La pobreza infantil —la cual afecta a más de la mitad de los menores de edad en Puerto Rico— se ha agudizado en importantes renglones, de acuerdo con el más recientes Índice del Bienestar de la Niñez del Instituto de Desarrollo de la Juventud (IDJ).
Algunos de los indicadores que reflejaron cambios marcados, según el Índice que publicó el viernes, fueron la mediana de ingresos de las familias con menores de 18 años, el desempleo entre los jóvenes, la cantidad de madres solteras y los problemas de salud mental entre los menores.
El IDJ desarrolla el Índice cada dos años con la asesoría del Instituto de Estadísticas con el objetivo de demostrar las condiciones en las que viven los jóvenes de cero a 21 años en Puerto Rico. El ejercicio incluye 27 indicadores y busca actualizar cada uno con los datos más recientes disponibles a la fecha, por lo que ciertos datos pueden quedar intactos año tras año. Igualmente, los datos publicados tienen dos años de diferencia, por lo que puede ser que en el índice del 2020 se muestren datos del 2018 y en los del 2019 del 2017.
Es Mental revisó los últimos tres índices y encontró que la mediana de los ingresos que reciben las familias que tienen a su cargo a jóvenes menores de 18 años se redujo de $20,292 en 2016 a $19,097 en 2018. Mientras, la cifra de jóvenes de 16 a 19 años no matriculados o sin empleo incrementó de 4% en 2016 a 12.5% en 2017, y un poco más en 2018 a 13%.
Asimismo, los índices han registrado aumentos preocupantes en indicadores de problemas de salud mental y emocional de los menores. Entre estos, en el porcentaje de estudiantes que ha considerado suicidarse que incrementó de 12% en 2015 a 17% en 2017. Lo mismo sucedió con los estudiantes que sufren de acoso escolar en las escuelas subió de 10% en 2015 a 17% en 2017. Los estudiantes que han consumido alcohol recientemente también aumentaron de 21% en 2015 incrementó a 24% en 2017.
Vulnerabilidad patente
La directora de Investigación y Política Pública del IDJ, María E. Enchautegui Román, sostuvo en entrevista con Es Mental que la alta tasa de pobreza no tan solo tiene un efecto nefasto sobre la niñez, sino sobre el desarrollo económico, la competitividad y los niveles de productividad. La pobreza igual ocasiona un ambiente de estrés que tiene un impacto neurológico en los niños que se refleja en la adultez a través de niveles más altos de desempleo, dificultad en terminar estudios universitarios, bajos indicadores de salud, entre otros, agregó.
“La alta tasa de pobreza infantil se mantiene como una vulnerabilidad patente y evidente en Puerto Rico que, tras situaciones de desastres naturales o pandemias, hace que esté en una vulnerabilidad bien alta”, puntualizó Enchautegui Román.
En 2016, un 56% de las familias se encontraba encabezada por un padre o una madre soltera. En 2017, la cifra fue de 62% — cantidad que se ha mantenido estable tanto en 2017 como en 2018.
Pese a que no son porcentajes comparables debido a que se cambió la metodología en el recogido de datos en ambos años, el porcentaje de hogares parte del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) incrementó de 36% en 2016 a 45% en 2017. En 2018 aumentó a 50%.
Los índices igual establecieron que las familias con menores que tenían al menos un padre sin empleo era 43% en 2016. Luego, en 2017, incrementó a 47% para, en 2018, descender a 45%.
“La mayoría [de las familias monoparentales] son mujeres jefas de familia”, explicó Enchautegui Román.
“Estas familias usualmente tienen menos recursos económicos, así que sí es otro factor que los pone en riesgo de pobreza”, agregó en referencia a la pobreza infantil en Puerto Rico.
La directora agregó que usualmente son los abuelos y las abuelas en Puerto quienes buscan y llevan a sus niños a las escuelas o los supervisan mientras sus padres trabajan. En 2018, el porcentaje de estos que vivían con sus nietos menores de 18 años y que los tenían a su cargo era 36%. Esta cifra en 2016 alcanzó el 40%.
Los niños de tres a cuatro años no matriculados en la escuela eran un 33% en Puerto Rico en 2016. Pese a que en 2017 incrementó, se ha mantenido estable en 2018.
Los menores de tres a 17 años que no se encontraban matriculados en la escuela, en 2016, era un 6%. El número subió a 8% en 2017 manteniéndose estable en 2018, de acuerdo con los índices. Sin embargo, los jóvenes de 16 a 19 años que no están matriculados en la escuela y que no tienen diploma de cuarto año se ha mantenido igual desde 2016 con un 4%.
Indicadores positivos
“Hay unos indicadores en los que Puerto Rico sale bien”, resaltó Enchautegui Román. “En la cobertura del plan médico para los niños, Puerto Rico tiene una cobertura bien alta. En términos de costo de vida y vivienda, Puerto Rico también sale bien”, agregó.
La Directora enfatizó en la importancia de que se comience a insertar la pobreza infantil en la política pública – lo que cobra más importancia que se discuta en estas elecciones, en especial, de parte de los candidatos y precandidatos a la gobernación.
El Índice del Bienestar de la Niñez y de la Juventud de Puerto Rico se confecciona a base de 100 indicadores. Luego el Instituto de Desarrollo de la Juventud selecciona junto a un grupo focal de profesionales de la salud los 27 indicadores que se medirán a base de los siguientes criterios: confiabilidad de las fuentes, datos concurrentes y consistentes, disponibilidad de datos a nivel estatal y municipal, cuán entendibles son.
Para la elaboración del índice todos los años, por lo general, se utilizan cerca de 13 fuentes de información distintas.