El síndrome del príncipe destronado es un fenómeno que engloba los sentimientos de celos que puede sentir un menor ante la llegada de otro hijo a la familia, definió la psicóloga Idamaris Santiago Castro

Recordó que es un término que se originó de la novela del escritor español, Miguel Delibes, publicada en 1973, donde se describen los sentimientos de rechazo de un hijo al sentirse sustituido por la llegada de su hermano, recordó Santiago Castro. 

La sintomatología del síndrome del príncipe destronado está relacionada con los procesos de apego, aseguró por su parte la directora del Instituto de Terapia Familiar, Rita Córdova Campos

Explicó que cuando una persona nace suele pensar que la madre, padre o encargado, una figura de apego significativa, va a estar ahí para siempre. No obstante, puede que falte, que no esté disponible o en este caso, que tenga que dividir su atención. 

En una publicación de la psicóloga clínica especializada en trastornos de ansiedad, Melissa Santamaria, la experta describió al síndrome como una sensación de “pérdida de estatus” dentro de la familia. Resaltó que este se presenta mayormente entre menores de 2 a 6 años. 

Consecuentemente, el niño o la niña mayor puede sentir tristeza, separación, un sentimiento de aislamiento, no solo en la casa, sino que en la escuela, carencia o alejamiento de amistades, entre otros efectos, indicó la trabajadora social clínica, Córdova Campos. 

Asimismo, según su experiencia, a veces los menores muestran señales a través de dibujos o en el juego. Expresó que es posible incluso que lo verbalice con frases como: “Papi, me quieres a mí igual que quieres a este?”. 

Por su parte, Santiago Castro agregó que el menor afectado puede sentir rechazo, la división de la atención, celos, cambio en su estado de ánimo, irritabilidad, conducta más desafiante, actos violentos, entre otros comportamientos y sensaciones. 

Uno de los síntomas más comunes del síndrome del príncipe destronado, desde su criterio, es la regresión. Es decir, cuando el niño o la niña no actúa conforme a la madurez y a la edad que tiene. 

Una de las recomendaciones más importante es la prevención, de acuerdo a Santiago Castro, pues es un sentimiento evitable. Si una madre, padre o encargado está planificando tener más hijos, lo ideal sería que de antemano lo conversaran con el resto de los integrantes de la familia, específicamente sus hijos o hijas. En este marco, tampoco se les debería de dar la garantía definitiva de que hay un embarazo, pero la psicóloga sí sugirió mencionar que puede ser que la familia crezca. 

“Preguntarle cómo se sentiría, qué le preocupa sobre eso, qué le emociona sobre eso…”, propuso Santiago Castro. 

Agregó que, si en efecto la mamá queda embarazada, es importante involucrar a los menores desde el inicio del embarazo.

Santamaria igualmente sugirió involucrar al hijo o hija en el manejo de las necesidades del bebé postparto, asignándole tareas según su etapa de desarrollo, como cambiar pañales y alimentación

Otras recomendaciones que ofreció fueron fomentar la relación positiva entre ambos menores incluyendo al hijo maypren juegos o motivándole a compartir sus juguetes. Además, dijo que se debe comunicarle a éste, de manera directa, verbal y clara, que la llegada del bebé no significa menos amor para él o ella, ni reduce la atención que recibirá. 

Por su parte, Córdova Campos mencionó que también es relevante dedicar atención a conocer a sus hijos o hijas y conocer cómo interpretar su comportamiento o si hay alguna señal.Estos pasos facilitan identificar si hay algo que cambió en su rutina, conducta o sentimientos.

De manera similar, Córdova Campos opinó que es crucial examinar qué dinámica de rutina diaria, interacción y compartir funciona mejor para su hijo o hija, a partir del nacimiento del bebé. De cumplir con estos pasos, el proceso de adaptación será más llevadero, tanto para los cuidadores principales como para los menores. 

En este marco, Santiago Castro coincidió con la trabajadora social clínica y señaló la importancia de también compartir, de manera individual, con cada menor de la familia

“Esto va a hacerle entender a cada hijo que tiene su lugar e importancia dentro del núcleo familiar. También les va a ayudar a crear una relación individual y única con mamá y papá”, destacó.

Alertó que no se deben patologizar los celos en los niños, pero sí hay que estar atentos para que no evolucione a algo más preocupante. Comentó que, según su experiencia, los hermanos y hermanas con más años de diferencia suelen tener más choques con los padres por estilos de crianza distintos, dependiendo del menor, y ajustes que hacen a sus rutinas por un bebé nuevo. 

Explicó que es crucial reconocer que los padres, madres y encargados evolucionan, cambian y aprenden, paso a paso, con cada experiencia. Dijo que los hijos son vivencias y, específicamente, cuando hay años de diferencia los cuidadores pueden haber pasado por lecciones de vida que les provoca  hacer cambios en sus estilos de crianza.