Debido al aumento acelerado que proyecta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la población de personas de la tercera edad, el doctor de familia Luis Rivera advirtió a los profesionales de la salud mental a estar preparados para atender a los pacientes mayores de 60 años, quienes enfrentan varios factores de riesgo para sufrir enfermedades mentales graves como la demencia y la depresión.

La OMS pronostica que “entre 2000 y 2050, la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22%”, es decir, en números absolutos,  que “este grupo de edad pasará de 605 millones a 2000 millones en el transcurso de medio siglo”.

Estas cifras deben ser importantes para el personal que atiende la salud mental, según explicó el doctor Rivera durante el Primer Congreso de la Salud Mental, acompañado del psiquiatra William Almodóvar, ambos parte del grupo clínico de First Hospital Panamericano. Según el galeno, más de un 20% de los individuos mayores de 60 años sufren algún trastorno mental o neural, lo que podría aumentar a medida que crece esta población.

“Ya que está en aumento, debemos estar preparados para recibir a estos pacientes y brindarles el mejor servicio”, aseguró Rivera luego de presentar la data ante los presentes en el evento organizado por el Centro Unido de Detallistas (CUD) y el First Hospital Panamericano.

Ante esta alza, el médico advirtió que los “trastornos neuropsiquiátricos más comunes” a nivel mundial son la demencia, que afecta a 47.5 millones de personas, y la depresión que acumula un 7% del total de la población mundial incluida en bases de datos, según la OMS. A estos le siguen los trastornos de ansiedad con un 3.8% y de adicción que casi alcanza el 1%.

Tal como lo aseguró el experto, la OMS vaticina que de 47.5 millones de personas que han sido diagnosticadas con demencia, habrá un aumento a 75.6 millones para el 2030 y a 135.5 millones al 2050. Esta enfermedad, que se caracteriza según Rivera por la pérdida de la función cerebral que trae síntomas como pérdida de memoria, de pensamiento, de juicio y cambios abruptos en el comportamiento, puede representar graves riesgos para salud integral del envejeciente.

“Estos pacientes, en algún momento del curso de su demencia, pueden presentar ideas suicidas u homicidas, alucinaciones, agresividad física y verbal, y esos son criterios para una hospitalización y recibir tratamiento”, explicó el médico primario.

El experto añadió que el riesgo de padecer demencia aumenta según se acumulan los años. Sin embargo, en muchos casos, la demencia no llega como un trastorno aislado, sino que, según Rivera, se presenta acompañada de condiciones físicas relacionadas a los cambios progresivos de la edad.

Por ello, Rivera especificó que las enfermedades mentales hay que tratarlas en conjunto con las físicas porque “si no tratamos una, la otra no mejora”. Según abordó, parte del trabajo de los médicos generalistas debe ser preguntarles a sus pacientes cómo se sienten psicológica y emocionalmente para poder identificar la forma más conveniente de tratar el paciente, así como de reducir medicamentos de ser necesario ya que a esta edad es muy común tomar demasiados fármacos.

En estas intervenciones también se puede identificar si algún envejeciente sufre de depresión. Esta enfermedad mental grave, según Rivera, presenta síntomas como tristeza, melancolía y derrumbamiento por lo que tanto los médicos como los familiares deben estar atentos a los viejos que presenten estos signos.

En el caso de las familias, el médico destacó la importancia de las redes de apoyo para que los envejecientes puedan enfrentarse a condiciones graves que, en ocasiones, requieren hospitalización, como por ejemplo la demencia.

“Bien importante, las familias tienen que involucrarse con los pacientes con demencia. Nos pasa día a día en nuestro hospital que tenemos estos pacientes, las familias se desligan de ellos y es un problema que tenemos que atender. La familia tiene que estar presente y darle la atención necesaria para que ellos puedan mejorar”, dijo.

Además de tener el apoyo de la familia, Rivera recomendó otras prácticas para combatir las enfermedades mentales graves.

  • Hacer ejercicio
  • Rodearse de personas positivas
  • Realizar actividades agradables
  • Aprender buenos hábitos de sueño
  • Aprender a vigilar los signos tempranos
  • Reaccionar a tiempo ante síntomas
  • Evitar el uso del alcohol y las drogas no prescritas
  • Hablar en confianza con alguien
  • Tomar los medicamentos correctamente

“Estas recomendaciones, si son seguidas y se hacen al pie de la letra nos puede ayudar junto con el tratamiento que nos dé el psiquiatra”, puntualizó Rivera.