo.
Ejemplificó que, según su experiencia como salubrista, suele ver a madres bien involucradas y con pocas horas de sueño, pues los primeros dos meses están lactando cada dos horas. Entonces, si logran dormir 5 horas corridas es un “milagro”.
Mientras, habló de las dolencias comunes físicas y emocionales como aquellos en los senos por la lactancia, el estrés emocional y la ansiedad, entre otras.
La melancolía postparto
Por su parte, Planell Camacho comentó que las madres las primeras dos semanas también pueden tener melancolía postparto, también conocido como “baby blues”.
Durante este periodo las madres pueden enfrentar una tristeza profunda, desinterés por el bebé, falta de motivación y cansancio que sobresale de lo típico, afirmó.
Detalló que este periodo se suele comparar a la menstruación, pues se presentan cambios hormonales inexplicables, pero el que no se pueda contextualizar no significa que se debe de minimizar.
Alertó que si pasan dos semanas después del parto se debe de considerar acudir a un experto en salud mental, pues pasaría a ser la depresión postparto que debería de tratarse.
Incluso, apuntó a un estudio que resalta entre sus hallazgos que los baby blues le suceden al 80% de las madres y que sus síntomas comienzan de 2 a 3 días luego del parto.
Asimismo, algunos de los síntomas son sentirse enojada, triste y llorar mucho, experimentar malhumor o ansiedad, tener problemas para dormir, comer o tomar decisiones, sentirse abrumada y que no puede hacer un buen trabajo para cuidar de su bebé, sentirse sola o aislada de amigos y familiares, tener problemas para concentrarse y no tener ganas de comer.
Explicó que esto pasa muchas veces desapercibido tanto por las personas a su entorno como por la madre, pues como están en un proceso de adaptación, muchas madres entran en un transe de ejecutar las cosas de manera automática. Por esto, las personas a su alrededor no lo notan o lo minimizan.
“Eso le pasa a todas, se te va a quitar” son afirmaciones que protagonizan las primeras semanas y pueden llevar a las madres a tener sentimientos de culpa y no sentir que tienen el espacio para expresarse, enfatizó.
Recomendaciones
Vale Moreno recomendó la lectura, el aprendizaje y la preparación para el periodo de postparto desde el periodo de la gestación.
Explicó que lo más importante es leer lo más posible para poder acoger las recomendaciones más importantes y obviar las que no sean necesarias, pues reconoció que el problema con la maternidad es que a muchas personas les gusta opinar y ofrecer sugerencias no solicitadas como si fuesen expertos.
Para las personas sin vacaciones por maternidad, propuso ahorrar días libres en el trabajo.
Alertó evitar las comparaciones con cómo otras personas manejan el mismo periodo y comentó que en vez de regalar tantas cosas que las madres no necesitan, deberían ofrecer su tiempo a las neomadres, ayudarlas y estar ahí en apoyo.
Por su parte, Planell Camacho añadió estar pendiente a los síntomas y escribir cómo se sienten cuando lo están sintiendo.
Recordó que es necesario beber agua y dormir, pero que va más allá de coger una siesta cuando el bebé la está tomando, sino que mamá debe de continuar cuidando de su salud física y de su energía.
Asimismo, afirmó que ir a las citas de rutina son importantes y criticó que muchas veces en el primer año postparto, el doctor que más ve a la mamá es el pediatra, pues las madres abandonan su propia salud por encargarse del de sus hijos.
Por esto, aclaró que se debe de cambiar la narrativa de que toda la atención va dirigida al bebé. Argumentó que las madres deben ser más gentiles con ellas mismas, pues los humanos cometen errores, y hay que darse la oportunidad de aprender sin ser tan fuerte con uno mismo.