El apoyo de familiares y amigos cercanos para una persona que recibe un diagnóstico inesperado de una enfermedad, así como el proceso de enfrentarla, puede tener resultados positivos a nivel emocional, según la doctora Ana Cecilia Sala, directora de la Clínica de Oncología Conductual del Centro Comprensivo de Cáncer.
Según la psicóloga clínica, aunque cada paciente puede tener una respuesta diferente tras un diagnóstico de leucemia, es importante promover la validación, empatía y entendimiento de la situación tanto al paciente como a su círculo de apoyo. Esto debe trabajarse, según la profesional, a través de la psicoeducación para así lograr un manejo emocional efectivo.
“Yo siempre entro en un proceso de psicoeducación, en donde hablo al paciente y sus familiares sobre lo que viene siendo el proceso de duelo, porque el proceso por el cual uno pasa cuando pierde salud es muy similar al proceso de cuando uno pierde a un ser querido. Para mí, una de las cosas que me resulta efectiva es que el paciente entienda que nosotros vamos a entrar y salir de unas cinco etapas”, explicó.
Estas etapas, de acuerdo con la doctora, consisten en una primera, en la que se presenta un estado de impresión o shock y surgen preguntas de: “¿un diagnóstico de qué? “¿cómo?”. Asimismo, la segunda se caracteriza por la etapa de coraje. En tercer lugar, la etapa de negociación en la que se cuestiona la razón de “por qué me pasa esto a mí’’, mientras que, en cuarto y quinto lugar, están las etapas de depresión y, eventualmente, aceptación.
“Nosotros entramos y salimos de esas etapas y hay momentos en los que estaremos súper bien y en otros momentos tendremos mucho coraje o estaremos tristes. Lo importante es que entendamos que la recuperación está llena de altas y bajas, porque usualmente los seres creemos que la recuperación, tanto emocional y física, trata de un proceso lineal, pero no es así. No importa cuán bajo te sientas, siempre estás más cerca de tu meta de lo que estabas cuando empezaste. Otro punto es que el paciente pasará por sus etapas de aceptación, pero también el familiar entra en estas etapas y no siempre van a ir de la mano, así que es bien importante respetar esas diferencias en esos procesos”, describió.
Apuntó, además, a la comprensión de las etapas descritas antes, especialmente la de aceptación, ya que el paciente y su círculo de apoyo podrán tomar mejores decisiones en cuanto al cuidado y evitar ser menos abrumados por las emociones que se presenten.
También habló de desarrollar una comunicación efectiva con los especialistas a cargo del cuidado de su salud, ya que “el desconocimiento va a producir ansiedad y sabemos que no es saludable’’.
«Sabemos que estos pacientes empiezan a ver muchos médicos, así que hay que promover una comunicación abierta con sus médicos y equipo de salud y apoyo», sostuvo.
«Tienes que ver la vida de otra manera, un diagnóstico no es una sentencia»
Para la licenciada Zullymar Maldonado Rivera, diagnosticada en marzo de este año con leucemia linfoblástica aguda y un linfoma de células T, su familia ha sido su mayor apoyo durante el proceso que lleva enfrentando desde aquel 18 de marzo y que hasta al momento le ha llevado a recibir 46 sesiones de quimioterapias para un total de cinco ciclos completados.
Especialmente, y de acuerdo con Maldonado Rivera, fueron un soporte emocional cuando “se me vino el mundo encima’’.
«Mentalmente yo me nublé. Tenía miedo de los efectos de la quimio (terapia) y lo fuerte que es todo. Mi mamá ha sido un apoyo extremo para mí, ella está conmigo mano a mano, en mis hospitalizaciones y cuando más la necesito. Además, mi esposo y también la familia de él han sido parte del proceso”, contó la mujer de 29 años a Es Mental.
La abogada, quien recientemente se licenció, destacó lo duro que ha sido el trayecto, ya que habría presentado como síntoma exclusivamente un dolor de cabeza y luego de asistir a sala de emergencias se dio a conocer una irregularidad en su hemoglobina y plaquetas.
«Yo no presenté síntomas más allá de un dolor de cabeza y en enero caigo hospitalizada porque mi hemoglobina llegó a siete, me siguieron monitoreando, creyendo que era COVID, pero salí negativo. Entonces, no fue hasta marzo, que conseguí una cita con una hematóloga oncóloga y me dijo que tenía una incongruencia en los CBC que había llevado», explicó.
Tras esto fue internada y sometida a más pruebas para conocer lo que estaba experimentando. Días después se le confirmó la leucemia linfoblástica aguda y un linfoma de células T.
«Jamás pensé que me dieran una noticia como esa, acaba de juramentar y tenía muchos planes», dijo.
No obstante, aseguró que continúa el proceso con la mejor actitud y recientemente creó una cuenta en las redes sociales para educar sobre la enfermedad, la cual decidió llamar Una vida con propósito.
«Es bien importante tener una actitud positiva, el diagnóstico es una cosa, pero tú tienes que trabajar con tu mente para poder lidiar con lo demás. Tienes que ver la vida de otra manera, un diagnóstico no es una sentencia, tienes que trabajarlo y seguir los parámetros médicos que se establecen, pero es una forma de valorar lo que antes no valorabas», concluyó.