Asociada a diversas ideas erradas y estereotipadas sobre la sexualidad femenina, la ninfomanía, correctamente conocida como hipersexualidad, en la actualidad sigue siendo un tema tabú y tergiversado. 

Y es que, desde películas hasta música, ilustran y dan como ejemplos atributos erróneos y confusos de este concepto. 

Para muestra, una canción del género urbano titulada Ninfómana. “Ninfómana, está enferma y al parecer, esta noche, la cura soy yo’’, dice el coro de la canción, que al momento cuenta con más de 34 millones visitas en Youtube. 

Pero, ¿acaso la ninfomanía es una enfermedad?. ¿Es un problema que una mujer exprese su sexualidad? Es Mental conversó con dos profesionales del campo de la conducta sexual humana para derribar los mitos y significados malinterpretados sobre la hipersexualidad en la mujer. 

La ninfomanía, hoy día conocida como hipersexualidad femenina, es un impulso sexual excesivo e insaciable en una mujer. Asimismo, considerado por algunos expertos como un trastorno sexual y/o en ocasiones como una patología, según la sexopedagoga, Ivelisse Bruno-Ortiz. En el caso de hombres es reconocido como satiriasis o ninfomanía masculina.

“En el tema de la sexualidad, los sexólogos no llegan a este consenso de cómo clasificarlo. Hay algunos que los catalogan como una compulsividad sexual o patología, están los que lo consideran equivalente a una adicción, como cualquier otra, y otros, como un trastorno sexual’’, explicó. 

Para estas clasificaciones, destacó la experta, es importante una evaluación profesional y poner sobre la mesa cuál es la percepción de una práctica sexual desmedida, de acuerdo con la experiencia de cada persona.  

“Hay que determinar cuál realmente sea la situación de hipersexualidad. Porque muy bien hay mujeres que para ellas es súper normal lo que sienten en cuestión de la intensidad de satisfacerse sexualmente y no les afecta para nada lo que es su vida. Por eso podemos caer en el estereotipo o el label de que eres una ninfómana”, detalló.  

Sin embargo, si la conducta sexual comienza a afectar actividades y rutinas cotidianas de vida y los pensamientos se concentran exclusivamente en el deseo sexual, podría tratarse, en efecto, de un caso de hipersexualidad femenina.

“Hay que tener mucho cuidado cuando se usa la palabra adicción, especialmente cuando se usa coloquialmente. Para catalogarlo así, tiene que haber sus consecuencias’’, sostuvo.  

Algunos de estos efectos negativos se manifiestan, según la sexóloga Tatiana Aponte Cruz, puertorriqueña radicada en España, como “deseo incontrolable de tener relaciones sexuales’’, al punto de que esta práctica se convierte en un impedimento para la realización de quehaceres regulares.

Asimismo, “la compulsividad de tener sexo con diferentes personas y, aún así, no se siente satisfecha’’.

“También cuando no escatima en el daño que pueda hacerle al otro por su actitud’’, agregó.  

Los efectos podrían traer consigo, además, complicaciones a la salud mental y la integridad física. De acuerdo con el portal de Mayo Medical School, entre estas trastornos de la salud mental como ansiedad, angustia y depresión; consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol, así como enfermedades de transmisión sexual, entre otras. 

En relación a cuáles factores causan la hipersexualidad femenina o ninfomanía, Bruno-Ortiz apuntó a problemas familiares, como pérdidas o rechazo y/o trastornos emocionales. Pero, además, cambios hormonales y hasta el consumo de algunos medicamentos.

“Hay personas que, de tener un deseo sexual inhibido, catalogando como hiposexual y que es que hay una disminución en el deseo, de momento tienen un deseo sexual por las nubes. En estos casos pueden ser alteraciones neurológicas, farmacológicas y hormonales’’, expuso.

Otros podrían vincularse a problemas vasculares, que podrían ocasionar malformaciones pélvicas. “Esto hace que la comunicación arterial sea irregular y entonces puede causar un aumento en el bombardeo de sangre en el área genital y causa esta necesidad y aumento del deseo sexual’’, puntualizó. 

Los tratamientos para trabajar con este trastorno sexual compulsivo se caracterizan por la necesidad de ayuda profesional. Algunos expertos recomiendan asistir a grupos de apoyo, que se especialicen en hipersexualidad.

Las sexólogas coincidieron en que, para educar correctamente sobre este tema, es importante romper los mitos y tabúes existentes a través de la educación sexual.

La enseñanza debe dejar de un lado creencias machistas sobre cómo la mujer debe disfrutar su sexualidad y aquellos roles tradicionales que, de igual forma, apuntan a su actuación en espacios públicos y privados. 

“En el pasado se consideraba una mujer seductora y con iniciativa sexual, como una perversa, hoy se le patologiza. Continuamos arrastrando creencias erróneas’’, compartió Aponte Cruz.

Por su parte, Bruno-Ortiz concluyó con que “es importante la educación para romper estereotipos y no estar repitiendo información (errónea)’’. 

“Al educarnos rompemos mitos y entendemos las situaciones o comportamientos en la sexualidad y es mucho más fácil a la hora de tomar decisiones responsables’’, finalizó. 

En tiempos en los que con un solo clic el público puede tener a su disposición una lista de series, películas y música bajo la etiqueta “ninfómana’’, es importante conocer qué realmente implica la hipersexualidad femenina.