Una mujer de 74 años que nunca había experimentado un orgasmo, buscó ayuda para alcanzar el máximo placer, demostrando que nunca es tarde para vivir una sexualidad plena.

La mujer, abuela de varios nietos, llegó a la sexóloga Alessandra Rampolla cuando esta recién comenzaba su carrera en el 2001. La vio en un programa matutino donde participaba y decidió visitarla en su consultorio, buscando vivir la experiencia de la que mucho se hablaba, pero ella no conocía. Rampolla vio el caso como un reto y logró ayudarla.

“Había tenido una vida sexual activa, tenía hijos, no es que no se casó, pero no disfrutaba”, recordó Rampolla en entrevista con Es Mental, al tiempo que aseguró que como esta mujer existen muchas hoy día que, aunque disfrutan en la intimidad, no logran tener un orgasmo.

A la tercera cita, Rampolla esperaba por ella mirando por los cristales de su oficina. Cuando la vio llegar, sabía que lo había logrado. Su expresión facial era muy distinta a la que había llegado por primera vez donde la sexóloga. Estaba plena.

“Yo estaba esperando que ella llegara, la vi con una cara distinta, y yo sabía que ese vibrador había funcionado. Le había explicado el play by play, le había mandado a hacer su tarea”, dijo.

Después, hablaron de su experiencia. 

Rampolla reiteró, por medio de este caso, que nunca es tarde cuando se habla de sexualidad, y que el tema no tiene que ser oscuro ni prohibido. Todo lo contrario, la experta en tema de sexualidad y pareja, recomienda el diálogo entre las parejas para una intimidad donde ambas partes se sientan bien. Según ella, en el caso de las mujeres, estas deben hablar con sus parejas sin temor a herir susceptibilidades.

Según la sexóloga, cuando se habla de sexualidad en la tercera edad, la mujer tiende a ser más marginada que el hombre, ya que, por ejemplo, se invierten millones de dólares en research sobre la virilidad de los varones, pero no así para estudiar los problemas sexuales en la mujer.

Para ella, la sexualidad en la tercera edad debe ser “un nuevo comenzar”, una nueva etapa, donde la mujer pueda disfrutar plenamente durante la intimidad, sin temores, como un embarazo no deseado.

“Es una etapa de vida que no hay que tenerle tanto miedo, y si lo habláramos y lo manejamos  desde un lugar mucho más abierto, mucho más positivo, tendríamos mejores herramientas para transicionar, para disfrutar, que es lo que yo creo que sí termina pasando mucho en la tercera edad”, sostuvo.

Es incorrecto, de acuerdo a Rampolla, que se piense que cuando la vida reproductiva de una mujer acaba, también termina su vida sexual. En el caso de los hombres de la tercera edad no se cuestiona su sexualidad como en las mujeres, porque estos pueden ser reproductivos y mantener sus erecciones, en algunos casos, hasta sus 80 años o más, explicó.

“A la mujer socialmente se le ponen un montón de trabas, el disfrutar, el tema del placer, no eres reproductiva, ¿por qué estás teniendo relaciones, pues porque la pasas bien. Ese link que a la mujer le sigue faltando, de adueñarnos de nuestro erotismo y nuestro placer, y por lo tanto, cuando termina la funcionalidad socialmente aceptada, muchas mujeres entienden en sus mentes e integran en su pensar, esto debe terminar,  y eso es un problema bien grande”, puntualizó Rampolla.

Las personas de edad avanzada enfrentan cambios hormonales que deben tomar en cuenta al momento de la actividad sexual. El National Institute of Aging del Departamento de Salud de Estados Unidos menciona, entre estos cambios, la resequedad vaginal como consecuencia de la menopausia, lo que podría provocar relaciones sexuales dolorosas. En el hombre destacan la disfunción eréctil o la capacidad para mantener una erección.