Más que una práctica hoy día normalizada el sharenting, que se caracteriza por la sobreexposición de un niño y niña en las redes sociales, debe ser una preocupación para padres, madres y cuidadores a raíz de las implicaciones que podría tener sobre la integridad física y emocional de algunos menores. 

De los términos en inglés “share’’ (compartir) y “parenting’’ (paternidad), el sharenting se refiere a la práctica de muchos padres, madres y cuidadores de compartir en redes sociales imágenes, vídeos, transmisiones en directo de sus hijos, entre otros; sin tener en cuenta el respeto a la privacidad de estos y las diferentes consecuencias que podría conllevar.  

Algunos ejemplos son la publicación de fotos del primer día de clases, en las que en ocasiones son visibles la ubicación del plantel y el uniforme de identificación del niño o niña). 

Asimismo, imágenes o vídeos del día de cumpleaños, que revelan a cualquiera con acceso al perfil la fecha de nacimiento y edad. 

Y hasta transmisiones en directo, mostrando el lugar de residencia o la ubicación en donde está ese menor, ejemplificó la doctora Sylvie Edith Rivera, psicóloga en consejería y líder del Equipo de Salud Mental de Servicios Psicológicos y Más de Cayey. 

”Desde antes de nacer, hay en las redes sociales detalles personales e íntimos de los niños, en los perfiles de sus padres o familiares. En ocasiones esto se convierte en un instrumento para conseguir likes, por eso el concepto es definido como sobreexposición”, explicó la doctora Rivera. 

Para la doctora Marlyne López, psicóloga clínica y fundadora de Bien Criar Puerto Rico, este tema es de suma importancia y debería alertar a los padres, madres y cuidadores, ya que los datos existentes, como los del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o mejor conocido como UNICEF, apuntan a que ya para los 12 años un menor puede tener en línea sobre 1,300 fotos publicadas.

El problema de esto es la peligrosidad, porque estás exponiendo fotos. Una vez tú las publicas, ya no son tuyas, y esas fotos puede ser utilizada para lo que sea”, alertó la doctora.

Mencionó que ningún niño o niña pide esta sobreexposición, pues la decisión es tomada exclusivamente por el adulto. Por eso, otra implicación puede ser el acoso escolar.

Vemos adultos que publican cosas que le parecen graciosas del niño y lo exponen a que pueda sufrir acoso escolar. Pero mamá y papá no lo ven de esa forma. Es una línea finita entre los límites de privacidad del ser humano y el adultocentrismo de los padres”, señaló. 

Sobre el concepto del adultocentrismo, explicó que se trata sobre la creencia de un tipo de supremacía sobre un niño o adolescentes simplemente por el hecho de ser adultos. 

Para López, también resulta incongruente que “la persona que se supone te defienda, a la vez te exponga”, reiteró. 

Rivera planteó que lo que pudiera ser un inocente gesto de compartir el orgullo de ser madres, padres o algún otro familiar, pudiera tener consecuencias y afectar la privacidad, la autoestima, seguridad del niño. 

“El sharenting podría exponer a menores de edad al grooming y es un tema muy serio, del cual deberíamos estar alerta. No podemos dejar de tener en perspectiva que, al compartir información de los menores, los exponemos al robo de identidad, el uso de sus fotos para pedofilia, el fraude y chantaje”, dijo.

Agregó que: “Todas las publicaciones que revelan información, aunque sea inocentemente, desata riesgos reales de que alguien lo use para propósitos que atenten contra la integridad física y emocional’’, puntualizó. 

Y si de repercusión a la salud física y emocional se trata, también detalló que en el caso de adolescentes, el impacto a la salud mental podría ser mucho más significativo, ya que con cada contenido que se sube a la web, se crea una huella digital. Lo publicado puede convertirse en motivo de burlas y acoso por parte de sus pares y, compañeros de escuela, entre otros. 

De igual forma, puede surgir un impacto al núcleo familiar, porque en algunas familias se crean disputas por el uso de las imágenes de los menores. “En la crianza de un menor, podemos decir que no siempre ambos progenitores están de acuerdo”, enfatizó.

Por otro lado, la facilitadora en disciplina positiva y creadora del proyecto AventuCrianza, Suzette Miranda Gracia, recordó el caso del influencer colombiano Carlos Feria, quien fue investigado en dicho país por hacer bromas de mal gusto a su pequeña de 4 años y publicarlas en Tik Tok.

“Este influencer hacía videos en donde aparecía su hija y hacía bromas de muy mal gusto. Exponía a la niña, la ridiculizaba y estos vídeos se iban virales. Tanto así que esto comenzó a provocar una ola de indignación, y finalmente, el Instituto Colombiano de Bienestar Familia, realizó una investigación”, dijo.

Miranda García indicó que algunos padres no miden las consecuencias que esto puede tener y lo peligroso que puede resultar. 

Mencionó casos de pedofilia y, además, lo que se reconoce como secuestro digital, en el que se roban las imágenes con el fin de utilizarlas con otros fines

“Esa constante búsqueda de aprobación en las redes sociales se ha convertido en una ola que ya está arropando a los más vulnerables, que son nuestros niños. Los niños y niñas merecen respeto, trato digno y derecho a la intimidad”, opinó. 

Brindan sus recomendaciones

Las profesionales coincidieron en que los adultos deben tener cuidado con el contenido que suben a las redes sociales. Y en caso de hacerlo, según la doctora Rivera, recordar lo siguiente:

  • Apagar la geolocalización en las fotos que aparezca el menor.
  • No compartir imágenes en las que se vea el plantel escolar, su lugar de residencia u otro.
  • Procurar ángulos en los que no se muestre la cara.
  • Para proteger su autoestima, no publicar contenido que pueda avergonzar al menor. 

“Esta generación, a diferencia de las de sus padres, es la primera que va a tener una infancia pública. Esto hace importante estar conscientes de que cualquier imagen o información de nuestros hijos, pasa a formar parte de su huella digital. Para bien o para mal, una huella digital es imborrable, así que le acompañará durante toda su vida”, concluyó. 

De manera similar, la doctora López, recalcó que a través de la concienciación sobre el tema se pueden promover crianzas responsables y padres, madres y cuidadores que reflexionen sobre sus prácticas diarias. 

No es que sea malo o bueno, es que aquí hay unos derechos humanos y hay que respetarlos’’, subrayó.  

Finalmente, Miranda Gracia exhortó a las personas que deseen subir fotografías o vídeos de sus hijos, a que tengan en consideración que no se vean las caras o alguna información que pueda ser utilizada para cometer un delito.