El síndrome de compañeros de piso alude a cuando hay desconexión entre una pareja porque una de las partes siente que la otra está incumpliendo con una o más de sus necesidades, explicó la psicóloga Yaritzel Rodríguez Rodríguez. 

Indicó que hay distintos tipos de intimidad, no necesariamente sexual que, de carecer o fallar, pueden tener implicaciones negativas en el funcionamiento de la relación o la conexión entre los participantes. 

Entre los tipos de intimidad descritos por la experta están la física, intelectual, emocional y espiritual. Rodríguez Rodríguez describió que la intimidad física tiene que ver con abrazarse, besarse, tocarse e incluye el sexo. 

Según explicó, la intimidad intelectual es cuando se siente y admira a la persona por su capacidad de pensamiento, resolver problemas y expresarse. Mientras que la emocional  es cuando se siente que conecta con otra persona al nivel de poder ser vulnerable, tener chistes en común, miradas compartidas y vivir experiencias similares. La espiritual es cuando comparten creencias, valores o la fe hacia cierta realidad, religión o tipo de vida. 

Al no cumplir con estas expectativas, va a surgir una desconexión, provocando lo que se conoce como síndrome compañeros de piso, explicó.

Lo que antes era pasión, se convierte en una zona de confort, estable y predecible que provoca distanciamiento emocional hasta el punto en el que se consideran compañeros de piso”, añadió la psicóloga clínica Joycette Aponte Commander. Por ende, ya cada cual tiene su rutina, sabe lo que les corresponde en cuanto a sus tareas del hogar, pero no hay intimidad, no solo física, sino que afectiva y de otros tipos. 

Por su parte, Rodríguez Rodríguez señaló que cuando se llega a este punto es difícil reconectar o saber cómo reconectar. Rodríguez Rodríguez sostuvo que en el caso de las mujeres la carencia suele ser más en cuanto a la intimidad emocional y para los hombres es más la intimidad física. 

Según su experiencia, lo que suele suceder es actuar en modo castigo. Es decir, si uno no le provee al otro lo que quiere, se dificulta el que cumpla con las exigencias íntimas del otro, aclaró. “Entonces, se convierte en un juego en el que ninguno de los dos gana”, aseguró. 

Mientras más saludables estén a nivel emocional, más fácil será reconectar, afirmó  Rodríguez Rodríguez. Sin embargo, notó que muchas veces la desconexión surge por problemas exteriores que acaban atribuyéndole a la otra persona. 

Como consecuencias de esta desconexión, puede que se dejen de comunicar, dejen de compartir tiempo y, entonces, no saben ni disfrutar el tiempo que tienen juntos, ejemplificó Aponte Commander. 

Se convierte en un ciclo en el que lo que antes disfrutaban hacer juntos, se convierte en un peso, en una tarea más, agregó.

Como consecuencia, pueden surgir infidelidades, buscar trabajar más para poder llenar ese vacío y pasar más tiempo con los hijos buscando el reconocimiento que la pareja no le da, entre otros escenarios.

Se acaban las ganas de tener conversaciones, de compartir íntimamente, como agarrarse la mano, y añoran cuando se sentían vivos, añadió Rodríguez Rodríguez en el marco de lo comentado. 

De identificarse con este síndrome, la recomendación principal de Rodríguez Rodríguez es crear conciencia de que hay algo mal. Indicó que hay personas que se quedan en las relaciones por las razones equivocadas, pero si ambas partes están dispuestas a hacer ajustes, hablar las cosas e intentar entender al otro, la relación puede progresar. 

Recomendó buscar hacer actividades que antes gozaba, con o sin su pareja, pues la conexión no requiere estar siempre juntos y las relaciones necesitan espacio para funcionar. 

Mientras, según el experto en psicología cognitiva conductual, Tomás Santa Cecilia,  muchas de estas parejas siguen estando atadas por proyectos en común. Por ejemplo, la crianza de los hijos, el hecho de mantener una casa, la hipoteca, deudas o cuentas bancarias en común.

Asimismo, Santa Cecilia puntualizó que existen algunos gestos y atenciones que se pierden a través de la relación, pero que estaban presentes en etapas iniciales de la misma. La carencia de estos cuidados sí suelen aportar al deterioro de la relación, pues parece que ya no le dan importancia a esos detalles. Recordó que es responsabilidad de la pareja conseguir que la magia no se pierda del todo y se siga manteniendo viva la llama de los primeros meses de relación.

Por su parte, Aponte Commander comentó que es importante evitar las rutinas, promover la comunicación, pasar tiempo juntos y escuchar con intención. Cuando ya llegan al punto de ser “compañeros de piso”, es difícil establecer de quién es la culpa, pues es un problema que llevan arrastrando desde hace tiempo.

El tiempo, el nivel de conexión previo y la capacidad que tenga para hablar del tema son dos puntos importantes al manejar este tipo de casos, dijo Rodríguez Rodríguez. 

No se deben de esconder las cosas, la incomodidad o las emociones que sienten”, puntualizó.