“La fertilización in vitro es un regalo de vida para un niño, y una gran felicidad para una familia”, de esta forma describe la actriz y profesora Cecilia Argüelles Ramos, el procedimiento con el que pudo hacer realidad su deseo de ser mamá.

A través de la tecnología de reproducción asistida, que abarca diversos tratamientos y técnicas con el fin de hacer posible el proceso de gestación, algunos hombres y mujeres, como Argüelles Ramos, logran convertirse en madres y padres por primera vez. 

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el uso de estas técnicas se ha duplicado en la última década por diversos razones como la infertilidad masculina o femenina, infertilidad sin explicación, problemas en las trompas de Falopio,  endometriosis, función ovárica afectada, entre otros. 

Fue en el 1978 cuando el nacimiento de la primera bebé in vitro, Louise Brown, transformó la ciencia moderna. En especial, lo que hoy se conoce como la fertilización in vitro, uno de los métodos de reproducción que más se escucha, pero del cual aún existe mucho desconocimiento. 

La fertilización in vitro implica una serie de pasos para que una persona pueda mejorar su fertilidad y hacer posible la concepción de un bebé.

Se estima que casi el cincuenta por ciento de los casos de infertilidad conllevan un factor masculino, por lo que el diagnóstico del caso es esencial antes de hacer realidad algunos de estos métodos, como lo es la fertilización in vitro, explicó la doctora Rosa Ileana Cruz, especialista en fertilidad, obstetricia, ginecología y endocrinología reproductiva por más de 35 años.

“Una vez se elige la reproducción asistida, hay que ver cuál método es la mejor opción para el paciente. En el caso de la fertilización in vitro, esto conlleva una serie de pasos, como lo es la inducción de ovulación (el uso de drogas fertilizantes), que puede tardar 10 a 14 días, una vez vemos que el paciente responde, hacemos el procedimiento para extraer los óvulos del ovario, lo que llamamos una aspiración transvaginal y luego esos óvulos se van a inseminar con muestra de esposo, compañero o en algunos casos hay hasta donaciones”, dijo la especialista y fundadora del Gynecology Reproductive Endocronology Fertility Institute en San Juan y Ponce.

Luego, “se insemina el plato Petri y el plato va a la incubadora, como la incubadora está en el laboratorio, pues ese procedimiento de fertilización es lo que le llamamos in vitro”, detalló la doctora Cruz.  

Todo esto con la finalidad de que sean posibles los embriones y pueda darse la transferencia de estos al útero. 

Una vez haces la transferencia, en dos semanas más o menos se hace una prueba de embarazo a ver si es positiva o no”, señaló la especialista.   

Con el paso de los años, a nivel mundial, cada vez se hacen más ciclos de fertilización in vitro y, por consiguiente, nacen más niños y niñas gracias a esta alternativa de reproducción asistida, de acuerdo con el doctor Amaury Lloréns Martínez, especialista en obstetricia y ginecología, así como en endocrinología reproductiva e infertilidad en el Puerto Rico Fertility Center.

Puerto Rico no ha sido la excepción y en esta clínica, por ejemplo, se hacen alrededor de 160 ciclos de fertilización in vitro anualmente, dijo el doctor Lloréns Martínez.

Como especialista con más de 21 años de experiencia ha visto muchos casos, como personas con cáncer, en los que la reproducción asistida es la herramienta esencial para la concepción. Estos pacientes, en particular, buscan preservar la fertilidad guardando embriones congelados para cuando finalicen el tratamiento contra la enfermedad. 

Es una satisfacción inmensa poder ayudar a estas parejas que de verdad anhelan tener un bebé”, aseguró el doctor Lloréns. 

La doctora Cruz reiteró que este tipo de procedimiento médico también ha derribado el estigma de que la infertilidad es una situación ligada exclusivamente a la mujer, ya que el diagnóstico confirma las causas certeras detrás de un embarazo fallido.

Para Argüelles Ramos, la experiencia de ser madre es lo más hermoso que ha vivido y con la que diariamente tiene un nuevo aprendizaje. Por tanto, recuerda a las personas que no todas las familias tienen las condiciones físicas para procrear de forma tradicional  y son estos procedimientos científicos los que pueden hacerlo posible.

Nadie debería juzgar a alguien que quiera ser madre o padre y que recurre a estos métodos. […] La fertilización in vitro no le hace daño a nadie. Las clínicas de fertilización in vitro son centros de esperanza y amor”, compartió a este medio. 

En su caso, siempre estuvo al cuidado de su alimentación y se mantuvo activa físicamente para que el procedimiento fuera exitoso. 

“Eso me ayudó muchísimo durante el proceso, porque hay que preparar el cuerpo antes de recurrir a estos procedimientos”, puntualizó. 

Los estilos de vida previos son importantes en esto, ya que, según la doctora Cruz, la obesidad es otro factor de infertilidad en la Isla.

Es factor de riesgo y no solo para embarazarse, sino a nivel obstétrico y mayor incidencia de hipertensión, diabetes gestacional y parto por cesárea”, concluyó la especialista. 

Los Institutos Nacionales de Salud aseguran que la obesidad en la mujer puede contribuir a una menor respuesta a los tratamientos para la infertilidad y a los abortos espontáneos. Mientras que, en los hombres, se asocia con un riesgo más alto de infertilidad.

Finalmente, el doctor Lloréns Martínez reiteró que en Puerto Rico hay clínicas especializadas con muchos años de experiencia, que cuentan con múltiples tratamientos de fertilidad, que resultan exitosos y traen al mundo nuevas vidas.