Se ha hablado poco del impacto de la pandemia en los estudiantes universitarios, pero las largas horas frente al monitor de una computadora y el haber salido por completo de su entorno de estudios y de vida ha tenido un fuerte impacto emocional en estos jóvenes.
En Puerto Rico , los universitarios abandonaron sus hospedajes y la estructura física de su institución educativa que conocían como parte de su cotidianidad desde el 13 de marzo del 2019.
Según la presidenta del Consejo General de Estudiantes (CGE) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Luz Clemente Andino, el destierro de los universitarios, junto a la falta de división entre el espacio de trabajo y el espacio personal, ha provocado una degradación en la salud mental de los alumnos.
De igual manera, la líder estudiantil señaló que las principales repercusiones emocionales que ha tenido la situación en los estudiantes son fatiga, ansiedad, depresión, escasez de socialización e interacción.
“Durante el semestre, uno no está pasando en las computadoras y cuánto tiempo pasa frente a ellas. Mientras que ahora es obligatorio. Hay estudiantes este semestre y el semestre pasado que tomaron hasta 21 créditos. Más de 7 o 9 horas en una computadora, en el mejor de los casos”, argumentó la también estudiante de derecho.
A su vez, el psicólogo clínico José Rodríguez Quiñones identificó que la pandemia no solo les complicó a los estudiantes la posibilidad de recibir asistencia de profesionales de salud ayuda, sino que también dificulta el servicio otorgado por los expertos.
“Atender a una persona en vivo no es lo mismo que verlos a través de una cámara”, resaltó el especialista en salud emocional.
Repercusiones de los estudios en línea
La líder de la organización estudiantil subrayó que, a causa de la modalidad en línea, se ha minimizado el acceso y la calidad de la educación en Puerto Rico.
El aumento de horas frente a la computadora y tener que tomar clases fuera del salón figuran entre los obstáculos que presentan las clases virtuales según la líder de la organización estudiantil, Clemente Andino.
Sin embargo, Clemente Andino también precisó que la pandemia ha evidenciado el esfuerzo de muchos profesores y estudiantes.
“El profesor que no necesariamente tiene pasión por la parte pedagógica de la profesión pues dificulta la dinámica. Depende de cuánto esfuerzo los profesores genuinamente hacen para entender que la situación no es cómoda y, dentro de esta empatía, saber cómo hacer la clase dinámica para que no sea tan drenante”, aclaró Clemente Andino
De otra parte, en la publicación titulada ¿Cuáles han sido las reacciones generales frente a la coyuntura del COVID-19? se expuso que el aprovechamiento de los estudiantes quienes cursan clases en línea también depende de la capacidad de la respuesta de cada universidad, debido a que a través de diversas instituciones se ha marcado un desbalance en la implementación y el acceso a recursos, y el despliegue de competencias.
Pandemia visibiliza divisiones sociales
A su vez, según la profesora la UPR María Villanúa Vega señaló que la educación mediante los recursos tecnológicos ha resaltado más las divisiones sociales entre los alumnos.
Dado a que no todos los estudiantes tienen acceso a la misma calidad de Internet, ambiente de estudio ni dispositivos electrónicos, Villanúa Vega concluyó que se ha perdido la igualdad respecto a la educación recibida.
Incluso, Clemente Andino puntualizó que el aspecto económico afecta la manera en la que los estudiantes interactúan y manejan el contenido de la clase.
Por otra parte, la presidenta del CGE añadió que la modalidad en línea también incrementa la violencia de género, debido a que el monitor deshumaniza a las personas.
“Es mucho más fácil para las personas a quienes no les interesa defender la equidad de un espacio introducir interacciones machistas o clasistas en este caso porque estás hablando con una pantalla. Deshumaniza a la persona que está por el otro lado”, comentó Clemente Andino.
Villanúa Vega reconoció que, a pesar de que su experiencia como profesora de cursos en línea ha sido agradable, no todos han sido expuestos al mismo escenario.
No obstante, Villanúa Vega confirmó que hubo una reducción de la participación en clase, pues, entre prender y apagar el micrófono, se pierde lo espontáneo.
“A veces hay ruidos y condiciones en la casa que ellos no quieren que se escuche también. En el caso de portugués, por su parecer al español, entiendo que no ha sido tan malo el progreso. Pero para idiomas como alemán y mandarín ha sido horrible”, describió Villanúa Vega.
De igual manera, la enseñante delineó que hay muchas distracciones. Por esto, los estudiantes deben tener mucha más atención.
Retos de profesores y universitarios
Villanúa Vega también dijo que presencialmente los profesores pueden constatar con más facilidad el dominio del material de parte de los estudiantes.
La profesora concluyó que la visibilidad de las capacidades y personalidades de los alumnos es más evidente en persona.
A su vez, la líder de CGE explicó que la pandemia ha resultado en muchos estudiantes retirarse de sus estudios por la carga de la pandemia sobre los estudios en línea.
Sin embargo, la profesora de portugués mencionó que la situación para los estudiantes menores ha sido de mayor impacto para su desarrollo cognitivo y sus personalidades como jóvenes aprendices. Resaltó como más afectados a los hijos únicos.
Por su parte, el especialista en psicología Rodríguez Quiñones enfatizó que, como muchos jóvenes dependen de sus padres para estudiar, el deterioro en la educación de los alumnos de escuela superior, elemental e intermedia ha sido de más peso.
“A los niños se les quitó el elemento de juego, que ayuda a muchos niños desarrollar su capacidad cognitiva. Consecuentemente, se dificultó el proceso de crecimiento y de aprendizaje”, constató Rodríguez Quiñones.
Mientras, respecto a la fecha de posible regreso a la educación presencial que ha establecido el gobernador Pedro Pierluisi Urrutía para marzo, Villanúa Vega sostuvo que, aunque entiende la urgencia, ve la meta inviable.:
“La educación se está viendo afectada dramáticamente, porque no todos han tenido la misma experiencia. Hay mucha gente desesperada porque los niños vuelvan a la escuela, hay muchos estudiantes que no han aparecido en todo el año ni han aprendido nada. Lo veo difícil comenzar en marzo, pero entiendo la necesidad porque va a haber un retraso enorme”, concluyó.