Un abandono romántico puede provocar pensamientos negativos, que a su vez laceran la autoestima. Por eso, confiar nuevamente en otra persona puede ser difícil.

Según la psicóloga María Rodríguez Vidal, cuando una persona está en una relación o conociendo a alguien lo menos que  espera es que la persona que decía que le apreciaba o le quería tanto sea la que vaya a abandonar la relación, ya sea física o emocionalmente. Por este motivo, aseguró que uno de los retos más grandes luego de un abandono romántico es volver a confiar y aceptar que las relaciones son cíclicas.

Luego de un abandono romántico, la también sexóloga, explicó que puede haber un proceso de introspección en donde la persona considere que él o la abandonada es el error, o que el fallo fue de la persona que lo o la abandonó. Sin embargo, no es así, simplemente, a veces las relaciones terminan por distintos motivos y de eso se aprende, sostuvo Rodríguez Vidal. 

El que la relación haya terminado no significa que haya algo mal contigo que te impida estar bien contigo mismo, tener autoestima saludable y, posteriormente, entrar a una relación saludable”, especificó al indicar que hay que proteger su salud mental y autoestima luego de una abandono romántico.

Un abandono romántico puede surgir de varias maneras. Entre ellas, las más comunes son cuando una persona se aleja totalmente emocional o físicamente, o cuando se descuida la relación y, aunque la persona está presente, ese vínculo ya no está presente, añadió el psicólogo David Alcalá Pérez.

Destacó que el impacto de un abandono romántico en una persona depende de cómo él o ella se encuentre emocional y psicológicamente en el momento. No obstante, independientemente de la estabilidad emocional de la persona, se afecta su bienestar por la vulnerabilidad emocional y sentimental depositada en la otra persona, mencionó. 

Alcalá Pérez remarcó que, como resultado, la persona se puede sentir traicionada y se puede afectar la autoestima, el autoconcepto o autoimagen. Incluso, puede acabar cuestionándose si es suficiente para esa otra persona o en general para satisfacer a otra parte, consideró el experto en terapia de parejas. 

Consecuentemente, surge un temor por confiar en otra persona, sensación que puede lacerar futuros vínculos afectivos, aspecto que subrayaron ambos expertos.

El psicólogo procedió explicando que, por tal razón, la persona puede iniciar otras relaciones, pero de manera superficial sin fortalecer ese vínculo afectivo. “No llega o, mejor dicho, no se permite llegar a tener una conexión romántica”, dijo Alcalá Pérez. Asimismo, la persona no logra dar ese próximo paso y puede llegar a lo que se pudiese considerar como breadcrumbing por no permitirse ser vulnerable nuevamente. 

Subrayó que los errores principales, a raíz de no confiar, consisten en no mostrar interés por otra persona, ponerse fríos e impedir dar ese próximo paso en la relación o, por el contrario, estar conociendo a distintas personas para ver en cuál se puede confiar. Indicó que si la persona no trabaja consigo misma, va a seguir experimentando con muchas personas intentando entender quién le da la confianza para, entonces, llegar a esa autoaceptación que se supone que se dé así misma.

“Cuando no se sanan estas experiencias previas sangramos sobre personas que no nos hirieron”, aseguró Rodríguez Vidal. Es decir, se recurre a asumir que toda persona les va a tratar igual y por causa de esto se incurre en conductas incorrectas y se juzga a las personas nuevas que lleguen a su vida romántica.

¿Cómo se puede identificar que está teniendo problemas de confianza con estas próximas personas o en general? A esto, la experta Rodríguez Vidal respondió al exponer algunos ejemplos claves. Se pone en duda lo que la persona dice, hace uso o abuso de aplicaciones que proveen la ubicación de la otra persona, intentando investigar si la persona está hablando con otras personas o hace cuentas falsas para supervisarlos, entre otros métodos de “protección”. 

De manera similar, un estudio realizado por la Universidad del Mediterráneo Oriental (conocida como EMU por sus siglas en inglés) resaltó que verificar el teléfono de la pareja sin su consentimiento o ejercer actos similares de supervisión tiene un impacto negativo en la relación y en la salud mental de la persona ejerciéndolo. Encontró que la falta de confianza puede crear conflictos en la pareja, incitar discusiones y, efectivamente, llevarla a su fin. 

Rodríguez Vidal indicó que una persona puede ser vulnerable a generar desconfianza luego de infidelidades o cualquier tipo de maltrato, ya sea emocional o físico. En este caso, es esencial salvaguardar la autoestima y la autoconfianza de la persona, que muchas veces se ve lacerada en estos procesos. 

Como recomendación principal, luego de un abandono romántico, Rodríguez Vidal mencionó reconocer sus emociones. “Lo que se resiste persiste”, concluyó. 

También comentó que es importante analizar estas experiencias para establecer factores protectivos que permitan tener banderas verdes en vez de banderas rojas en relación a su comportamiento dentro de una relación y poder identificar banderas rojas y detectar patrones de conducta.

En muchas ocasiones es más fácil experimentar coraje que tristeza, aseguró la psicóloga. Una vez se le pone un nombre a esa emoción la clave es poder entender que es válido sentirse así, pero que esa sensación no lo o la define, detalló Rodríguez Vidal. A partir de este análisis, se debe tomar tiempo para entender la emoción y, entonces, poder manejarla de una manera apropiada, que no represente un riesgo para la persona. Luego, es esencial tener tiempo de autocuidado, ponerse a uno mismo como prioridad e integrar actividades que le provocan placer en su rutina diaria, entre otros pasos.

Por su parte, Alcalá Pérez recomendó aprender a aceptar lo sucedido. “Cuando uno empieza a correr bicicleta y le quita las rueditas pequeñas, típicamente nos caemos. ¿Qué hacemos en ese momento? Lo seguimos tratando aún sabiendo que nos podemos caer nuevamente, pero entendiendo que nuestro destino y felicidad será saber correrla. Lo mismo pasa con las parejas. El miedo a ser herido es parte del proceso”, concluyó el experto.