¡Mujer! Nuestras ganadoras, medallistas de oro, tienen en común que creen en ellas, van a ellas, visualizan grande, trabajan por grande, porque es lo que quieren y merecen. Buscan sus sueños, van tras ellos y nada ni nadie las detiene. Se rodean de personas y grupos de apoyo que validan su capacidad y ayudan a que todo lo que quieren se cumpla.
Las ganadoras sueñan con lo que quieren lograr, ganar y tener, a veces desde muy pequeñas. Visualizan positivo, imaginan su plan durante muchos años y así se repite como una película en su mente múltiples veces.
Se preparan con tiempo, dedicación, esfuerzo. De manera individual y grupal. Con un grupo de apoyo y a solas.
Trazan una meta, un tiempo, una rutina y dejan todo a un lado para lograr sus metas. Cuidan su salud física y mental, sus espacios personales, y son selectivas y egoístas con su tiempo. Se sacrifican y se dedican.
Se presionan y no paran de presionarse, porque reconocen que lograr lo que quieren no es ni será fácil.
Reconocen sentir coraje, ansiedad, pasar periodos de depresión, sentir el dolor y el fracaso. Reconocen sus límites y cuándo parar para poder recomponerse y continuar. Reconocen que aunque pasen por estas emociones, rendirse no es parte del plan, y continúan trabajando fuerte para lograrlo.
“Tenía tanta ansiedad que me temblaban las manos”, dijo Mónica Puig justo antes de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
Justo antes de la competencia en Tokio, recordando su tropiezo con la valla en la semifinal del Río 2016, Jasmine Camacho Quinn dijo: “recordé lo que pasó, lloré y pensé que esto no podía pasar otra vez. Estuve deprimida pero no puedes renunciar”.
Disfrutan el camino, disfrutan sus logros y los celebran, se celebran. Utilizan el refuerzo positivo durante y después del proceso. Sienten orgullo de sí mismas y su esfuerzo. Agradecen a todo lo que les ayudó llegar donde querían.
Hablan de lo que sienten y expresan sus temores e inquietudes. Son honestas sobre sus emociones, inseguridades, temores y vivencias en el camino. Hablan a grupos cerrados y abiertos sobre ellas.
Utilizan afirmaciones positivas en momentos de inseguridad, los cuales describen tener durante todo el camino. Aplican las afirmaciones: “Sigue adelante”, “Voy a mí”, “No te quites”, “Estoy segura”, “Trabajé para esto”, “Ve por el punto”. Cambian emociones que no estén ayudando por emociones que brinden autoseguridad y ayuden a lograr el éxito, como por ejemplo, Mónica Puig refiere que cuando más inseguridad y ansiedad tenía jugando para la medalla de oro, pensó en “fuerza y coraje” (“Necesitó fuerza y coraje para darlo todo”). Igual utilizó la fe, justo antes del juego, llena de ansiedad comenzó a orar y hablar a Dios (“Necesito paz interna”).
No tienes que ser deportista ni medallista, tienes que creer en ti, amarte, valorarte, ir por grande porque es lo que puedes y mereces.
Visualiza. ¡Se puede! ¡Sigue a personas que sean ejemplos para ti! Rodéate de quien te ayude a crecer y ser lo que quieres. Lucha y se firme en tus metas y ámate.
*La autora es psicóloga clínica y forense con práctica en Guaynabo, Puerto Rico.
(Foto: Comité Olímpico)