Con el surgimiento de nuevas variantes y subvariantes de COVID-19, nacen preocupaciones y señales de alerta.
Según la infectóloga Ángeles Rodríguez Rosario, la única diferencia entre las variantes más recientes, como el Ómicron, y el virus original es que son menos severas. Sin embargo, indicó que con la subvariante de Ómicron, BA.5, la posibilidad de que el virus sea letal es mayor comparado con las variantes anteriores de Ómicron. Mencionó que a nivel mundial se ha visto un alza en hospitalizaciones y muertes relacionadas a esta subvariante, sobre todo en personas que no tienen la serie de vacunas completa, adultos mayores y personas con comorbilidades.
Asimismo, según un boletín informativo de Ciencia Puerto Rico, esta es la subvariante más contagiosa desde el inicio de la pandemia, incluso más que el Ómicron original. Además, todas las variantes, incluida BA.5, causan síntomas similares como la secreción nasal, tos, dolor de garganta, fiebre, dolores de cabeza y musculares y fatiga.
Por su parte, el médico internista experto en cuidado crítico, Ramón Paoli Bruno, añadió que la diferencia principal es que estas variantes son más virulentas, es decir, infectan más rápido que las anteriores.
En este marco, Ciencia Puerto Rico también indica que la BA.5 tiene una mejor capacidad que las variantes anteriores para evadir los anticuerpos contra el coronavirus.
El doctor mencionó que ahora las personas se están contagiando con mayor facilidad, incluso múltiples veces en un corto plazo de tiempo. Ofreció el ejemplo del presidente de los Estados Unidos, Joseph (Joe) Biden, quien este verano se contagió dos veces en un mes. Aseguró que, aunque este sea el caso más notorio, no es uno aislado.
De hecho, después de haber clasificado a Ómicron como una variante de preocupación (“Variant of Concern”) el 30 de noviembre de 2021, ahora el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estima que esta subvariante, la BA.5, representa el 81.9% de las variantes de coronavirus circulantes en los Estados Unidos para la semana que finalizó el 16 de julio.
A su vez, Rodríguez Rosario añadió que, aunque la vacunación está haciendo su trabajo en proteger a las personas de desarrollar una enfermedad más severa y mortal, las subvariantes de Ómicron cambian en lo que es la proteína de espiga (“spike protein”), que es el modelo que se usó para hacer la vacuna.
Comentó que cada variante es más transmisible que la anterior y las personas quedan menos protegidas por la vacuna.
“No es que la vacuna no te proteja, porque está hecha genéricamente para atacar una parte del virus, pero estas variantes y sus mutantes son más resistentes a los anticuerpos que estas vacunas producen”, advirtió Paoli Bruno.
Compartió que los investigadores están ahora trabajando en nuevas vacunas para que se apliquen a las variantes que se están desarrollando, específicamente aquellas más prevalentes. Indicó que, en un futuro, se harán vacunas contra la COVID-19 anualmente, tal como en el caso de la influenza.
Ambos salubristas enfatizaron en que mientras haya personas sin vacunar o que no hayan completado su ciclo de vacunación, se van a seguir produciendo nuevas variantes. Paoli Bruno señaló que las nuevas variantes y subvariantes nacen en este perfil de personas, pues al no tener barrera contra el virus ni ningún tipo de resistencia, puede mutar con mayor facilidad.
Coincidieron en que todavía hay un alto número de personas que no han terminado su ciclo de vacunación. Una vacuna al día quiere decir que la persona tiene sus dos vacunas de base y un refuerzo dependiendo de su edad, apuntó.
A esta situación, Ciencia Puerto Rico añadió la relajación de las medidas de prevención a nivel individual y colectivo como una de las circunstancias que han provocado un aumento en casos. Otro factor que se suma es que la inmunidad generada por una infección no es tan robusta como la que proporciona la vacuna contra el COVID-19.
Recomendaciones
De acuerdo con Paoli Bruno, hay que seguir enfatizando en la importancia de vacunarse. Lamentó que muchas personas se están dejando llevar por informaciones distorsionadas y le ponen un “pero” al vacunarse porque le dolió el brazo o le dio fiebre.
No obstante, estas personas no están visualizando que el COVID te puede matar y ese malestar inicial es una reacción temporera. “Son cosas que no se pueden evitar, pero evita una muerte o acabar en el hospital”, afirmó.
A su vez, Rodríguez Rosario coincidió con Paoli Bruno al destacar que las personas no están entendiendo que esta amenaza no ha terminado y que muchos están sufriendo consecuencias crónicas de la enfermedad por enfermarse múltiples veces.
Alertó que cada vez que uno se enferma con la COVID, sus variantes o subvariantes es más probable tener secuelas y long covid.
Consideró que los métodos de prevención y protección que existen ahora son mejor que lo que había en el 2020, al inicio de la pandemia. Sin embargo, aclaró que la respuesta inmune de una persona hacia el COVID-19 depende de, no solo su vacunación, sino que la persona y el ambiente en el que se encuentra. Es decir, depende de cómo la persona se cuida a sí misma y a los que le rodean, si se alimenta bien, si tiene acceso a mascarilla y al lavado de manos, entre otros detalles.
Recordó que la medida de protección más efectiva es ponerse la mascarilla, mantener el distanciamiento y mantener estas reglas con todos en el entorno familiar. Insistió que las personas tienen que poner de su parte para protegerse a sí misma y a los más vulnerables.
*Esta nota fue actualizada y corregida por la periodista Jeniffer Wiscovitch.