“Unas merecidas vacaciones”, es como usualmente se describe al periodo de autocuidado y reducción del estrés en los trabajadores. 

Sin embargo, cuando se regresa de estas vacaciones hay sentimientos encontrados porque hay que regresar a la rutina de trabajo. A esto se le conoce como depresión postvacacional, ya que estas sensaciones pueden afectar el funcionamiento diario de una persona, indicó la doctora Migna Rivera García, psicóloga y pasada presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico (APPR).

Rivera García describió que durante las vacaciones se rompe con la normalidad, lo que puede ser para unos un tiempo único o para otros dos veces al año. Por este motivo, el tener que regresar requiere un proceso de organización cognitiva, planificación, ajuste y, dependiendo del tipo de vacaciones, descanso

Como resultado de esta llamada depresión postvacacional hay personas que se ausentan al trabajo los primeros días, sienten tristeza, frustración, falta de concentración, presentan niveles de ansiedad o estrés y pueden sentir agobio o cierto nivel de malestar. También, pueden tener problemas para ajustarse a su nueva rutina de dormir, por ende, tener problemas con sus horas de sueño o la calidad del descanso. 

Mencionó que reintegrarse a la rutina cotidiana requiere varios factores, como cuidar de la higiene del sueño, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de cierta hora, reestablecer la rutina de alimentos saludables, organizar su presupuesto y buscar un balance positivo, entre otros.

Hay una retirada de adrenalina, lo que puede generar cambios dramáticos en el bienestar del cuerpo y la mente”, explicó la también directora del Programa Graduado de Consejería Psicológica de la Universidad Albizu. 

Asimismo, indicó que el impacto también depende de otros factores, como el sentido que tiene el trabajo para las personas.

En un estudio desarrollado por el software de recursos humanos, Bizneo, se encontró que en España dos de cada cinco empleados desarrollan o sufren de depresión postvacacional. Por otro lado, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI por sus siglas en inglés), 64% de las personas indican que las vacaciones empeoran sus condiciones existentes de salud mental, lo que complica el regreso al trabajo o a la rutina diaria. Encontraron que aproximadamente un 24% de las personas con una enfermedad mental diagnosticada encuentran que las vacaciones hacen que su condición sea «mucho» peor y el 40% «algo» peor.

¿Tristeza postvacacional o depresión clínica?”

La psicóloga clínica Yarizel Rodríguez Rodríguez alertó que, muchas veces, a lo que se refiere cotidianamente como depresión postvacacional, no cumple con los requisitos de una depresión clínica. 

Aclaró que no es lo mismo sentir tristeza luego de las vacaciones, que vacío, soledad o frustración, que son características de una depresión clínica. Las personas pueden sentirse tristes porque no tienen un buen ambiente de trabajo, no tienen un buen líder, el trabajo no les llena, quisieran estar haciendo otra cosa o no se sienten satisfechos con su empleo, en carácter general, explicó.

Tal vez, la persona coloca como prioridad al trabajo cuando deben existir otras posibilidades, consideró.

Recalcó que puede haber una tristeza superficial por tener que regresar al trabajo y querer más tiempo libre, pero no necesariamente cumple con una depresión clínica.

“Si uno no reconoce cuál es la emoción, no se puede solucionar un problema”, sostuvo Rodríguez Rodríguez. 

Describió a una depresión clínica como una sensación de culpa, pensamientos del pasado con sentimientos negativos, cuando las actividades que antes te llenaban ya no te llenan y, sobre todo, una sensación de vacío. Es decir, sentirse “preso” dentro de una situación en la que se conoce se tiene la libertad de tomar decisiones, definió. 

A una persona con depresión no le hacen sentido las cosas que antes sí, no sienten satisfacción, se alejan de su familia o amistades, piensan que las personas están mejor sin ella, tienen un proceso de autoculpa y autocastigo y coraje consigo misma, entre otras sensaciones. 

Hay distintos grados de la depresión, la menos grave se conoce como distimia, mencionó Rodríguez Rodríguez. Con este tipo de depresión las personas siguen siendo funcionales, pero hay una sensación de soledad y vacío que causan desmotivación

La psicóloga clínica recomendó tomar una decisión de amor propio y recurrir a buscar ayuda, en el caso de que se identifique con los síntomas anteriormente mencionados. 

“Las emociones suben de nivel, porque mientras no las atendamos siguen gritando”, subrayó Rodríguez Rodríguez al puntualizar que hasta que la persona no hable sobre lo que está sintiendo, no empezará a sanar.

Por su parte, Rivera García comentó que si en dos semanas de haber regreso a la rutina, la persona mantiene la sintomatología, debe buscar ayuda para aclararse y recurrir a otras opciones o recursos para poder manejarlo. 

Asimismo, Rodríguez Rodríguez mencionó que muchas empresas brindan recursos psicológicos y que hay grupos de apoyo y expertos abiertos a ofrecer ayuda a todo el o la que lo necesite.