Una de las situaciones que enfrentan los países más desarrollados es el envejecimiento progresivo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), personas en todas partes del mundo están viviendo por más tiempo (OMS, 2018). Esto trae consigo la necesidad de reconocer las necesidades y las fortalezas de los adultos y personas de edad avanzada. Ante esto, se identifica pérdida de las relaciones sociales y apoyo social a los adultos mayores dado que se considera una reducción significativa. Esta reducción se visualiza por las pérdidas, con frecuencia, de un ser querido, trabajo, económicas, sociales, su autonomía y otros. Además, de los cambios de la salud, como el deterioro cognoscitivo, motriz y lingüístico, a medida que pasa el tiempo. Por tal motivo, es importante propiciar espacios para fomentar o fortalecer el intercambio generacional.
Descrita la situación de los cambios sociales en los adultos mayores, es imperativo comprender la importancia de desarrollar espacios o programas para fomentar el intercambio intergeneracional. Se ha identificado que el intercambio generacional, propicia el aprendizaje de nuevos procesos, oportunidad para ofrecer el apoyo en el ambiente familiar o comunitario, y cambios en la percepción de la atención y la utilidad social. En las relaciones familiares, el rol de los adultos mayores ha tenido cambios por las responsabilidades de los padres, las demandas del ambiente y la colaboración en la educación de los nietos u otros familiares. Los beneficios en la vejez incluyen la satisfacción en las relaciones con los niños, valía en los roles como cuidador y educador, y cambio en el estado de ánimo y físico. La relación con los niños está asociada a la actualización de acontecimientos sociales y la tecnología. En cuanto a la tecnología, visualizan diferentes programas televisivos o virtuales, y el uso de juegos.
Entre los aspectos sociales, la participación en cursos de nivel preescolar y primario ha evidenciado mayor interés en apoyar a los maestros en actividades escolares, colaboración en la realización de tareas con niños, integración en las dinámicas y proceso de enseñanza de forma individualizada. Aunque se han reportado programas con estudiantes de nivel intermedio que requieren apoyo en el desarrollo de planes de estudios y aumentar la autonomía. Se han evidenciado cambios en las interacciones familiares y sociales, motivación, resolución de problemas y en el estado de ánimo. Las relaciones intergeneracionales con jóvenes incluyen la inclusión en programas académicos, deportes, artes y actividades extracurriculares, propiciando el mantenimiento de las funciones generales en el adulto mayor. Sin embargo, existen programas de asistencia en el hogar, por lo que se ha incorporado al joven en tareas del hogar o diligencias, o personas mayores como mentores.
Como hemos mencionado previamente, existen beneficios sociales en las relaciones intergeneracionales, las cuales tienen relación con las habilidades cognitivas. Se han encontrado cambios en la transmisión de conocimientos culturales, familiares e históricos a través de la educación, transmisión de costumbre y varios por medio de las experiencias de vida. Dentro de la exposición de experiencias de vida, se han identificado programas enfocados en el desarrollo de actividades como los juegos tradicionales, diálogo sobre profesionales, y la transmisión de recuerdos por medio de fotografías y artes. Es pertinente resaltar que, existen cambios en la cognición, se relacionan a los niveles de atención a través de la lectura de cuentos, la ejecución de actividades, verbalización de los niños y jóvenes, y la planificación y evaluación de las tareas o actividades.
Cuidar la salud física y mental del adulto mayor es central para lograr su bienestar general porque está vinculada con su capacidad para involucrarse en actividades sociales y físicas. El modelo de envejecimiento activo representa oportunidades para promover una visión positiva y así lograr el mejor bienestar del adulto mayor. Implementar estilos de vida saludables, es un factor de protección en la autonomía y mejor funcionamiento general del adulto mayor. Para lograr estas aspiraciones deben promoverse transformaciones a nivel familiar, comunitario e institucional.
*La autora es Coordinadora del Comité de Asuntos Relacionados a los Adultos(as) y Personas de Edad Avanzada de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.