¿Usted es de los que ve una mariposa negra y cree que es el anuncio de una muerte? ¿De los que pide un deseo cuando el reloj marca las 11:11? Estos son algunos de los ejemplos de lo que se conoce como apofenia, en la que un individuo ve patrones o conexiones en elementos aleatorios, como objetos, números, imágenes y otros.

Apofenia es la experiencia de asociar y dar significado a hechos o situaciones que pueden ser totalmente aleatorias. Este término fue utilizado por primera vez en el 1958 por el psiquiatra alemán Klaus Conrad, y para aquel entonces hacía referencia a las distorsiones perceptivas de sus pacientes. No obstante, hoy se trata de un fenómeno general y que cualquier persona puede experimentar

Según el psicólogo clínico, el doctor Abisail Y. Crespo Ríos, Conrad acuñó el término apofenia para explicar el principio de cómo surgía el delirio, principalmente en pacientes que batallaban con esquizofrenia.

“La apofenia es un proceso que hacemos normalmente y se relaciona principalmente a personas creativas”, señaló Crespo Ríos. 

Por su parte, la psicóloga Alexandra Pérez Morales, estableció que la apofenia se puede ver en lo más simple, como cuando una persona adopta un número favorito y una vez comienza a verlo en todas partes, cree que es su amuleto de la suerte.

Pero también, culturalmente, con creencias como que las mariposas anuncian muertes o que el hecho de que un número se repita o aparezca en todos lados, es una señal de que se debe jugar en la lotería. 

Existen varios tipos de fenómenos dentro de la apofenia, detalló la profesional. Entre ellas está la pareidolia, que se caracteriza por ver una imagen o sonido a partir de algún estímulo visual o auditivo.

En el podcast del proyecto Curiosa Mente, se plantea que esta, más que una práctica casual, trata de una capacidad cerebral, que solo los seres humanos poseen y que pone en función la región del cerebro llamada “área fusiforme facial”, especializada en el reconocimiento de caras.

Que es tan eficaz que, una vez identifica un rostro, “es prácticamente imposible dejar de verlo”, indican. 

“Esto no es un defecto, sino una adaptación evolutiva que nos ha permitido sobrevivir y distinguir en décimas de segundo entre la cara de un amigo y una fiera, reconocer a nuestros hijos o padres, que es esencial para formar lazos de protección mutua y saber de inmediato si lo que estás diciendo está complaciendo o disgustando a tu pareja”, recalcan.  

Por otro lado, está la ilusión de agrupamiento, en la que se ven patrones en eventos o datos, cuando no hay conexión entre ellos.

Asimismo, el sesgo de confirmación, cuando la persona acepta o interpreta información para confirmar suposiciones o hipótesis propias.

Por último, la falacia del jugador, en la que se considera que una serie de eventos puede afectar el futuro, aún cuando no existe relación alguna. 

Al momento no hay causas conocidas vinculadas a la apofenia, expuso Pérez Morales, sino que se ha atribuido a la biología humana y su capacidad de crear estos vínculos o significados como parte de la supervivencia.

“Tener un amuleto de la suerte, un número, un lugar o algo significativo que le dé estabilidad en medio de la incertidumbre, genera que la personas encuentren una forma de poder sobrevivir”, sostuvo.

El doctor Crespo Ríos recordó que, pese a que todas las personas pueden experimentar apofenia, hay que prestar atención cuando esto se convierte en un tipo de obsesión

Como podría ser en el momento en el cual un individuo constantemente busca darle significado a todos los patrones que ve, aún cuando no tienen relación alguna

“La realidad es que la apofenia no debe ser una preocupación, siempre y cuando no interfiera con nuestra vida cotidiana, como el trabajo y nuestra familia, y que sea un proceso consciente, porque recordemos que también es un proceso de creatividad”, manifestó.

Reiteró, de igual forma, que estudios del neuropsiquiatra suizo, Peter Brugger, asocian el término a altos niveles de dopamina en el cerebro. “Pero no, necesariamente el que nos pase significa que sea patológico”, subrayó. 

Cuándo acudir a un profesional

Coincidiendo con esto la psicóloga Pérez Morales, reiteró que cuando esto se transforma en pensamientos obsesivos, que no se pueden controlar o aparecen pensamientos distorsionados, es importante la ayuda profesional.

“Los pensamientos obsesivos pueden provocar ansiedad y una serie de imágenes mentales repetitivas. Para trabajar la obsesión, se hace mediante la psicoterapia”, detalló.

Aconsejó que cuando se trata de pensamientos, ver patrones y significados, es necesario evaluar hasta qué nivel la persona lo ha experimentado, pues si surgen alucinaciones, voces, creencias que situaciones que pueden sucederle o pensamientos de persecución, podría tratarse de un trastorno psicótico. 

Finalmente, el doctor Crespo Ríos afirmó que la apofenia tiene un efecto de creatividad, pues el arte creativo se nutre de este proceso.

El problema radicaría, insistió, en la búsqueda repetitiva y constante de darle significado a ciertos patrones.  

“Cuando empieza a causar un malestar significativo, puede verse como un proceso sintomatológico o principios de delirio, ya ahí pasa de ser funcional a patológico”, concluyó.