Nota de la editora: Mañana jueves a las 2:00 pm estaremos conversando por Facebook Live con Elba Guzmán Faria, madre de un joven víctima de opioides y con el psiquiatra Raúl López sobre cómo identificar y manejar la adicción, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental.
Los opioides son medicamentos que pueden crear dependencia en la persona que los usa, principalmente para calmar un dolor físico, y llegar a crear una adicción que le puede llevar hasta la muerte.
“Llega un momento en que los opioides empiezan a afectar áreas del cerebro que están asociadas con la experiencia del placer, como por ejemplo el Núcleo Accumbens”, indicó el psiquiatra Raúl López.
El Núcleo Accumbens es la región del cerebro que promueve en el ser humano aquello que entiende que es bueno, como por ejemplo, cuando una persona tiene un orgasmo o cuando está disfrutando de una comida que le gusta, explicó López.
Llega un momento en que las personas comienzan a usar los opioides en cantidades más grandes que las que usualmente consumían porque generan tolerancia a los efectos. Esto significa que se comienza a dejar de sentir los efectos del opioide.
Estos medicamentos, además, generan un “deseo ilógico” que hace que la persona piense que tiene que conseguir la droga al precio que sea. De esta forma, el usuario puede entrar a tener una adicción, agregó.
“La adicción se diferencia de la dependencia en que las personas que tienen dependencia, pues necesitan más droga para que haga el mismo efecto. Los que tienen adicción, la parte intelectual del cerebro ha sido hackeada por la droga y, entonces, son los que le roban las cosas a los familiares, mienten en el trabajo, etcétera”, explicó..
Agregó que cuando hay adicción el cerebro de la persona comienza a operar en base conseguir la droga.
En términos de quiénes están más propensos a desarrollar adicción a los opioides, López dijo que en su mayoría son los pacientes que padecen de alguna condición que les produce dolor, como por ejemplo, discos herniados, nervios pillados en la espalda, entre otras condiciones dolorosas y desesperantes, para las que tienen que tomar medicamentos para el dolor.
Estas condiciones, a su vez, alteran el estado de ánimo y producen síntomas depresivos.
También hay personas, en especial los jóvenes, que se vuelven adictos a los opioides porque los probaron de manera recreacional, para ser aceptados en un grupo o para desarraigar sentimientos negativos. Sin embargo, recalcó que el por ciento no es muy grande y que la mayoría de las personas que se vuelven adictas a los opioides son los que sufren de algún dolor.
López dijo además que usualmente el uso de opioides no es de personas con condiciones de salud mental severas, como esquizofrenia, trastorno bipolar, ya que estos gravitan a otras drogas. El uso de opioides está relacionado a personas que sufren depresión, problemas sociales o que tienen incertidumbres en cuanto a su vida.
“Detrás de todo usuario de drogas, siempre hay una persona que está tratando de soslayar ese sufrimiento usando la droga”, sostuvo.
Según López, los opioides “los hacen sentir un rato como que están en medio del paraíso, pero con el tiempo el riesgo de una sobredosis va aumentando, o de utilizar una una combinación de la que venden en la calle, que promete ser más por menos dinero, y termina matándolos por una sobredosis o matandolos por intoxicación”.
Tratamientos para la adicción
En cuanto al tratamiento, el psiquiatra indicó que cada médico usa uno distinto, pero que el “punto básico es una desensibilización de la sustancia de manera progresiva, mientras se generan unas herramientas para que la persona, cuando reciba el llamado Núcleo Accumbens en el cerebro, pueda resistir”. A esto le llaman un detox.
“Utilizan una combinación de medicamentos que reducen la ansiedad, combinando con bloqueadores de los receptores de opiáceos”, sostuvo. Estos bloqueadores son diferentes medicamentos que neutralizan a los opiáceos en el sistema nervioso central”, agregó.
Mencionó que la Administración de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) provee un tratamiento que consiste en darle un opiáceo (metadona) al adicto para que sacie la necesidad física de usar la droga, pero sin que se produzcan los efectos eufóricos.
López aseguró que el 90 por ciento del tratamiento debe ser psicoterapia, reeducación, reentrenamiento y hacer que esa persona desarrolle herramientas efectivas para lograr sostener el impulso de usar la droga.
“La adicción física a los opioides se puede corregir en 6 meses pero el problema es que la adicción psicológica, es decir la relación personal que el adicto tiene con esa droga, esa es la que puede durar durante años”, sostuvo.
No obstante, mencionó que los adictos nunca se curan, sino que el tratamiento los lleva a remisión. Lo comparó con la enfermedad de la diabetes, la que no se cura pero puede ser controlada.
El psiquiatra aseguró que el hecho de que el adicto tenga una razón para vivir es parte importante para su tratamiento. Incluso, dijo que ha visto casos que han tenido buenos resultados durante el tratamiento porque las personas se cansaron de la vida que llevaban a raíz de su adicción y encontraron “la chispa” que los motivó en la vida.
La falta de datos
Ante la falta de datos en Puerto Rico que permitan ver la magnitud del problema de los opioides en Puerto Rico, López aseguró que el estigma hace bien difícil explorar a los usuarios de drogas.
“Una de las cosas que siempre he preguntado consistentemente en algunos pacientes, es el uso de alcohol. Nadie es alcohólico en Puerto Rico. Sin embargo, las estadísticas de las muertes por condiciones, de complicaciones del alcohol, nos dicen otra cosa totalmente distinta”, reveló.
“Hay que desarrollar awareness, buena campañas que vayan orientadas a que el mismo usuario pueda entender la magnitud de su problema y no se sienta estigmatizado de pedir ayuda. Eso se ha hecho hasta cierto punto. Pero hay que continuar haciéndolo”, puntualizó.
Elba Guzmán Faria, madre de un joven de 27 años que falleció por una sobredosis de opioides en el 2017, sostuvo que en Puerto Rico no hay datos confiables sobre las muertes por sobredosis que puedan arrojar información de qué tipo de sustancia u opioide le provocó la muerte.
Incluso, dijo que hay muy pocos casos a los se le hacen las pruebas toxicológicas en el Negociado de Ciencias Forenses.
En su caso, aseguró que los resultados tardaron un año. Los mismos arrojaron alcohol, alprazolam, oxycontin, cocaína y fentanilo en el cuerpo de su hijo, Kevin Leandro.
Guzmá Faria indicó además que los datos sobre las sobredosis no fatales que pudieran tener los hospitales tampoco están centralizados en un solo lugar.
Para el año 2019, se reportaron unas 279 muertes por sobredosis en Puerto Rico. Mientras, que el Negociado de Ciencias Forenses reportó a ASSMCA unos 36 fallecimientos por esta causa, hasta enero 2020, según la pasada administradora de ASSMCA, Suzanne Roig.