La consejería psicológica es una especialidad en la psicología dirigida a ver al ser humano en todas sus manifestaciones

La American Psychological Association define esta especialidad de la psicología profesional como aquella que utiliza una amplia gama de prácticas culturalmente informadas y culturalmente sensitivas para ayudar a las personas a mejorar su bienestar, prevenir y aliviar distrés, resolver crisis, y aumentar su habilidad de funcionar mejor en sus vidas.  Se enfoca específicamente pero no exclusivamente en el desarrollo normativo a lo largo del ciclo de vida, con un énfasis particular en la prevención y la educación, dirigiéndose tanto a los individuos, así como a los sistemas y contextos en los cuales estos funcionan. 

Los psicólogos con especialidad de consejería psicológica tienen el conocimiento y la capacidad de llevar a cabo intervenciones basadas en evidencia, así como intervenciones culturalmente informadas, evaluación, prevención, adiestramiento y prácticas de investigación. Asimismo, utilizan perspectivas basadas en fortalezas y prácticas para prevenir y mitigar problemas emocionales, relacionales, de salud física y emocional, social, cultural, vocacional, educacional, y problemas relacionados a identidad. También, se mantienen al frente de los esfuerzos relacionados a aspectos multiculturales, de justicia social y racial. En los últimos años, dedican sus mayores esfuerzos a estudiar y combatir los sistemas opresivos, haciendo serios llamados hacia los cambios sistémicos, hacia una psicología ciudadana, y a la defensa de las causas sociales. 

Recibir los servicios de estos profesionales de la salud mental es el comienzo de un cambio de cultura que perpetúa un diagnóstico clínico que se circunscribe en la enfermedad. La consejería psicológica trasciende la etiqueta y dirige un tratamiento centrado en la persona y en el bienestar. Desde ese aspecto, el diagnóstico no debe ser más importante que el tratamiento y su progreso. El diagnóstico es necesario, pero no puede ser la base para la transformación en el ofrecimiento de los servicios psicológicos y para la recuperación psicosocial de las personas. Es entonces donde las personas que buscan servicios psicológicos pueden contrastar la importancia de seguir siendo personas, teniendo autonomía, resaltando sus fortalezas dirigidas al bienestar y a vivir una vida plena. Esto es una herramienta poderosa para la especialidad, porque permite minimizar los estigmas de la salud mental, evidenciando un acercamiento de intervención más humanista y menos patológico. 

Las personas  que reciben regularmente servicios psicológicos por profesionales en consejería psicológica desarrollan destrezas para transformar los aspectos basados en la enfermedad, en recuperación y bienestar.  Pueden crear conciencia sobre los procesos sociales que los influencian, conocer sobre los sistemas a los que pertenecen, la comunidad y cómo estas fuerzas externas están interrelacionados con los aspectos de su diario vivir, su conducta y la psiquis.  El proceso terapéutico es uno colaborativo con los participantes, donde estos son los mejores expertos según su experiencia, y las intervenciones no se circunscriben a la autoridad y poder del profesional. 

La consejería psicológica ofrece un proceso de intervención que posibilita los recursos necesarios para que la persona logre un nivel de funcionamiento satisfactorio en su vida diaria.  Se brinda énfasis en el funcionamiento saludable y constructivo enfocado en las fortalezas y el bienestar de las personas.  Se enfoca en el todo, centrado en las dimensiones del bienestar, evaluando el contexto social y cómo sus influencias inciden en los individuos, accionando a la justicia social.

En conclusión, recibir consejería psicológica de forma continua implica enfocarse en la recuperación de las personas siendo digno, vanguardista y forjando un acto de justicia. Desde ahí, se comprende la importancia de ver al ser humano con el potencial de recuperarse de las condiciones mentales y los estresores de la vida, promoviendo una visión centrada en el ser humano, basada en sus fortalezas y el desarrollo de destrezas para su funcionamiento en el diario vivir.

*La Dra. Carmen Martínez Géigel y el Dr. José A. González Guardarrama son profesores del Programa Graduado de Psicología con especialidad en Consejería Psicológica de la Universidad Albizu.