En la mitología griega, Eros, es el dios del amor, la atracción sexual, la sexualidad y la fertilidad. Sin embargo, muchas personas no saben que el dios del amor se enamoró perdidamente de Psiche, una bella mortal, que tras varios desafíos termina casándose con ella, la cual finalmente la transforma en una divinidad. De la relación de Eros y Psiche tuvieron una hija la cual llamaron Hedoné.
Es interesante analizar y comprender cómo la mitología griega explica lo que hoy día conocemos como erotismo. La atracción y la sexualidad (Eros) unificada con el alma y la mente (Psiche) tiene un resultado maravilloso que es el placer (Hedoné). El erotismo es “el amor apasionado unido con el deseo sexual que tiene una relación evidente con la sensualidad, la sexualidad y las capacidades de atracción entre seres humanos” (Morris, 1987). La sexualidad de la pareja debe estar basada en un sentimiento que une a dos personas por medio del amor, cariño y el erotismo. En nuestra “tibia o calurosa cama” siempre deben estar tres personas: atracción y sexualidad (Eros), el alma y la mente (Psiche) y el placer (Hedoné).
Sin embargo, ¿cómo puedo conservar a estas tres personas invitadas a mi cama? Como todas las cosas sublimes, exquisitas y divinas, no es completamente fácil, pero no quiere decir que sea alcanzable, realizable y posible. El erotismo en la pareja tiene unas características particulares que son: voluntariedad, ambas personas están sintonizadas en el mismo “canal sexual”; es positivo, la pareja visualiza el acto erótico como positivo para ambos y para sí mismo; es privado, los “códigos de silencio” son necesarios para mantener el acto íntimo, exclusivo y especial de los amantes eróticos; no tiene tiempo, lugar, fecha ni estructura específica, debe atesorar ese toque mágico de lo imprevisto; y no tiene que ver con lo bonito ni feo, en el erotismo los sentidos son más importantes que la estructura corporal.
Hay varios factores que limitan a que las parejas puedan disfrutar del erotismo a plenitud. La falta de comunicación es uno de los enemigos más fuertes. Muchas parejas se informan, pero no se comunican. La comunicación entre las parejas debe de ser significar la afectividad del pensamiento. No es solo convertir en palabras los pensamientos, sino que lleven los motivos, los impulsos afectivos y las inspiraciones. Otro factor es la espontaneidad. La planificación, programación y proyección de lo que ya por costumbre se tiene conocimiento que va a suceder resulta en una sexualidad mecanizada y automática. Como recomendamos anteriormente se debe de atesorar ese toque mágico y misterioso de lo imprevisto.
Un gran enemigo es la agitación de nuestras vidas cuando nos referimos a las responsabilidades laborales, sociales y familiares. Las parejas tienden a sentir que son más responsables y comprometidos si son laboralmente exitosos, socialmente reconocidos y familiarmente admirados. Pero sexualmente naufragados. Aun cuando sientan su incapacidad para el goce del placer en pareja, justifican su convivencia en los ideales anteriormente mencionados. Lamentablemente los resultados son desdichados, dado a que sus sentimientos comienzan a depender de la felicidad de los demás y no del bienestar y la satisfacción de la pareja.
Es necesario aclarar que lo erótico nada tiene que ver con lo pornográfico. La etimología de la palabra pornografía nos ilustra que es describir y presentar actos relacionados a la prostitución. Porno viene de prostituta y grafía de grabar. La pornografía tiene tres dimensiones completamente contrarias al erotismo: comercio, explotación y obscenidad. La aclaración es pertinente dado a que muchas personas creen que el erotismo es ver películas pornográficas con la pareja. Los/as Sexólogos/as no recomendamos las películas pornográficas para ser utilizadas en los actos de erotismo en la pareja, pero sí aconsejamos las películas eróticas. La diferencia está en la acción de “sugerir” (erótica) y “mostrar” (porno).
El erotismo en la pareja es más que una técnica de la sexualidad humana, es una forma de vida conyugal. Todas las parejas están invitadas a este “threesome sexual”. Inviten, acojan y alberguen todos los días de su vida conyugal a Eros, Psique y Hedoné.
El autor es profesor universitario, sexólogo forense y coordinador del Comité Promoción Salud Sexual de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.