“Comúnmente para las parejas es incompatible el término “amistad” con una relación de pareja”, especificó el psicólogo Ismael González Martínez al explicar, que según su experiencia clínica, a muchos pacientes les cuesta entender el concepto de amistad marital.
En psicología hay dos principios básicos, el de la proximidad y el de la similitud, dijo González Martínez. Es decir, mientras más parecidos o parecidas sean los cónyuges, mejor pueden funcionar y más armonía va a haber. Asimismo, mientras más cercanos estén emocionalmente, más fuerte será el vínculo.
Explicó que el conocimiento personal que tienen cada uno sobre el otro puede ser fundamental. Criticó el hecho de que usualmente las personas no se conocen a fondo porque no tienen conversaciones profundas. Este paso es vital para crear cercanía emocional, pero la capacidad de acercarse a las otras personas, es un elemento que no necesariamente es exclusivo en la relación que afecta a la misma.
Sin embargo, González Martínez apuntó que los factores que hacen que las personas se sientan más o menos cercanos a su pareja, son un mundo.
A esto, el psicólogo clínico Alexis Rivera Cuevas le sumó que toda relación es única, cada pareja tiene su propia dinámica y cada una tiene que encontrar la mejor forma para funcionar. De manera similar, compartió que no hay una única receta para que la relación funcione.
A su vez, según un estudio, aproximadamente la mitad de las personas casadas y las parejas que viven juntas dicen que su pareja es su mejor amiga, específicamente los hombres. Entre los participantes, el 48% de las mujeres casadas declararon a su cónyuge como su mejor amigo en comparación con el 64% de los hombres en un estudio de 2017.
“Tu pareja puede ser tu amigo. De hecho, muchas parejas tienen este tipo de dinámica”, dijo Rivera Cuevas al indicar que la amistad dentro de un matrimonio puede ser un factor importante.
Sin embargo, alertó que esta proximidad también implica que habrá situaciones en las que no estarán de acuerdo, que haya necesidades basadas en la relación de pareja, lo que puede provocar que se vean imposibilitados de ser francos sobre lo que están sintiendo por el miedo a lacerar esa relación al expresar lo que se está experimentando, considerando o pensando.
Por su parte, González Martínez opinó que, según su experiencia, los cónyuges no se suelen ver como amigos. Describió a esta realidad como penosa, pues uno de los conceptos más importantes desde la perspectiva de intimidad es la amistad.
Detalló que los hombres suelen tener mayor predisposición y facilidad para crear relaciones de intimidad con otros hombres. Comúnmente, estos no se sienten comprendidos por las mujeres. A su vez, las mujeres no se ven comprendidas por los hombres en cuanto a filosofía de vida y lo que creen.
Rivera Cuevas coincidió con González Martinez al establecer que la dinámica más vista en el área clínica entre las parejas es la falta de comunicación y la capacidad de ser comprendidos. Una de las partes no se siente comprendida ni valorada, siente que tiene una disposición para estar pendiente o disponible para el otro sin necesariamente recibir el mismo trato o atención, extendió. Sin embargo, también subrayó que, en comparación a las mujeres, al hombre se le hace mucho más fácil poder conectar con su pareja y poderla tratar como amiga dentro de la relación. Mientras, a la mujer le provoca una mayor dificultad tener esa apertura de poder confiar detalles significativos o confidenciales.
Asimismo, el profesor John Gottman, experto en relaciones de la Universidad de Washington, estableció en su libro Los siete principios para hacer funcionar el matrimonio que «los matrimonios felices se basan en una profunda amistad» y que la amistad es el núcleo de un matrimonio fuerte. A través de la investigación, Gottman demostró que una amistad de alta calidad en un matrimonio es un predictor importante en la satisfacción romántica y física.
Es importante recordar que la amistad y el matrimonio son dos tipos de relaciones distintas por cómo se da y lo que se espera de la interacción y el compromiso, indicó Rivera Cuevas. Puede que hayan empezado como una amistad, pero una vez se hacen pareja hay un distanciamiento en ese tipo de relación inicial.
“Hay una diferencia en cómo se ven y cómo se visualizan ambos, factor que queda reflejado en el artículo y en el estudio. Tan pronto se le da la connotación de algo exclusivo o algo serio o estable, ese vínculo de amistad fuerte se debilita para fortalecer lo nuevo, el factor amoroso”, indicó.
Hay veces que uno necesita poder hablar sobre ciertas situaciones con alguien con quien no viva ni vea diariamente, pues a veces muchas de estas ocasiones los temas de discusión están centrados en la pareja, reconoció Rivera Cuevas.