Cuando Miredys Valcárcel, maestra y consejera en formación, decidió crear la fundación sin fines de lucro Allunisono, fue porque ella ya sabía en carne propia lo que es enfrentar un diagnóstico de salud mental sin las debidas herramientas psicológicas.

Sucedió que en plenas vacaciones familiares, sufrió por primera vez un ataque de pánico. Sorprendida, sin saber identificarlo, continuó padeciendo de inquietud hasta que le diagnosticaron ansiedad. A pesar de crecer en la iglesia, como hija de pastor, ni ella, ni sus familiares, ni los amigos se sintieron preparados para ayudarla de la mejor forma posible. De ahí surgió la fundación Allunisono, como un espacio donde las personas puedan educarse sobre la salud mental y la importancia de tomarla en consideración para el bienestar integral de las personas.

“Todo comenzó con mi experiencia. Yo pasé por ansiedad y fueron unos seis meses bastantes intensos, y en ese proceso fue cuando fui conociendo otras personas que estaban pasando por esa situación”, compartió Valcárcel, de 30 años, quien mientras se desempeñaba como maestra de historia identificó la necesidad de educación y tratamiento de salud mental en las iglesias, así como en las escuelas.

Aunque llevaba desde el 2017 reuniéndose con expertos en el tema para crear un grupo multidisciplinario al servicio de la comunidad, luego, con la llegada del huracán María, se atrasó un tanto el proceso. Finalmente, en junio de este año, Valcárcel logró lanzar Allunisono, con la intención de ofrecer herramientas que ayuden al bienestar y desarrollo integral de las personas.

“Allunisono es un concepto de música y significa una sola voz. Me gustó mucho porque todos los que estamos aquí (en la fundación), queremos tener ese mismo idioma, ese mismo mensaje de esperanza, resiliencia y libertad. Básicamente, independientemente de las situaciones que tú tengas, todos nos podemos entender, todos somos seres humanos”, explicó la fundadora sobre la elección el nombre de la fundación sin fines de lucro.

Algunos integrantes de Allunisono. (Suministrada/Allunisono)

Enfocada en la comunidad, es precisamente a las escuelas e iglesias por las que Allunisono quiere comenzar a impactar con charlas educativas, seminarios, talleres y conferencias, principalmente enfocados en la prevención en el ámbito de la salud mental. Con un grupo ya establecido de 10 profesionales, que se compone de consejeros profesionales de información, una psicóloga clínica, una consejera licenciada especializada en la comunidad escolar, líderes religiosos, maestros, entre otros, esperan llevar temas de interés colectivo como intervención en crisis, manejo de emociones, trastorno del neurodesarrollo enfatizando en problemas de conducta, entre otros.

“Hay dos poblaciones principales a las que nos queremos dirigir, que son las iglesias y las escuelas, porque ellos son los que están directamente relacionados a la comunidad. Vemos que necesitan esas herramientas para poder cubrir la necesidad que hay. Como siempre lo digo, no siempre las personas tienen la oportunidad de ir a buscar ayuda profesional, ya sea por motivos económicos o porque no creen (en el tratamiento de la salud mental)”, compartió Valcárcel.

La primera fase del proyecto, según explicó, es más educativa, haciendo uso, a su vez, de las redes sociales como canal de orientación a la comunidad en general. Sin embargo, más adelante, amparados en sus tres pilares, que son esperanza, resiliencia y libertad, esperan poder tener una sede para comenzar a ofrecer servicios de salud mental. Mientras tanto, cuando hagan sus visitas a los distintos centros, de ser necesario, referirán a las personas para que busquen la ayuda psicológica que tanto necesitan.

“El punto es que sea accesible porque esto de la salud mental está creciendo demasiado rápido y se necesita la ayuda”, aseguró Valcárcel.

Como parte de su proyecto, además, destacan la importancia de la espiritualidad como componente integral del ser humano. Según aseguró la joven, Allunisono no impulsa una religión en específico, pero sí invita a las personas a refugiarse en el mundo espiritual como parte importante del desarrollo del ser humano.

