Intenso y en ocasiones incapacitante, de esta manera se puede manifestar el trastorno disfórico premenstrual (PMDD por sus siglas en inglés).

Este trastorno puede ser confundido con el síndrome premenstrual (PMS), sin embargo, existen características muy marcadas de cómo el PMDD puede afectar el día a día de la mujer que lo padece. 

De acuerdo con la especialista en psicología, Nayeliz Meléndez, este trastorno ocurre días previos a que comience el periodo menstrual. 

“Lo que sucede con ello es que muchas veces las personas no lo comprenden, tienden a juzgar y mencionan comentarios como que las mujeres son unas histéricas, por lo que ocurre una invalidación en el proceso”, mencionó. 

Un estudio realizado por la Revista de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva define este trastorno como la exacerbación patológica de los cambios somáticos y psíquicos que ocurren durante la fase luteínica en el ciclo femenino normal. 

Meléndez sostuvo que entre sus síntomas principales figuran la irritabilidad, un estado en el ánimo reprimido, sentimientos de desesperanza, así como síntomas de depresión y ansiedad. 

A estos síntomas emocionales, agregó aquellos síntomas físicos: dolor en los senos, musculares, hinchazón y también desconcentración.

Meléndez indicó que debe  existir un registro de por lo menos un año de ciclos menstruales para que se pueda dar el diagnóstico, el cual un psicólogo también puede brindar. 

La psicóloga sostuvo que muchos de los síntomas, tanto físicos como emocionales, se parecen al PMS, pero la diferencia del PMDD es que la persona no los puede soportar o manejar la intensidad.

Sobre ello, enfatizó que en estas ocasiones, la persona requiere la utilización de fármacos.

¿Cómo ha sido vivir con el trastorno disfórico premenstrual?

En conversación con la joven Adriana Vélez, estudiante de tercer año de medicina y paciente de PMDD, lo primero que destacó fue el hecho de que éste y el PMS son dos cosas completamente diferentes.

Según Vélez, el síndrome premenstrual lo viven casi todas las mujeres. Por ello, al no ser lo mismo es de suma importancia poder diferenciarlos, ya que, aunque tienen síntomas parecidos, los del PMDD son mucho más severos.

La estudiante de medicina mencionó que entre estos podrían ocurrir el deseo suicida o deseos de autolesionarse. También, agregó que mientras se manifiestan estos síntomas puede ser complicado mantener las relaciones interpersonales. Mencionó que es un trastorno que puede pasar desapercibido, hasta que se vuelve severo.

En su caso particular, fue durante su segundo año en la escuela de medicina cuando sus síntomas se exacerbaron, y lo comenzó a ver como el síndrome premenstrual, pero exacerbado. 

Sostuvo que siempre tuvo síntomas premenstruales fuertes, como irritabilidad, cambios de humor y que cualquier cosa pequeña le causaba molestia. 

Aun así, explicó que al entrar al segundo año, la situación se exacerbó a tal grado de tener pensamientos de hacerse daño y fue una batalla mental, la cual no comprendía. En ese momento no sabía cuál era la razón para tener esos pensamientos.

“Se me exacerbaron los síntomas a un nivel que ya no podía controlarlos sola”, destacó. 

Al tomar acción para poder buscar ayuda, su primer paso fue hacer un seguimiento de sus síntomas. Vélez optó por realizar un diario de sus síntomas para seguir lo que sentía cada mes. 

Esto lo realizó durante cuatro meses aproximadamente, y consistentemente, antes de tener su periodo menstrual, era cuando más fuertes se volvían los síntomas. 

Recibió orientación sobre el tema y tenía dos opciones para poder manejar dicho trastorno. Vélez contó que le mencionaron que podía visitar a un psiquiatra o especialistas en ginecología, pues ambos están preparados para atender este tipo de trastornos. 

Sobre esto, tomó como primera opción visitar al ginecólogo. Relató que al mencionar a su doctora sus síntomas, como y cuando se estaban manifestando, le fue confirmado que la situación estaba alineada a lo que es el trastorno disfórico premenstrual. 

Según Vélez, la especialista le mencionó que existen dos formas de tratarlo: con antidepresivos, conocidos también como inhibidores de serotonina, y con pastillas anticonceptivas monofásicas, que significa que durante todo el mes la mujer estará bajo el mismo nivel de estrógeno y progesterona.

Ella comenzó el tratamiento con  los anticonceptivos, indicó. 

Asimismo explicó que su doctora le recomendó tener una buena nutrición, así como actividad física, con cambios saludables en el estilo de vida.

Buscar ayuda fue esencial para que yo pudiera salir de eso, porque se siente bien mal, se siente como que nadie te entiende. Se siente como uno está siendo exagerado y en realidad no”, mencionó. 

Sostuvo que ella es regular en su ciclo menstrual, aun así reconoce que existen muchas mujeres que no lo son, lo que complica un poco el conocer si en efecto estos síntomas están siendo cíclicos. 

En estos casos, es un poco complicado, aun así, se podría identificar si siempre ocurren antes del periodo. 

Recomendaciones 

En base a su propia experiencia y sus conocimientos, Vélez recomendó el uso del diario de síntomas, ya que es muy importante para poder llegar al diagnóstico certero.

Igualmente, recomendó visitar al ginecólogo o a un psiquiatra. Así como rodearse de personas que conozcan la batalla mental que ocurre y el proceso que estas mujeres pasan antes del periodo menstrual. 

Por su parte, Meléndez recomendó a aquellas mujeres que pasan por ello el hacer actividad física de baja intensidad, a integrar suplementos como calcio y vitamina C, pero sobre todo a mantener un registro de sus síntomas.

Si las personas están comenzando a identificar estos síntomas, que puedan ir al psicólogo, y recibir herramientas para autocuidado, para manejar la irritabilidad, y la ansiedad y depresión”, puntualizó la psicóloga.