Tan pronto se aproxima la época navideña, es tradición que los niños preparen listas de los regalos que quieren recibir para Navidad. Es su ilusión despertar el 25 de diciembre y encontrar esos regalos bajo el árbol de Navidad. 

Sin embargo, muchos padres se preguntan si tienen que comprarles todo lo que piden o cuántos regalos deben comprar a sus hijos. 

En entrevista con Es Mental, la psicóloga escolar Gilliam Torres, reconoció que, en esta época, “hay una avalancha de publicidad y mercadeo que busca incentivar las compras. Por eso, hay algunos padres que compran muchísimos regalos y se sienten bien haciéndolo, mientras que hay otros que no [apoyan el consumismo] y critican eso [las compras excesivas]. 

Según Torres, aunque los niños hagan extensas listas de regalos, los padres deben decidir qué es lo más apropiado para ellos. Por eso, invita a reflexionar sobre: el contexto de la festividad y “qué quiero que mi hijo aprenda, qué le quiero enseñar al darle algo”. 

Torres recomienda aprovechar la época para reforzar los valores familiares. “Pudiéramos hablar y destacar el valor de lo que significa dar a otros, de compartir y de la generosidad. También sobre el valor del amor, porque cuando nosotros le regalamos a las personas que queremos, le damos un significado distinto a esa acción”, comentó. 

Asimismo, los padres podrían pedirles a sus niños que, de la lista de regalos, seleccionen el regalo que más les ilusiona. Luego, deben considerar comprar aquellos que tengan una función en términos del desarrollo social, emocional y cognitivo, así como aquellos que fomenten la creatividad y la imaginación. Entre esos regalos están los juguetes con luces y texturas, aquellos que sirven para construir y los juegos de mesa. 

“Otra recomendación pueden ser juguetes que estimulen actividades al aire libre como el deporte, [entre esos juguetes están los] canastos, pelotas, bicicletas, patines y artículos deportivos en general. Son cosas que muchas veces van acorde con los intereses de los niños y en otras ocasiones les dan una oportunidad de salir de las cuatro paredes de tu cuarto, descansar de la tecnología y desarrollar otras habilidades. También, les dan la oportunidad de poder compartir con los padres o con los hermanos fuera del hogar”, aseguró Torres. 

Según el portal de educación infantil Educapeques.com, el número de regalos que recibe un niño dependerá del tipo de regalo, el precio y la utilidad del mismo. “En cualquier caso podemos tener una regla que se basa en el sentido común. La cantidad de regalos adecuada será los que pueda disfrutar el niño, y suele ser en torno a cuatro regalos”. 

Por su parte, Torres entiende que otro factor que influye en la cantidad de regalos es la capacidad económica de los padres. Sin embargo, “cuando entramos en la conducta de comprar regalos, regalos y más regalos es importante entender el porqué lo estoy haciendo, qué es lo que me motiva”, señaló Torres. 

“Hay padres que quieren darle todo lo que no tuvieron. Por otra parte, pudieran estar tratando de compensar el hecho de que no les dedican suficiente tiempo [a sus hijos] o pensar que es la única forma en que ellos que pueden demostrarle [a sus hijos] que son queridos y amados”, expresó Torres.

Complacer los deseos de los niños en Navidad, puede ser un reto para los padres, sobre todo, si enfrentan dificultades económicas. “Todos los padres quisiéramos, realmente, poder darle todo a nuestros hijos. No poderlo hacer, más allá de nuestra convicción de que nosotros pensamos que debemos ser comedidos y no ser tan complacientes, [no poder comprarles lo que pidieron] puede ser bastante frustrante. Sin embargo, es una de las oportunidades que presenta la vida para que los niños también aprendan otros valores y entender que la austeridad es parte de la vida”, dijo Torres. 

Por eso, para la psicóloga escolar es importante evitar que “tratando de demostrar el amor que sentimos y que nosotros queremos darles de lo que tenemos, por el contrario, le enseñemos que el amor se mide en términos de cuanto yo doy y cuanto recibo. Y eso no es real, el amor no se puede medir así, materialmente hablando. También, le puede llevar el mensaje de que no es necesario esforzarse para obtener algo, que yo todo lo puedo tener en la vida y sabemos que ya no es tampoco es la verdad. En la vida vamos a tener retos y en muchas ocasiones no vamos a poder tener todo lo que queremos, así que no pueden inculcar esas ideas”.

En un artículo publicado por el portal guíainfantil.com destaca que, aunque a los niños les encanta ver los árboles de Navidad repletos de obsequios, “colmar de regalos a los niños como una manera de demostrarles cuánto les queremos no puede sustituir al tiempo que compartimos con ellos, que jugamos con ellos, además de poder generar actitudes consumistas exigentes, de falta de valoración de lo que tienen, de insatisfacción”.

Asimismo, Torres considera que darle todo a los hijos puede provocar que no puedan manejar la frustración cuando no pueden obtener lo que quieren o que no tengan destrezas apropiadas de afrontar las dificultades en la vida.