Ante las alarmantes cifras de personas que han sido arrastradas por corrientes de agua y los ahogamientos en Puerto Rico, el presidente de la Federación de Natación de Puerto Rico, Fernando Delgado Sellas, hizo un llamado a la importancia de hacer obligatoria la enseñanza de la natación entre los ciudadanos, como medida de seguridad acuática.
De acuerdo con Delgado Sellas, la natación es el único deporte que puede convertirse en una herramienta a la hora de salvar una vida y su aprendizaje debería ser una obligación para todos los que residen en el archipiélago. Dijo además que la mayoría de los puertorriqueños no saben nadar.
“Partiendo de la premisa de que vivimos en una isla, rodeada por el mar, y en su momento fue la cuarta causa de mayor muerte de los que aquí habitamos, sugerimos que se deba incluir la Constitución de Puerto Rico el que sea obligatorio la enseñanza o el aprendizaje de la natación, dijo a Es Mental el también entrenador.
Según datos del Negociado del Sistemas de Emergencias 9-1-1, desde el 2019 se vio un aumento en las llamadas recibidas bajo la clasificación “personas arrastradas por corrientes de agua”, con 173. Mientras que para el año 2020 se registraron 184 llamadas y en el 2021, 246. En lo que va de 2022, la agencia ha recibido 43 llamadas de este tipo. También, desde el 2015 al 2022, han recibido 657 llamadas reportando ahogamientos.
Por otro lado, Delgado Sellas apuntó a la falta de salvavidas como consecuencia de un mal manejo de fondos gubernamentales y los cortes de presupuestos a las agencias a cargo del tema.
“No tengo la menor duda de que el saber nadar te va a dar las herramientas necesarias para evitar que te ahogues. Pero esto debe ir de la mano de una estructura en cada playa, en donde hayan facilidades de salvavidas”, manifestó.
Un estudio de la Universidad de Puerto Rico, realizado en el 2010, destacó que es la zona norte de la Isla en donde se reporta un mayor número de ahogamientos, con 44 por ciento, seguido por la zona oeste con un 26 por ciento, la zona este con un 21 por ciento y el sur con 7 por ciento.
“En el norte ocurrieron la mayor cantidad de accidentes. Probablemente, una de las razones principales es que la zona norte (océano Atlántico) se ve más impactada por fuertes marejadas, en comparación con las otras zonas (mar Caribe) de Puerto Rico”, dice el estudio.
Enumera, asimismo, la diez playas en las que se registraron los números más altos de ahogamientos, entre ellas la Playa Jobos de Isabela, Piñones en Loíza, Palmas del Mar en Humacao, Ballena en Guánica, el Balneario La Monserrate de Luquillo; Playa Flamenco en Culebra, Puerto Nuevo en Vega Baja, Mar Chiquita en Manatí, Isla Verde en Carolina y Playa Escondida de Fajardo.
El documento explica que es en la Playa Jobos en Isabela, en donde predominan corrientes topográficas.
“Este tipo de corrientes ocurre en playas donde hay estructuras costeras, como por ejemplo, formaciones rocosas, muelles, rompeolas, entre otras. Las estructuras costeras son variadas, razón por la cual las corrientes varían de un lugar a otro. A pesar de que la Playa Jobos tiene una alta incidencia de muertes por asfixia por sumersión, muchos de los ahogamientos son evitados por surfistas y visitantes que arriesgan sus vidas y que colaboran como rescatistas en esta playa”, indica el documento.
Dice, además, que en las playas de Piñones, Palmas del Mar, Ballena y el Balneario La Monserrate se pueden observar corrientes de resaca, que se caracterizan por las olas que rompen directamente a la orilla, conocidas como shorebreak.
“La corriente de resaca engaña a los bañistas. Lo que apunta hacia una relación directa entre el tipo y la gran cantidad de ahogamientos ocurridos en lugares en los que predominan este tipo de corrientes. La corriente de resaca está presente en la zona donde el agua se ve más calmada en comparación con las demás zonas”, señala.
La investigación presenta además los perfiles de las personas que más pierden sus vidas en los cuerpos de aguas, que son hombres jóvenes, ocupando un 89 por ciento de las muertes entre los años 1999 al 2010.
Para el vicepresidente de la Liga de Natación Máster de Puerto Rico, Enrique Gómez, evitar una muerte por ahogamiento es muy difícil, pero la educación en natación podría minimizar el riesgo y preparar a la persona para mantener la calma en una situación de riesgo.
“Hasta el mejor nadador o nadadora puede caer en una corriente, pero si tiene la educación y la madurez para mantenerse en calma, bajo la situación de alto riesgo, y los conocimientos de que hacer bajo la misma, sobrevivirá. Por tal motivo, pienso que se debe priorizar más la educación”, compartió.
Concluyó que, si tiene en planes contratar salvavidas, se debe además priorizar su vocación, ya que requiere no solo estar en una condición física en particular, también un entrenamiento riguroso.
“Ser salvavidas tiene que ser una plaza profesional a la que le paguen mínimo $24,000 anuales y con todos los beneficios. Te aseguro que con salvavidas profesionales en nuestras playas , se minimizaran estas y otras emergencias, pero se les tiene que pagar justamente, porque es una profesión muy importante”, puntualizó.