Las pruebas de ejecución, anteriormente conocidas como proyectivas, son evaluaciones que permiten entender el contenido psíquico de una persona, mucho más allá de un cuestionario.
Miden personalidad, conductas, creencias y pueden ofrecer un panorama de la perspectiva de una persona hacia un hecho, según la psicóloga clínica Oxalis Jusino Aldarondo.
Existen distintas variantes de esta prueba que aportan información distinta y contestan una variedad de interrogantes, añadió el sexólogo forense y actual director del Instituto Sexológico, Educativo y Psicológico de Puerto Rico (ISEP), Juan Carlos Malavé Rexach. Indicó que van desde evaluaciones simples hacía más compuestas, y comentó que hay también pruebas neurológicas que se pudiesen usar para las pruebas proyectivas. Son pruebas normalizadas y estandarizadas, aclaró.
Se hace una investigación de cómo las personas contestan las pruebas y se hacen unos análisis matemáticos que estandarizan estas pruebas para que se pueda adaptar a la población y representar a la diversidad de la misma, expresó Malavé Rexach. Se puede usar tanto para el área clínica, para evaluar el diagnóstico de la persona y aspectos neurosociales, como para el área forense para ayudar en los procesos de los tribunales y dar una opinión parcial en casos controversiales, entre otras posibilidades.
Pueden explicar, qué piensa la persona respecto a una situación, su familia, lo que le rodea y cómo mira al mundo, entre otros detalles, sostuvo Jusino Aldarondo.
Se trata de una evaluación compuesta del conocimiento o experiencia de la persona estudiada. Es decir, el análisis es en base a cómo la persona produce el contenido de la prueba, pues lo que esta desarrolle va a ofrecer detalles sobre sus emociones y recuerdos anteriores.
“No se trata de una bola de cristal, sino en proveer información sobre lo actual y el presente de una persona”, dijo Malavé Rexach, al aclarar que en el ámbito forense en su experiencia, el mayor uso recae en el análisis de casos de abuso o agresión sexual, tanto para las víctimas como para los victimarios.
Estas pruebas son útiles para llevar, junto a una batería de evaluaciones, para probar un argumento, dijo Malavé Rexach. Se requiere más de una evaluación, pues una sola prueba no va a validar una opinión científica que se pueda usar en el tribunal.
Lo usual es que se escogen pruebas de ejecución en conjunto a cuestionarios y otras medidas más objetivas, agregó Jusino Aldarondo. Dependiendo de la pregunta que queremos contestar, es la prueba proyectiva que se hace.
En este caso, relacionada a la sexología en el ámbito forense, estas analizan las tendencias de personalidad y la percepción de esa persona en ese momento, comentó Malavé Rexach. Más aún, puede explicar cómo una agresión sexual ha trastocado la vida de una persona, ya sea en un aspecto sexual, social o en sus relaciones interpersonales.
Son pruebas que pueden ser consideradas controversiales, pero tienen una base empírica, afirmó Jusino Aldarondo.
Asimismo, Malavé Rexach dijo que varios profesionales carecen de información sobre estas pruebas y su eficacia, por ende, piensan que estas pruebas son en base de psicoanálisis y no en factores estandarizados y científicos.
Hay muy pocos profesionales especializados y esto es una subespecialidad, indicó.
“No existe una normalización adaptada para la población puertorriqueña, nos dejamos llevar por las de otros países que no necesariamente abarquen las particularidades de la isla y sus residentes”, se lamentó al decir que se trata de limitaciones culturales, pero no barreras.
Rexach, al aclarar que en el ámbito forense y en su experiencia, el mayor uso recae en el análisis de casos de abuso o agresión sexual, tanto para las víctimas como para los victimarios.
Estas pruebas son útiles para, junto a una batería de evaluaciones, probar un argumento, indicó Malavé Rexach.
Se requiere más de una evaluación, pues una sola prueba no va a validar una opinión científica que se pueda usar en el tribunal.
Lo usual es que se escogen pruebas de ejecución en conjunto a cuestionarios y otras medidas más objetivas, agregó Jusino Aldarondo. Dependiendo de la pregunta que queremos contestar, es la prueba proyectiva que se hace.
En este caso, relacionada a la sexología en el ámbito forense, estas analizan las tendencias de personalidad y la percepción de esa persona en ese momento, comentó Malavé Rexach. Más aún, puede explicar cómo una agresión sexual ha trastocado la vida de una persona, ya sea en un aspecto sexual, social o en sus relaciones interpersonales.
Asimismo, Jusino Aldarondo coincidió al decir: “Hay un sistema viejo que usa otros métodos y compite con estos nuevos métodos, esta ideología tradicional obstruye que muchas personas se certifiquen”.
También, afirmó que, a pesar de que hay cursos para poder llevar a cabo estas pruebas y analizarlas, es necesario tener entrenamientos y experiencias más allá de leerse el manual y tener esta certificación. Son pruebas accesibles y costo efectivas, en muchos casos solo se necesita un papel y un lápiz, dijo Jusino Aldarondo al afirmar que todo profesional certificado debe de tener acceso a esta.
Una de las pruebas más usadas en Puerto Rico es la Rorschach, aquella fijada en estudiar la personalidad y los comportamientos. Esta analiza, a través de la manera en la que se expresa, el lenguaje usado, dibujos, entre otras técnicas, cómo una persona ejecuta en su diario vivir o cómo ve al mundo y la realidad.
Otras que se usan con recurrencia son la de apercepción temática, que consiste en que una persona desarrolla un cuento según lo que ve en una lámina. Mientras la casa-árbol-persona, persona bajo la lluvia y tareas de completar oraciones, fueron ejemplos alternos provistos por Jusino Aldarondo al considerar aquellas pruebas usadas en la Isla.