“La espiritualidad es un aspecto bien amplio. Cada cual lo entiende como quiera, pero el punto es que la gente lo vea como que es una parte esencial en el proceso de ayuda”, dijo Valcárcel.

Sin embargo, la espiritualidad es solo una parte del proceso. Por eso, Valcárcel ha reconocido que en las iglesias hay mucha necesidad de orientación sobre la salud mental y la importancia de buscar ayuda profesional cuando se necesita, así como de no percibir la psicología como algo que está en contra de la religión.

“El hecho de que creamos en Dios no significa que no vamos a tener problemas. Es parte de esta vida natural estar expuesto a problemas. Hoy estamos bien, pero, igual como me pasó a mí, no sabemos qué eventualidad pueda pasar, una catástrofe, un diagnóstico que no esperaba, un divorcio, perdí el trabajo, y emocionalmente esas cosas nos pueden desajustar. Ahora bien, si yo tengo unas herramientas y esa área de la espiritualidad fortalecida, no es que no me va a afectar, pero quizás lo puede manejar de una manera más positiva”, sostuvo la fundadora.

Con un aumento de trastornos mentales en las escuelas, los centros educativos también llaman la atención a Allunisono. Dado a que desean llevar un mensaje de prevención, ven en los niños y juventud como el enlace comunitario perfecto para comenzar a orientar sobre la importancia de la salud mental.

“La necesidad de servicios en el área de salud mental en nuestras escuelas es significativa y creciente. Esto lo evidenciamos todos los días al tener contacto con las diferentes poblaciones que trabajamos y al ver las diferentes reseñas de los medios”, explicó Marilyn Navarro, consejera en rehabilitación con más de 10 años de experiencia, quien pertenece al grupo de profesionales de Allunisono.

Sin embargo, el proyecto no se limita a estas dos poblaciones, sino que lleva sus servicios donde quiera que sean necesarios, alrededor de Puerto Rico. A través de sus orientaciones y mensajes en redes sociales, invitan a la gente a establecer, a su vez, un aspecto de empatía respecto a las personas que están pasando por un trastoque en la salud mental. Según explicó la consejera, que se gradúa de su maestría en este mes, es tratar de entender el proceso por el que está pasando la persona.

“En mi familia y mis amigos muchas personas querían ayudar (cuando sufrió ansiedad), pero al no tener el conocimiento decían cosas, que aunque no eran de mala intención, sí eran como ‘tranquila, todo va a estar bien’, y yo, ‘es que no puedo estar tranquila’. Eso te da más ansiedad, pero entiendo el hecho de que ellos también se sentían sin las herramientas”, explicó Valcárcel.

Por medio de su formación profesional y terapias psicológicas, Valcárcel hoy día cuenta con las técnicas para tratar con los aspectos mentales de la existencia del ser humano, las cuales comparte en su fundación y en su vida privada, con familiares y amistades a los que le ofrece su ayuda.

Allunisono, según añadió, sirve como un espacio de emprendimiento para profesionales de la salud mental recién graduados. Al igual que Valcárcel, otros profesionales que forman parte del proyecto están recién egresados de la universidad y han encontrado en la fundación el espacio idóneo para desarrollarse y seguir ampliando su especialidad.

“Somos un grupo de profesionales, algunos ya graduados, y otros en poco tiempo entraremos al mundo laboral. Ante los retos que enfrentamos como jóvenes, decidimos crear nuestra propia alternativa de emprendimiento. Creamos nuestro espacio y aportamos soluciones reales a problemas que enfrentamos como sociedad”, compartió, por su parte, Ibelis Rodríguez, estudiante doctoral en Psicología Clínica que forma parte del equipo de profesionales de Allunisono.

Si usted interesa comunicarse con la fundación para solicitar una presentación en su escuela, iglesia, centro de trabajo u otro lugar, puede comunicarse al (787) 635-5746.