Ana Valeria Capeles Rivera tenía 12 años y cursaba el séptimo grado cuando su mamá falleció. Su madre sufría de condiciones que con tratamiento se pueden sobrepasar, pero un ataque de asma le quitó la vida. 

Contrario a otros escenarios similares, la vida de Ana Valeria no se detuvo, siguió matriculada en la escuela a la que quiso asistir desde el día después del fallecimiento de su mamá. 

Hija única, se quedó al cuidado de su papá y una familia que estuvo muy presente y que fue determinante en que ella echara hacia adelante.

“El proceso de duelo fue bastante rápido y saludable porque mi familia buscaba cosas que pudiéramos hacer”, recordó Capeles, quien actualmente es trabajadora social.

Según narró, aproximadamente para octavo o noveno grado la experiencia de perder a su mamá la llevó a desarrollar una inclinación por ayudar a las personas. 

Sabía que quería estudiar psicología o algo relacionado a la salud mental. Años más tarde terminó su bachillerato en trabajo social en la Universidad Interamericana de Cupey, y cuando comenzó su maestría también se inició en la tanatología.

¿Qué hizo tu familia que te ayudó tanto a salir hacia adelante?, preguntó Es Mental.

“Somos siete nietos y siempre procurábamos hacer actividades juntos. En verano nos íbamos a centros vacacionales toda la familia y la familia extendida. Si había un concierto siempre tratábamos de ir. Para despedir el año nos íbamos a un hotel. Hacíamos cosas que no permitían notar una ausencia o una silla vacía en la mesa de comer. Buscábamos compartir con personas que no fuesen familia únicamente”, explicó. 

En el 2017 se encontraba en Massachusetts y ayudó a muchos puertorriqueños a manejar el estrés causado luego del paso del huracán María por Puerto Rico. Poco a poco se fue especializando en el tema de la muerte y hoy en día ofrece talleres de manejo de duelo. 

Múltiples los tipos de duelo 

Según explicó, el duelo no solo se refiere al proceso de sentir la pérdida de una persona significativa, puede referirse también a círculos significativos que se pierden, productos muebles e inmuebles, mascotas, pérdida de trabajo, entre otras. 

“En el manejo del duelo, uno como profesional busca que la persona lo pueda sobrepasar efectivamente, pero siempre se hace claro que el proceso va a depender del individuo”, dijo. 

La trabajadora social se deja llevar por el marco referencial de Elisabeth Kübler-Ross, una psiquiatra suizo-americana conocida por identificar las etapas del duelo. 

Etapas de duelo 

Negación – Cuando la persona recibe la noticia y se niega a aceptarlo. Depende mucho de la forma y manera en que reciba la información. La persona se pregunta cómo seguirá hacia adelante en la vida. 

Ira – Cuando la persona se pregunta ¿por qué? ¿por qué a mí? ¿por qué si era buena?

Negociación – Es la etapa en la que la persona comienza a negociar con el duelo. Condiciona su proceso. En esta etapa las personas van reconociendo que nada les va a devolver a la persona amada. 

Depresión – Profunda tristeza. 

Aceptación – Cuando la persona va reconociendo la situación y busca ayuda. 

Un proceso de duelo saludable puede extenderse de seis meses a un año, pero si llega a dos años se considera un duelo complicado en el cual hay que velar por que no se desarrolle una depresión crónica, ansiedad o que surjan ideas suicidas. 

Uno de los duelos que está bajo estudio de la trabajadora social es el duelo perinatal, que es cuando la madre da a luz el bebé fallecido. 

“Ese es un duelo muy duro en el que la madre se cuestiona si es la culpable, se presenta un miedo terrible a tener otro bebé. Si quedan embarazadas entran en pánico si tienen que faltar a una cita”, explicó. 

El duelo en Navidad 

Dado que la Navidad es una época en el que las emociones tienden a agudizarse, la trabajadora social sugiere en las reuniones familiares recordar los aspectos positivos de los que ya no están. También, se puede fomentar el congregarse en una iglesia y siempre buscar de ayuda profesional si fuese necesario.

Sobre este particular, el portal Manejo de Duelo ofrece varios consejos para enfrentar esta época del año. 

Una de las sugerencias es que planifiques cómo quieres pasar la Navidad en el caso de que haya alguna celebración. Esto conlleva que hables con tus seres queridos sobre tus expectativas y si quisieras de alguna manera recordar al ser querido con algún acto simbólico. 

También, se recomienda no presionarte y ser paciente con tus propias emociones. Las navidades reviven recuerdos con personas que ya no están y es normal que pueda sentirse una montaña rusa emocional. 

Además, se recomienda buscar hacer actividades nuevas, crear nuevas tradiciones que traigan alegrías noveles y regocijo. 

No se recomienda la automedicación ni el abuso de alcohol o drogas. 

Por su parte, la psicóloga y consejera Jayleen Gorritz, advirtió que cuando las personas enfrentan una muerte, a veces optan por hacer muchas actividades para tapar el sentimiento, pero enfatizó que eso no es saludable. 

“Las personas pueden utilizar libros, asistir a talleres y buscar siempre de una red de apoyo con la cual la persona esté acompañada, coma, descanse y que pueda expresar sus sentimientos sin ser juzgada”, precisó.