Los hallazgos de investigaciones sobre conducta antisocial desde la niñez y la adultez en puertorriqueños, así como burnout, fatiga por compasión y angustia moral entre los profesionales de salud, serán protagonistas del primer Congreso de Salud e Investigación ideado por el Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico.
El evento reunirá a médicos, salubristas, profesionales de la salud mental, científicos, estudiantes y al público en general en un mismo lugar, este 26 de octubre, con la finalidad de discutir lo que se vive en el archipiélago en relación con temas de salud física y mental.
En relación con esta última, las doctoras Glorisa J. Canino, investigadora y profesora, y Mirelsa Modestti, psicóloga clínica, compartirán los estudios que han liderado recientemente y que recalcan las situaciones de salud emocional que enfrentan los ciudadanos. Uno de estos lo es Outcomes of serious antisocial behavior from childhood to early adulthood in two Puerto Rican samples in two contexts, un estudio longitudinal en el cual se estudiaron, durante varios años, dos muestras (niños viviendo en el sur del Bronx en Nueva York y otra en San Juan, Puerto Rico) para determinar cómo diversos factores socio-culturales y de género se vinculan a la conducta antisocial persistente y otras implicaciones de salud mental, pero además cómo es la trayectoria de la conducta antisocial persistente a través del tiempo.
Los resultados, que serán compartidos durante el evento, demostraron que los niños boricuas en el Bronx tuvieron un riesgo mayor de comportamiento antisocial persistente (con un 43 por ciento, en comparación con el 17 por ciento de quienes residían en la Isla) y están más propensos a depresión en etapas de vida posteriores y trastornos por uso de sustancias.
Los factores vinculados a la persistencia de conducta antisocial desde la niñez hasta la adultez temprana serán, precisamente, discutidos por la doctora Canino durante su participación en la actividad.
“Esto es importante, porque la conducta antisocial persistente es la que luego termina en homicidios, crímenes, delitos. Por lo tanto, es esencial saber cuáles son las características que empiezan temprano en la niñez y que continúan hasta la adultez”, señaló la doctora.
De acuerdo con la investigadora, a raíz de la conducta antisocial, algunas de estas personas, desde muy tempranas edades, pueden llegar a ser violentas, robar y presentar comportamientos desafiantes. Este comportamiento va escalando hasta que, siendo adultos, las conductas se vuelven más serias y preocupantes.
“Hoy podemos conocer la trayectoria de la conducta antisocial persistente, porque hemos estudiado a estos niños por muchos años”, explicó sobre la investigación, que inició en el 2000 y el año pasado dio por concluido.
Otro tema importante que será discutido en este congreso es la salud mental de los profesionales de la salud, especialmente la quemazón, fatiga por compasión y angustia moral que muchos experimentaron con la llegada de la pandemia por COVID-19.
En este estudio cualitativo tres países fueron partícipes, Puerto Rico, Chile y República Dominicana, y se buscó explorar cómo la pandemia impactó la salud emocional de quienes estuvieron en la primera línea de defensa.
Modestti aseguró que mediante el proyecto investigativo se pudo concluir que el agotamiento provocado por la quemazón va más allá de lo físico y es tanto que, a veces, el profesional no llega a notarlo. Por lo tanto, se suman una serie de repercusiones emocionales y a su ejecución laboral.
“Nosotros estamos tan acostumbrados a que necesitamos ser productivos, que si me quedo un rato en casa y no trabajo, siento que estoy perdiendo el tiempo”, expuso la psicóloga Modestti.
“Hay gente que ni siquiera coge vacaciones y las jornadas de trabajo son de 10 y 12 horas”, continuó.
A esto también se le suma lo reconocido como fatiga por compasión, que tiene síntomas parecidos, pero involucra el agotamiento emocional al ver a otra persona sufriendo.
No solo los integrantes del campo de la salud pueden estar expuestos, también otros roles ligados a la esfera judicial y las comunicaciones.
“En un tribunal, por ejemplo, los jueces, los fiscales, entre otros, escuchan testimonios terribles, ven imágenes impactantes. Eso provoca un agotamiento emocional”, dijo.
Enfatizó que en la pandemia, por ejemplo, muchos profesionales tuvieron que ver constantemente cómo los pacientes morían y esto trajo consigo mucha angustia al no poder, quizás, salvar esas vidas.
Por otro lado, y según lo explorado en el estudio, otros experimentaron angustia moral tras tomar decisiones que a veces no iban con creencias personales.
Con los hallazgos, que ya han sido presentados en otros foros de salud en América Latina, se busca impulsar un programa de atención al profesional de la salud, para que este pueda detectar a tiempo la situación, tanto personal como en compañeros.
El Congreso de Salud e Investigación se llevará a cabo el jueves 26 de octubre de 2023 y también contará con la participación de la doctora Nayda Román de la Comisión para la Prevención del Suicidio, el doctor Kenneth Ramos, el psicólogo Johnny F. Rullán, la doctora Paloma Alejandro, el doctor Oscar Soto Raíces, la doctora Maribel Campos, la doctora Carmen Albizu, la doctora Ibis Carrión, entre otros.